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~Brave POV~—    No deberíamos haber venido

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~Brave POV~
—    No deberíamos haber venido. — insistí antes de presionar el timbre.

El anuncio de nuestra llegada traspasó las paredes; habíamos cometido un grave error al venir. Sin querer nos estábamos metiendo en arenas finas y sabía que caeríamos en cualquier momento.

—    Ya estamos aquí. ¿Qué se supone que hagamos? — mi madre dijo mirando los detalles del pastel.

Lo había comprado en un supermercado de camino a la cena. Obviamente mi querida madre se había deshecho del envoltorio de plástico y para trasportarlo había optado por un plato de cerámica.

En su cabeza quería engañar a los demás, y que la halagaran por el postre.

Puse los ojos en blanco. Tal vez ya era demasiado tarde para retroceder y salir corriendo, sin embargo, me había pasado todo el camino advirtiéndole sobre los peligros que nos aguardaban esta noche.

Cuando Joel abre la puerta lo primero que veo es a Killian bajando las escaleras. En el momento en que sus ojos se cruzan con los míos sus pasos se aceleran llegando hasta mi en segundos.

—    ¿Estáis aquí? — pregunta y su mirada salta hacia mi madre; por poco se le salen los ojos de las orbitas.

Su brazo agarra el mío con fuerza y me arrastra lejos de la entrada donde mi madre no pueda escuchar nuestra conversación.

—    ¿Por qué vinieron? — su respiración se había acelerado. — Brave dime por favor que tu madre no es la prometida de mi padre. Dime que es otra persona, por favor.

Sin poder contener la risa, termino riéndome a carcajadas. Ya sé que no debería y ya sé que esta noche no es para risas, pero debía reír ahora que podía.

—    Por supuesto que no. Dios, no. ¿Te imaginas?

—    Prefiero no imaginarte como mi hermanastra muchas gracias. Aunque ahora que lo pienso. — Le advertí con los ojos al predecir sus palabras. — Mejor no lo pienso. — sonrió.

Asentí. El comedor y la sala estaban despejados, habían hecho una limpieza a fondo y todo parecía listo para la cena. Bueno, yo desde luego no estaba lista; y Killian mucho menos.

Tomo sus manos y respiro hondo antes de encontrar de nuevo sus ojos.

— ¿Estás bien? — no dice nada, pero resopla lo que a su manera es una respuesta.

Voy a ir al infierno. Yo sé la verdad, podría advertirle sobre lo que se avecina, podría prevenir la tormenta, pero he decidido permanecer en silencio.

Que acción tan hipócrita de mi parte. Desde que llegué a esta ciudad, a esta casa; desde que llegué a su vida he intentado que abra su corazón y su mente. He intentado crear un vínculo de confianza, un lugar donde las mentiras no existan, donde solo estemos él y yo; desnudos en vida el uno hacia el otro.

Estaba Esperándote ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora