40- Ahora te puedes marchar

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- Oh querido ¿Cómo puedes decir algo como eso después de todo lo que vivimos? - Se burló por teléfono la primera gran traidora. Ash no cortó la llamada, salió al patio a hablar para asegurarse de que Ashley no pudiera oír, no contó con que Unice acababa de entrar a la sala cuando respondió el celular y al oír "Nath" su curiosidad y temor pudo  mas y lo siguió en silencio. 

- ¿Cuál de todas nuestras hermosas vivencias? - Respondió con sarcasmo el ojigris - mi favorita es cuando me disparaste a quemaropa -

- Oh mi lindo Ash, supéralo. No estas muerto...-

- Y bien ¿A qué debo esta desagradable llamada? -

- Supe que a Sádica le dieron un indulto, y todos sabemos que lo que hizo ella es muchísimo mas grave -

Ash entendió lo que planeaba Nath, seguramente se vió perdida al no poder salir del país y ante el temor de ser perseguida por los sicarios de Cáncer no encontró otra opción que pedir un indulto.

- Oh, entonces quieres un indulto también. Vaya, tú si que no tienes vergüenza... lo siento, el estado perdona asesinatos, hasta violaciones por desgracia, pero traición no Nath. Mejor te entregas y en la cárcel te damos una celda V.I.P, te verás horrible de naranjo pero al menos estarás viva, me comprometo a que te darán comida tres veces al día - 

- Ja, ja... verás muñeco, digamos que tengo información que podría solucionarles el caso y a cambio sólo pido el indulto -

- ... -

- Ah, veo que te llama la atención mi información -

- Sin juegos Nath ¿Qué tienes? -

- Tengo a los traidores internos -

- Nosotros también, era el informático -

- Ese era uno... te envié un texto con la dirección, yo no hago tratos importantes por teléfono. Ven solo en una hora más, sin policías, o de lo contrario no hay trato -

- Oh, me extrañas... - Se burló en un tono sarcástico el ojigris.

- Admítelo, tu también. Nos vemos querido -

Ash cortó la llamada, guardó su celular y masajeó sus sienes como queriendo aliviar una migraña. Al voltear para entrar de nuevo a casa, vio a Unice y entendió que había escuchado todo.

- Conejita... -

 El rostro de la chica era inusualmente serio, había una cuota de tristeza en sus lindos ojos grisáseos con leves tonos violetas  - Entiendo si aún te afecta y que tengas que ir - pero esa expresión cambio a un puchero tan adorable que el varón sintió que se le derretía el corazón - ¡Pero la odio y ahora eres mío y no quiero que ni respire cerca tuyo!  -

- Mi vida ... - Ash se permitió el gusto de picarle las mejillas a la chica en pleno puchero para concluir tomándola de la cintura, alzarla un poco y darle un par de vueltas - Me encanta cuando dices eso -

- No juegues, es duro para mí saber que vas a ir a ver a tu ex. La malvada bonita esa - se quejaba tratando de soltarse del agarre del varón.

- Tú eres mas bonita~♪ - Continuó Ash dándole mordiscos en el cuello para hacerla reír - Y además, a ella la quise, a ti te amo Conejita - 

- Hum... más te vale, aún así no quedo tranquila que te encuentres con esa tipa. Me guste o no, ella te conoce y cuando una chica quiere puede coquetear y hacer cambiar de opinión a un hombre ¡Te voy a vaciar mi perfume para que sepa que eres mío! -

- Ja, ja. Está bien, de igual forma adoro tu perfume - Respondía el varón continuando su estrategia de intentar hacerla reír - Quiero que vengas conmigo como apoyo extra oficial, no soy tan estúpido como para no saber que me quiere tender una trampa, si le seguí el juego es para que siga pensando que caí -

Sentido de pertenencia II: Proteger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora