Cuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar.
Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...
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~Brave POV~ Daba igual lo mucho que llamara o lo mucho que intentara entablar temas de conversación durante clases. Bruno no era capaz de mirarme a los ojos, o de hablar conmigo de la misma manera en que lo hacía semanas atrás.
Nuestra situación se había convertido en una tortura que desgarraba mi corazón con cada silencio y con todas esas veces que él evitaba mi presencia.
Lo entendía. Entendía lo mucho que lo había lastimado. Sin embargo, entender no hacía que doliera menos.
— ¡Valiente! — veo a Kai correr en mi dirección.
Estaba con Grace en la cafetería. Ella tenía un horario muy parecido al mío. Era ella la que se encargaba de mantenerme en pie, de escuchar mis lamentos sobre aquel error que me alejó de mi mejor amigo.
— Señoritas, habéis sido invitadas a la fiesta más esperada de todo el año. O sea, mi cumpleaños.— expresó señalándose con sus pulgares.
Kai nos dió una invitación a cada una. El papel estaba decorado de una manera formal y elegante. Me pareció haber visto a más de una persona con una de estas invitaciones esta tarde, supongo que en verdad es la fiesta más esperada.
— ¿Cuál es el tema este año? — Grace abrió la invitación. — ¿Extra? — leyó el papel. — ¿Cómo que extra?
Kai se sentó en nuestra mesa.
— ¡Extra! Todos lucirán una versión de si mismos que jamás han dejado ver a los demás. Una versión extra, una versión que todos escondemos.
Miré el papel intrigada. Aquello sonaba genial y bastante divertido.
— Valiente, estoy ansioso por ver que versión ocultas detrás de esos ojos verdes. No puedo esperar.
Grace puso los ojos en blanco. — Me vestiré de monja. — Kai y yo le dedicamos una mirada larga. — ¿Qué? Dentro de esta ropa poco conservadora estáis viendo a alguien que no solo hizo la primera comunión, sino que también está confirmada.
— No es una fiesta de disfraces estúpida. Ni se te ocurra ir vestida así.
Grace le regaló su dedo del medio. — Como diga el cumpleañero.
No pude evitar reírme.
— La fiesta es en una semana. Tendré que ir al centro comercial a buscar a mi versión oculta. Mi armario está lleno de esta versión. — admití. — ¿Vamos hoy?
Grace asintió. — Te recogeré a las cuatro. — dijo antes de marcharse. Su última clase estaba por comenzar.
— Valiente. — Kai buscó mis ojos. — ¿Te puedo pedir algo?
Asentí. — Claro.
— Todos los años tengo que bailar con alguien, es algo que a mi padre le gusta hacer. — un trago amargo se deslizó por mi garganta. Con solo mencionar a su padre los recuerdos de aquella noche se repiten mil veces dentro de mi cabeza. — ¿Podría bailar contigo este año? — preguntó.
