Eri corría a recibir a su hermano quien aparecía con una maceta con bellas flores en él. La chica recibía feliz el gesto, Neo no captó mucho, lo normal era un ramo de flores, no una maceta. Al entrar a la casa, Eren le sonrió al varón y le explicó en voz baja: - Mi hermana dice que es cruel arrancar flores. Toma nota -. El albino hizo una nota mental sobre ello, menos mal que se enteró a tiempo de ello, puesto que tenía planeado llenarle el cuarto de flores a la mañana siguiente. Aprovecho que los hermanos se pusieron a platicar para cancelar la compra de las flores por teléfono.Una vez más el timbre indicaba que el otro invitado a la cena había llegado, esta vez fue Neo quien abrió la puerta y quedó sorprendido al ver un enorme oso de felpa blanco.
"¿Tenía que ser un oso blanco?" Pensó Neo.
Detrás del oso, el Señor Redfield secundado por Michael y Margo quienes cargaban otros obsequios.
Eri se acercó a la puerta y al ver que se trataba de su padre de un brinco se acercó a saludar, mientras que Eren iba a la cocina por agua para calmar sus nervios.
La pelirroja estaba embobada con el enorme oso de peluche.
- Me recuerda a Neo - murmuró la joven haciendo que los demás presentes se echarán a reír a costillas de la vergüenza del albino que se cubrió el rostro con una mano.
- Bueno jóvenes, tienen la noche libre. Salgan a divertirse, díganle a Bastian el chófer que lo llamaré cuando me deba retirar - exclamó el Señor Redfield a sus empleados quienes se despidieron y volvieron al lujoso auto.
El anciano tomaba las bolsas con obsequio y señalaba cual era de cada persona.
- El oso es para Eri, aquí también estás bolsas son para tí. Las blancas para mí nieto o nieta.
No me olvidé de tí muchacho - refiriéndose a Neo que aún se ponía nervioso cuando su "suegro" le hablaba.- No debió molestarse, señor -
- No es molestia, ahora somos familia. Después de todo "me harás abuelo" -
Neo no pudo evitar sentir cierta incomodidad en eso último. Al recibir su bolsa de obsequio, quedó agradablemente sorprendido. Una lujosa corbata de seda muy fina en color negro, una pluma igual de elegante, y al final de la bolsa, en un marco de plata una fotografía.
- Quizás eso les reviva los recuerdos a los tortolos - murmuró el anciano al ver que el albino estaba contemplando la fotografía. Eri quien revisaba las bolsas de obsequio sintió curiosidad por la foto y se encaramó sobre el hombro de su pareja para ver de qué trataba sintiéndose avergonzada.
Una fotografía de ella en su infancia, la misma edad que tenía cuando un jovencito le ayudó a limpiar su vestido.
- No sabía que tenías fotos de Eri - comentó Eren integrándose al grupo.
- Eren... Hijo, estás más alto. Mírate, eres todo un hombre -
- Por su puesto, cuando nadie te cuida debes crecer rápido - respondió molesto el joven pelirrojo poniendo tenso el ambiente.
El anciano no podía reclamar ni reprochar nada, tenía razón. Eren desde muy niño tomó las riendas de su vida a falta del cariño de sus padres, además de cuidar a su dulce hermanita.
- Eren, por favor... - Eri intentó con dulzura hacer a su hermano cambiar su semblante pero su padre la detuvo.
- Querida, déjalo. Está bien, está en todo su derecho... Es hora de que tu hermano deje salir todo lo que guardó por tanto tiempo -
- Papá, estás enfermo te puede afectar ...- insistió la pelirroja, más Neo tomó las manos de la chica y la llevó al patio para darles espacio.
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Sentido de pertenencia II: Proteger
FanficContinuación de la primera obra "Sentido de Pertenencia". Un universo donde los personajes son humanos y viven la historia después de la pesadilla de Neo (U1146). Para entender cómo comienza la trama, sí o sí deben leer la primera parte de la saga...