Cuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar.
Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...
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~Killian POV~ Sin poder respirar, corrí hasta el otro extremo de la calle. El coche que se había llevado a Brave por delante se detuvo a unos pasos de ella. Delante de mi la imagen no podía ser peor, Brave estaba tirada en el suelo boca arriba con las manos a sus costados abiertas. Sus pies estaban medio extendidos, cubiertos de la tela rota del vestido y sangre. No sabía que hacer, a donde mirar o como reaccionar.
— ¡Killian! — Grace gritó corriendo hacia Brave.
Había mucha gente a nuestro alrededor de repente, no podía diferenciar rostros o enfocarme. Sin pensar, regresé mi furioso hacia el coche que aún estaba detenido. Un hombre había salido del asiento del copiloto, no sabía quien era cuando me tiré encima suyo, tomándolo de su ropa para que me mirara a la cara.
— Lo siento. — dijo y entonces mis ojos se agrandaron de repente. — Killian lo siento, intenté detenarla. — Oliver dijo antes de que su cuerpo impactara contra la pared de cemento.
Victoria estaba frente al volante, mirando al frente y sin decir nada pudo el coche nuevamente en marcha, escapando del lugar. La había visto claramenten; ella había atropellado a Brave y yo mismo me encarcelaría de que pagara por ello. Sin embargo, Victoria había escapado, Oliver era lo único que me quedaba. El primer golpe no lo vio venir, pero su cuerpo hizo un gran impacto cuando cayó al suelo. Retorciéndose, me tiré encima suyo disaparando puñetazos a cada rincón de su cara.
Lo tomé de su camiseta, alzando su rostro sólo para asegurarme de que estaba dandole donde quería. No dejé que hablara, que dijera nada. Cegado por la rabia, seguí golpeandolo hasta que la sangre se regó por su rostro. — ¡Hijo de puta! — grité mientras seguia.
— Killian lo vas a matar. — Grace gritó acercándose a nosotros.
— Lo siento. — Oliver escupió la sangre sobre la acera y entonces pude ver más alla de él, más alla de los golpes que me faltaban por lanzar.
Brave seguía sobre la calle, no se movia; no la veía respirar. — Brave. — suspiré aterrorizado y soltando a Oliver caminé hasta ella. — Abre los ojos, Brave abre los ojos.
Caí de rodillas y permaneci así. No podía moverla, no podía hacer nada por ella y la impotencia me derrasgaba desde dentro. Se suponía que la tenía que proteger, que yo debía de protegerla siempre.
— Nena abre los ojos por favor.
Con lágrimas cegándome, me llevé las manos a la cara. La sangre se pigmentó sobre mi piel rápido.
¿Cómo pudo suceder esto?
La ambulancia no tardo en llegar, ellos se ocuparon de cargar a Brave y de Oliver cuando lo vieron acostado sobre el asfalto. Al llegar al hospital todo pasó demasiado rápido, no sabía que hacer cuando rasgaron el vestido de su cuerpo. Había perdido mucha sangre, no respondía cuando le hablaban; sus ojos no se abrían.
