~Brave POV~
Por la mañana, la comida sabía diferente; mejor. Apenas le había puesto azúcar al café, sin embargo, no estaba amargo. Tal vez, cualquier otro día le hubiese puesto un poco más de sal a mis huevos revueltos; siempre les ponía algo de sal, pero no me sabían desaboridos para nada.Todo me sabía mejor porque estaba feliz; había recibido el mejor regalo de cumpleaños que jamás de los jamases llegué a imaginar recibir.
Mi mamá estaba conmigo. Estaba sentada a mi lado, sostenía su mano por debajo de la mesa. Sus manos suaves, cálidas y tan acogedoras como yacían en mi memoria.
Me fijé en ella, no podía fijarme en nada más. Vi como atiborró su café con azúcar, cumpliendo con esa maña que tanto acostumbraba repetir. En el plato, separaba la comida y hacía pequeños grupos antes de comérselos. Siempre levantaba el meñique cuando tomaba la taza con las dos manos. Nada había cambiado; ella estaba igual y estaba conmigo.
— ¿No vas a comer? — miré mi plato y vi que la comida ya se había enfriado. Estaba completamente tiesa, apenas había comido dos bocados si quiera. — ¿No te gustó? Tienes que comer— mamá tomó el tenedor y enrolló el tocino como acostumbraba hacer cuando era pequeña.
Cuando era niña no me gustaba comer carne; estaba convencida de que era una crueldad y que yo había nacido para ser vegetariana. De entre muchas teorías respecto a mi inesperada afinación, mis padres se dieron cuenta que esa idea había surgido en mi cabecita porque la guardería a la que asistía por las tardes, estaba al lado de una granja. No tengo muchos recuerdos, pero si me suena quedarme de vez en cuando a jugar con los pollitos o con los marranos. Mi fase vegetariana no duró mucho tiempo la verdad, gracias a dios. A día de hoy, no podría imaginarme una vida sin carne.
— Sigo sin creerme que estés aquí. — solté su mano y alcé la mía por encima de la mesa— ¡Pellízcame!
Mamá comenzó a reír. Por un segundo su risa parecía un eco que solo estaba en mi cabeza. Costaba pensar que era todo cierto y ella de verdad estaba sentada a mi lado.
— Anoche dormiste conmigo y te pasaste toda la madrugada despierta solo para asegurarte de que no me fuera a ningún lado. Estoy aquí cariño. Déjame comer.
— Vale, pero anoche no me contaste como es que estás aquí ¿Cómo pasó esto? — pregunto.
— Bueno, me puse de acuerdo con...
— Buenos días— interrumpió Killian entrando a el comedor.
Parecía que acababa de salir de la cama. Llevaba unos pantalones de estampado de cuadros, de tela gruesa y un suéter de algodón negro. Las temperaturas habían bajado, la casa estaba fría por las noches.
— Buenos días— contestó mamá. Yo no dije nada, le di un sorbo a mi café y bajé la mirada hacia el plato.
La situación había sido extraña la noche anterior. Killian se había aparecido con mi madre y sus maletas. Por lo que entendí fue él quien la recogió del aeropuerto ¿Me pregunto si le habrá dado la cálida bienvenida que me había dado a mi meses atrás?
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Estaba Esperándote ✔️
RomanceCuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar. Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...