21- Sueños

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La rubia forense había insistido a Neo quedarse en observaciones en la enfermería del buró, pero el albino insistió en que estaría bien y quería ir a su casa. La rubia apodada "Filo" sabía que cuando el albino decía algo no había manera de hacerlo cambiar de parecer, se conocían desde niños, lo suficiente para saber "lo cabeza dura" que puede ser. Soltando un largo y melancólico suspiro vió al albino salir de la enfermería rumbo a su hogar. Fue inevitable no sentir que eso ya lo visto antes, ver a Neo dar media vuelta y partir. Cómo cuando vuelves a soñar un sueño antiguo, y sabes que solo es y será siempre eso, un sueño.

Fueron amigos en la escuela, y después en la academia. Claro que se separaron más cuando ella optó por el área forense y él "donde está la acción". A veces se cuestionaba como pudieron ser las cosas si no hubieran secuestrado a Neo ese día, aquel fatídico día.

Filo: Se te quedó la chaqueta en el gimnasio, ¿Te la voy a dejar a casa?.

Neo: Que distraído, gracias Filo. Voy a medio camino a mi casa, en la tarde Rokuro hará fiesta en su casa ¿Por qué no vas y me la entregas allá?

Filo: No, que flojera ir sola a una fiesta

Neo: ¿Sola? Vamos, estaremos todos allá...

Filo: si, todos en pareja... Buenos, quizás Rokuro y tú con dos chicas a cada lado todas babosas...

Neo: Pero no son parejas, son amigas.

Filo: te apuesto el almuerzo que no te sabes ni sus apellidos...

Neo: ... Bueno, si. Hagamos una cosa, voy contigo. Nada de amiguitas ¿Así si vas?

Filo: ¿De verdad?

Neo: Claro! Vamos Filo, desde que comenzamos la academia que ya no compartimos tanto como antes. Extraño a mi amiga, además eres como mi hermanita. Oye, estoy cerca del puesto de crepas que te gusta ¿Por qué no nos juntamos aquí ahora? Comencemos a recuperar el tiempo perdido.

Filo: Estoy a unos minutos de ahí

Filo: Neo, ahí algo que me gustaría hablar contigo y es importante.

Filo: ¿Neo?

Filo: Neo si te escondiste no es gracioso, llevo unos minutos de que llegué y no estás

Filo: Si no sales de tu escondite me voy y pierdes tu tonta chaqueta. Y hay dinero en el bolsillo.

La joven escuchó el tono de mensajes del celular del albino, pero no lo vió por ninguna parte. Marcó a su celular y guiada por el sonido encontró el móvil de Neo, lo guardó y llamó a su hermano, Ash para alertarle.

Después de todo, del secuestro, del tiroteo, de la muerte del padre de los hermanos Zenshiro, la rubia borró los últimos cinco mensajes antes de devolverle el teléfono a su amigo. Él ya no tenía una sonrisa sutil en el rostro, sus ojos parecían mirar al vacío, a penas hablaba lo necesario y se podía sentir dolor en sus palabras.

Filo fue una más de quienes vió al albino perderse en las sombras de la depresión, así como también lo vió salir gracias a su amada Eri. La dulce pelirroja que le devolvió la vida a su querido amigo. Pero el tiempo había pasado, ese "enamoramiento" juvenil no pasó nunca más allá de eso, seguía teniendole un profundo cariño a su amigo, y recordaba con cariño sus tiempos de juventud junto a los Zenshiro. Si bien le sabía una que otra historia comprometedora, así mismo sabía que era un muy buen hombre, pues no por nada fue de aquel muchacho de quién se enamoró en la escuela. Pero eso ya era historia pasada, ahora sólo quedaba cariño por ese joven que alguna vez fue su sueño del primer amor.

Sentido de pertenencia II: Proteger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora