Cuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar.
Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...
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~ Brave POV~ Estar frente a frente había creado una atmósfera bastante seca, cargada con rabia y muchas mentiras.
Yo había llegado primero, Victoria llegó minutos después. No le había comentado a Killian sobre esta reunión, no me gustaba ocultar cosas pero él jamás lo hubiera aprobado.
Estaba tremendamente nerviosa, deseaba terminar con todo esto de una vez por todas. También sentía curiosidad sobre lo que ella tuviera que decir, y sobre todas las mentiras que esta vez inventaría.
— ¿Estás lista para escuchar la verdad? — rompió el silencio. La camarera le había traído un café; yo no había pedido nada.
Su tono no había cambiado desde nuestro último encuentro. En sus palabras había claridad, sin embargo, había algo manipulado y actuado. Como si todas las mañana practicara frente a un espejo.
— Quiero que me cuentes tu versión. Quiero que empieces desde el principio.
Victoria colocó sus codos sobre la mesa, buscando un sustento. Inclinó su cabeza levemente y sonrió.
— Esta ciudad es hermosa. Está llena de personas que quieren ser alguien, de personas con sueños. ¿Tu tienes sueños Brave?
Puse los ojos en blanco. — No decidí reunirme contigo para que deambules entre palabras y no digas nada. Si no quieres hablar entonces no entiendo que hago aquí.
— Yo tenía sueños también. El piano es mi vida, pero mi apellido no significa nada en esta ciudad. — sonrió. — Cuando Killian Hazer me miró por primera vez pensé que tal vez no era tan insignificante como creía que era. Lamentablemente para mi, él solo estaba jugando conmigo. Yo si era insignificante; mucho más de lo que jamás imaginé ser.
— ¿Por qué no lo dejaste entonces? ¿Por qué dejaste que jugara contigo?
Victoria tomó su taza y humedeció sus labios en el café.
— Al principio pensé en hacerlo, sin embargo, Killian significaba todo para mi. Jugar se convirtió en la única alternativa que me quedaba.
— Lo dudo mucho. — repliqué. — ¿Por qué mentiste ese día? ¿Por qué mentiste sobre tú embarazo?
— ¿Te dijo que era mentira? ¿Te dijo que nunca me tocó?
— Si. — dije con firmeza.
— ¿Le creíste?
No lo dude ni por segundo. — Por supuesto que si.
— Hay está tu error. Creo que tienes demasiada confianza puesta sobre Killian Hazer. Sin embargo, es cierto que no fue él quien se encargó de mi embarazo. Su padre pagó los gastos del aborto.
Me mantuve intacta. — Quiero una fecha. — dije.
— Unos días después de mi episodio. Killian fue a mi casa porque Bruno se enteró de todo. Unos días después de eso el mismísimo Peter Hazer vino a verme. Probablemente finales de mes. No recuerdo mucho de esos meses, me obligué a mi misma a olvidar. — dijo y entonces sentí algo mucho más profundo que rabia, sentí alivio.
