~ Brave POV~
Me quedé observando la puerta, sumida en un silencio que ya se me hacía familiar. Giré la manecilla y seguí caminando hasta mi habitación. Mi corazón latía como si en cualquier momento fuera a salir de mi pecho para impactar en el suelo. Me sentía cansada, cansada de este juego ridículo que Killian y yo habíamos creado.Afortunadamente no me tropecé con nadie mientras me escabullía por los pasillos. Kai había insistido en que conservara su ropa y aquí estaba yo; llegando al otro día, vestida con ropa ajena y con los tacones en la mano; aquello no se veía para nada bien.
Cuando llegué a mi habitación todo estaba demasiado oscuro. Las cortinas se habían quedado cerradas desde ayer. Intenté buscar el interruptor de la pared con los dedos, y entonces de la nada la luz se encendió.
Podría decirse que de no conocer a Killian, me hubiera infartado.
— ¿Se puede saber dónde estabas? No entiendo para necesitas un teléfono; es inútil contactarte de todas maneras, ¿me estás escuchando?
Ignorándolo dejo mi vestido sobre la cama y pongo los zapatos dentro del armario. Rodeo la cama para conectar mi teléfono al cargador y entonces Killian bufa. Está furioso, es fácil notarlo con el sonido tan molesto y pesado que hace al respirar. Sin embargo, creo que lo que más le ha molestado es la reacción tan indiferente que he tenido desde que llegué.
— ¿No piensas decir nada? — preguntó mirándome de mala manera.
No quería sonreír, pero aquella manera en la que estaba de pie me venció sacándome una risilla. Sus ojos estaban molestos, sus labios estaban rojos e hinchados de la manera en que los oprimía cada vez que terminaba de hablar. Su pose era recta y sus nudillos estaban tensionados. Conociéndolo como lo conozco seguramente me había estado esperando contando los minutos, apretando más y más los puños a medida que el tiempo pasara. Es raro pensar que nadie nunca había enrojecido sus nudillos rojos por mi; no sabía si eso debía de ser malo o bueno. De cualquier manera, me hacía reflexionar cuanto en verdad le importo.
— Te juro que si no dices nada...
— ¡Almorcemos juntos! — le dije sorprendiéndolo.
Tal vez pensó que había escuchado mal, sus ojos no parecían entender la situación.
— Ya casi serán las doce. Puedo ducharme rápido. Seguro que no has comido nada en todo el día y ya es muy tarde para desayunar.
— No entiendo — replicó confundido.
Rodeé la cama hasta llegar a él. Tiré de su ropa hacia mi, estrechándolo en mis brazos. Había olvidado lo grande que es comparado conmigo. Solo con sentir mis brazos a su alrededor, incapaces de rodearlo por completo, termino sonriendo. Se separó unos centímetros y tomando mi rostro entre sus manos, lucía muy confundido. — No entiendo que...
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Estaba Esperándote ✔️
RomanceCuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar. Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...