30- Round 1: Ash vs Cáncer

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El varón de ojos grises estacionaba su su moto en la entrada de su casa. Pudo ver a Hachi, el perrito de su pequeña en la puerta haciendo guardia seguramente esperando a su dueña que fué de paseo a la costa con sus tíos Nick y Sharon. Se acercó al umbral de la puerta y acarició la cabeza del pequeño canino, y se extrañó de que no moviera su colita feliz como lo hace cada vez que llega alguien a casa.

- Anda Hachi, está haciendo frío. Ella llegará en un día, esperemos a dentro a Ashley - exclamó con ternura el varón tomando en brazos al pequeño cachorro, se extrañó de que estuviera afuera. Normalmente Unice no dejaría al pequeño canino estar solo afuera y sin Ro.
Al tomar al pequeño cachorro, pudo ver qué tenía una patita lastimada.

- Espera ¿Quién te hizo eso amiguito?... No, otra vez no. Conejita ¡Unice! -

Ash entró a la casa gritando el nombre de la chica que no aparecía por ningún lado. Comenzó a desesperarse, no había señales de lucha ni nada, el teléfono de Unice estaba sobre la mesita de centro de la sala.

- Por favor Hachi, aprende hablar... Dime qué pasó ¿Dónde está? ¿Dónde se llevaron a Unice? - preguntaba desesperado el joven albino mientras le ponía una venda improvisada al pequeño perrito con su patita herida. Seguramente, por defender a la chica.

Desesperado tomó su propio celular y envío el mismo mensaje a sus primos advirtiendo lo que había pasado.

Efectivamente el atentado fue una distracción, y a sabiendas de que todos piensan que el objetivo principal es Eri, se sintieron todos estúpidos de descuidar a Unice.

Neo fue el primero en llegar por vivir en la casa de junto, luego sus primos quienes trataban de calmar al furioso Ash que se culpaba por la desaparición de su amada Unice.

- ¡Mierda! ¡Segunda vez! ¡No pude protegerla! ¡Soy un asco!... Si la lastiman, si le hacen daño otra vez... Yo, yo... -

- Vamos a encontrarla - murmuró Rokuro tratando de calmar a su primo menor, pero este seguía golpeando con los puños la pared de concreto. Generalmente, el menor es muy emocional, tiene lágrimas de felicidad o tristeza a flor de piel, pero esta vez, sólo había furia en esos ojos grises.

El teléfono fijo de la casa comenzó a sonar. Apretó el altavoz al mismo tiempo que entraba Sádica a la casa e hizo seña de guardar silencio. Después abría tiempo de explicar que hacía ahí y saludar.

"Hola ~♪ ¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? ¡Y yo que me alegro!"

- ¡¡¡HIJO DE PERRA!!! ¡¡¡¿DÓNDE TIENES A UNICE?!!! -

"Qué horribles modales los tuyos ~♪ verás. A cada uno le envié invitación para mí boda ho, ho, ho ~♪ pero ningún maldito bastardo me respondió, hirieron mi corazón. Eso no se hace.
Pero bueno, la cosa es que estoy planeando mi boda y me di cuenta de una cosa: ¡Aún no vimos las damas de honor! Así que tomé una. Una de tres ~♪
Me pregunto si la linda rubia de cabello corto querría ser una dama de honor también... O quizás la bonita de ojitos azules".

- Sharon y Umiko... - murmuró aterrado Hachiro sacando su celular enviando un mensaje para que enviasen oficiales a resguardar a las mencionadas.

"Se lo ofrecería a Sádica, pero la maldita perra se cambió de bando ¿No? De seguro ya está ahí... Sé que me puedes oír Sady ~♪ ¡ESTAS MUERTA HIJA DE PUTA!".

- ¡¡¡¿Dónde tienes a Unice?!!! - exigió Ash furioso.

"Anda, deja de gritar... Está bien, está bien. Salió rebelde la niña, ¿Sabes que hizo? ¡Golpeó a dos de mis hombres! ¿No revisaste el armario? Ja, ja, ja vaya adorable jovencita es bastante buena con las patadas, pero bueno, no tenía mucho que hacer con armas apuntando le a la cabeza así que se tuvo que entregar, buuuuh..."

Sentido de pertenencia II: Proteger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora