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Karen caminaba cabizbaja por las calles de la villa. Después de tanto viajar, su objetivo se le había escurrido de las manos, otra vez. Suspiró. Mientras caminaba le vinieron recuerdos a la mente.

-¡Karen! -Karen levantó la vista para ver a una figura de un hombre acercarse a ella. Estaba sentada en el suelo, apoyada en la pared un poco alejada del resto. -Levántate de ahí y ponte con nosotros, Karen.
-E...esto... -Karen bajó la vista un tanto avergonzada.
-Vamos. -Dijo el hombre ofreciéndole una mano mientras sonreía. Karen le sonrió de vuelta mientras extendía su propia mano para agarrar la de él.
-No pretendía molestar.
-¿Eeh...? Pero qué hablas, ya llevas tiempo siendo parte de la tripulación y por lo tanto ya eres una más de la familia. Vamos, todos quieren conocerte mejor.
-A...aye. -Karen lo siguió con una sonrisa en la cara. -Gracias T...

Karen fue devuelta a la realidad cuando se chocó con alguien. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se había dado cuenta de las tres personas paradas delante de ella.

-Lo siento, no vi bien por dónde iba. -Mientras se disculpaba Karen levantó la cabeza para ver a un chico joven con un gorro que le tapaba un poco los ojos. En el gorro se podía leer "Penguin".
-¡Oh! No te preocupes. No todos los días me choca una chica tan linda como tú.
-Ehhh, sí. Ja nee.
-¿Viste a esa preciosura, Sachi? -Oyó Karen mientras se alejaba y ponía los ojos en blanco.

Después de eso Karen siguió caminando, dando patadas con sus botas de combate a cualquier piedra que se interpusiera en su camino. Pasado un rato por fin llegó a una posada. Alquiló una habitación por varios días y se tiró en la cama recordando la conversación con el tabernero mientras suspiraba.

-Ojisan. -Karen se dirigió al tabernero mientras se apoyaba en la barra. Él la miró un poco agitado por lo sucedido pero aún así dispuesto a escucharla. -Si no le importa tengo unas cuentas preguntas que hacerle.

El tabernero asintió para que Karen continuara.

-Estoy buscando a un pirata, Marshall D. Teach.

Después de decir estas palabras toda la taberna volvió a quedar en silencio absoluto, algunos clientes la miraban horrorizados.

-¿Puedo preguntar por... por qué lo buscas? -Preguntó el tabernero.
-Tengo unos asuntos pendientes con él. -Dijo seria. Se oyeron susurros por toda la estancia. Karen se giró y dio un vistazo por todo el comedor hasta que sus ojos se posaron en una esquina. En una mesa, observándola se encontraban dos hombres, uno rubio y otro pelinegro con un curioso gorro, delante de este último había un... ¿oso? Sin embargo, el oso no fue lo que le causó curiosidad a Karen, sino el hombre que estaba sentado delante de él, el del gorro con forma de champiñón. Su cara le sonaba de algo y si su memoria no fallaba lo había visto en un cartel de "se busca".
Quitándole importancia, Karen se volvió al tabernero y le entregó a este un papel. El tabernero lo cogió y lo leyó. Suspiró al acabar, frunciendo el ceño.

-Karen-san. -Karen no se sorprendió de que supiera su nombre, después de todo, pertenecía a una famosa tripulación pirata y los rumores se esparcían como pólvora por el Grand Line. Siguió mirándolo esperando a que acabara de hablar. -Siento decirle que Kurohige hace ya días que dejó esta isla.
Ante estás palabras Karen apretó los puños y miró fijamente a la barra. Maldita sea, llegaba tarde otra vez.
-Sin embargo -siguió el tabernero- sé su siguiente ubicación exacta. El Log Pose debería estar listo en cuatro días. -Después de eso escribió un par de cosas en un papel y se lo entregó a Karen. Esta le dio un vistazo antes de guardarlo.
-Gracias ojisan. -Y salió del establecimiento sin mirar atrás.

Ya habían pasado cuatro días desde que Karen había llegado a la isla. Bajó la mirada a su muñeca y observó cómo la aguja del log apuntaba a otra. Ya era hora de marcharse.
Después de preparar la mochila con sus pocas pertenencias salió de la posada y se dirigió al muelle. Con una última mirada a su log se volvió a transformar en aire y desapareció pensando en que debería conseguir algún velero pequeño para viajar de isla en isla sin necesidad de gastar tanta energía.

A cierta distancia, apoyado en la barandilla de una de las cubiertas de su submarino, Law observaba a Karen disolverse en el aire.
-¡Capitán! -Law se giró para ver a Sachi asomado por la puerta. -Ya está todo listo para partir.
Law asintió. -Dile a Bepo que nos sumerja.



Karen hacía días que había llegado al sitio que el tabernero le había escrito en el papel. Rumores le habían confirmado que, en efecto, Kurohige se encontraba ahí. Por fin, después de tanto tiempo viajando de un lugar a otro, había conseguido alcanzarlo y estaba a un paso menos de alcanzar su objetivo.

Karen caminaba por las calles del casi abandonado pueblo, esperando. Era consciente de que a estas alturas, Teach ya debía saber que estaba detrás suya y esperaba que diera la cara para acabar las cosas más rápido. Como si este la hubiera escuchado una risa conocida se oyó detrás de ella.

-SHIJAJAJA. Vaya vaya, ¿a quién tenemos por aquí? ¡Si no es nada más y nada menos que Karen! -Karen se dio la vuelta. Después de tanto tiempo por fin volvía a ver a Teach a la cara. Detrás de él, el resto de su nueva tripulación observaba en silencio.
-¿Oohh? ¿Y esa cara Karen? ¿Acaso no querías verme? -Dijo con una estúpida sonrisa. Karen sonrió de medio lado.
-Teach. -Dijo a modo de saludo.
-SHIJAJAJAJA, ha pasado mucho tiempo.
-En efecto. -Después de un largo silencio Karen continuó hablando. -Supongo que ya sabes por qué estoy aquí. -Teach asintió.
-Pero antes de nada mi querida Karen, quiero hacerte una propuesta. -La chica arqueó una ceja pero se mantuvo callada, así que Teach prosiguió. -¿Te gustaría ser mi nakama?

Karen se mantuvo en silencio y sonrió.

-Lo siento Teach. -Levantó una mano y puso la palma hacia arriba, en esta un pequeño tornado giraba. -Pero va a ser que no.
-SHIJAJAJAJA qué pena. Tendremos que pelear entonces.

Y sin más los dos corrieron hacia el frente y chocaron puños. Una pequeña honda expansiva salió de ese primer contacto y los dos dieron un salto hacia atrás. Los pocos habitantes del pueblo, que habían reconocido a ambos piratas y que sabían que lo que había empezado siento una pequeña pelea acabaría en un gran desastre, comenzaron a alejarse y a preparar las cosas para huir si la situación lo requería.
-SHIJAJAJA te has vuelto incluso más fuerte que antes Karen.
Karen no le hizo caso y se lanzó hacía delante de nuevo, enviando un viento tan fuerte que mandó a Teach unos buenos metros por los aires.
Sus nakamas ante esto se lanzaron contra ella pero Karen con un simple gesto de la mano los mandó volando dejándolos inconscientes en el suelo.
-Tsk, no recordaba que pudieras usar tan bien tu fruta del diablo. -Soltó Teach levantándose del suelo. Karen siguió sin responder. -¿Sabes? Deberías agradecerme, después de todo, eres la nueva comandante de la cuarta división solo porque yo maté a That...
-¡NO MENCIONES SU NOMBRE! -Karen se había enfurecido. Un fuerte viento la envolvía haciendo que su pelo danzara alrededor de su cara. -¡Cometiste el peor crimen de todos y como antigua subordinada de Thatch-san y nueva comandante de la cuarta división acabaré contigo!
Teach tragó grueso, a decir verdad estaba un poco preocupado pero, al fin y al cabo, no tenía nada que temer, el poder de la Yami Yami no Mi era suyo.
-Cuando acabe contigo tu hermano va a tener más razones para venir a por mi SHIJAJAJA. -Karen paró en seco.
-¿A...Ace está detrás de ti también? -Teach asintió. -¡Ese idiota!
Karen suspiró e intentó quitar ese pensamiento de su cabeza. Miró a Teach y se puso seria.
-Allá vamos. -Dijo antes de convertirse en aire.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora