Cuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar.
Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...
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~Brave POV~ Todos las miradas habían caído sobre mi. Sabía que esto llamaría la atención, que yo llamaría la atención. Sin embargo, no me molestaba. Caminando, con cuidado avanzo por las escaleras del brazo de Kai. Siento el cabello largo rozar mi espalda y mis huesos se estremecen debajo de tan extraña sensación.
Las extensiones fueron idea de Grace; bueno, todo lo que llevo puesto fue idea de Grace.
— Estás hermosa. — Kai susurró, pegándose más a mi.
Habían flashes por todos lados, y aunque no sabía a donde mirar mis ojos rápidamente encontraron entre la multitud a Killian. Tragué grueso con su mirada puesta en mi, la manera en que sus ojos seguían mis pasos se sentía intensa y molesta. No sabría decir que estaba pasando por su mente o que era lo que se disponía a hacer.
Temblando, el tacon de mis zapatos choco contra la losa del salón. La prensa bajó las cámaras y alguien de seguridad los apartó del camino. Tomando el aliento, me fijé en Kai. No le había prestado atención a su traje ni a lo guapo que se veía debajo de todas las luces. Estaba vestido de una manera exagerada, pero en un buen sentido. Los metales que sobresalian de sus hombros estaban frios y también me veía a mi misma reflejada en ellos cuando él comenzó a saludar a los invitados. Sin conocer a nadie a la vista me quedé en el sitio, como un cachorrito abandonado. Sin que me diera tiempo a reaccionar una mano me tomó del hombro, deslizándome unos pasos adentro del salón.
— La entrada estuvo brillante. ¿Viste la cara de Bella? Bueno, si no la viste no importa, mira le tomé una foto. — Grace empujó la pantalla delante de mi cara y sin dejarme ver la foto lo quitó rápidamente. — La voy a poner como fondo de pantalla.
Reí. — Los periodistas tomaron muchas fotos. Creo que cerré mis ojos un par de veces.
— No importa, siempre eligen la más tierna o la que más pueda intrigar a la audiencia.
Sin escuchar una palabra de lo que Grace estaba hablado mis ojos dieron de nuevo con Killian. Ahora estaba apoyado en la mesa de la comida, Bella estaba a su lado.
— ¿Ni siquiera piensa hablar conmigo? — me quejé en voz alta. Grace pareció perdida por un segundo, pero no tardó demasiado en saber exactamente que era lo que tanto me molestaba.
— Está demasiado ocupado manteniendo su orgullo alto. Ahí donde lo vez, se muere por dentro. Créeme, este vestido no pudo haber dejado calma en esa cabecita.
— ¿Cuál cabecita? — preguntó Kai, incorporándose a nuestra conversación.
— Nada. — Grace y yo dijimos al unísono. Él no pareció molestarse, tampoco volvió a preguntar.
Callado permaneció a mi lado. A veces pude notar sus ojos sobre mi, incluso si apartaba la vista lograba ver como disimulaba cuando miraba al suelo o al techo. Incluso si Killian no se dignaba a hablar conmigo, estaba cómoda en compañía de mis amigos.
