~Brave POV~
Envolví las puntas de mi cabello en la toalla y recogí la ropa del suelo. Justo antes de salir pegué mi oreja a la puerta solo para escuchar si Killian seguía ahí. No escuché nada asi que salí asegurándome a mi misma que la habitación estaría completamente vacía. Una pena que me haya equivocado.—¿Qué es esto?—espetó sin dejarme siquiera dar un paso hacía delante.
La bolsa con el regalo de los gemelos daba tumbos delante de mi cara y ni siquiera pude reaccionar antes de que Killian la reventara contra el suelo.
La antigua cajita de música cayó en piezas por el suelo dejando un estruendo por la habitación. Mi toalla también cayó de la impresión y cuando por fin pude reaccionar puse mi atención furiosa sobre el neandertal que tenía delante.
—¿Se puede saber que te pasa?—grité arrodillandome para recoger los pedazos.
—¿De dónde sacaste eso?—pregunta tomándome del brazo para que me parara.
Sus uñas se clavaron en mi piel y tuve que jalar con fuerza para desprenderme de su fuerza. Sus ojos se inundan a cada segundo que pasa con más y más ira, mientras que yo ni siquiera sé de que está hablando.
—¡Contéstame!—vocifera apretando sus puños.
Contento la respiración porque jamás antes lo había visto así, no de esta manera. Me quedo paralizada, observo su rostro y me pregunto si este es el mimso chico que hace unos minutos estaba tratando de ser mi amigo.
—Brave te juro que si no me contestas...
—¡¿Qué?!—exploté.—¿Me vas a golpear?
Culpa llegó a su rostro y miró a sus puños antes de relajarlos.—Yo...—intentó decir en un hilo de voz.
—Lárgate—dije antes de que él dijera algo más.
Estaba furiosa ,no, más que furiosa. Estoy harta de ser su saco de boxeo, no merezco esto, y tampoco tengo porque tolerarlo. Las personas razonables hablan, y discuten las situaciones, Killian rompe y grita esperando respuestas.
—Brave...
—Lárgate—camino hasta la puerta y la abro.
Suelta aire y antes de salir por la puerta le pega un puñetazo haciendo un agujero en mi pared. Mi alteración llega a tal punto que ni siquiera se lo tomo en cuenta. Cierro la puerta de un portazo y antes de darme cuenta estoy llorando.
Me tomé unos minutos para calmarme. Recogí los pedazos y bajé las escaleras en busca de poder ayudar en algo. Los empleados estaban muy alterados y no paraban de caminar de un lado para el otro. Poco a poco los invitados comenzaron a llegar y los empleados a irse. El coche de Killian se había ido y con el supongo que Killian también. Para mi salud mental Grace accedió a venir a ayudarme con las niñas.
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Estaba Esperándote ✔️
Roman d'amourCuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar. Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...