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Karen caminaba por las nevadas calles del pequeño pueblo de Fuyu. La botas de la chica se hundían en la nieve a cada paso que daba y esto solo la ponía de mal humor. De verdad que odiaba las islas de invierno.

Llevaba caminando un rato sin un rumbo fijo hasta que se paró en medio de la calle, así no encontraría a Law jamás. Miró a su alrededor y vio a un hombre de mediana edad que caminaba a paso ligero, la chica le interceptó antes de que lo perdiera de vista.
-Disculpe ojisan. -El hombre la miró. -Me preguntaba si había visto a un grupo de cinco hombres y un oso polar. Uno de los hombres tiene un gorro parecido a un champiñón y el resto tienen unos monos de trabajo con alguna prenda de invierno encima. -El hombre abrió los ojos acordándose de algo.
-Ahora que lo dices sí que los he visto, sí... ¿son amigos tuyos? -La chica asintió.
-Algo así.
-Ya veo... Muchacha, siento decirte que lo mejor que podrías hacer ahora es salir lo más rápido que puedas de esta isla. -Karen arqueó una ceja y el hombre siguió hablando. -Tus amigos se encontraban con alguien muy peligroso.
-¿Alguien muy peligroso? -El hombre asintió varias veces y miró a ambos lados de la calle antes de continuar hablando en un pequeño susurro.
-Verás, hace unas semanas llegó a la isla un joven. No le dimos mucha importancia al principio, pero pronto descubrimos que tenía una habilidad. -El hombre se calló y se acercó más al oído de la chica para continuar hablando.
-Ya veo. Gracias por la información, ojisan. -Le dijo Karen después de haber escuchado lo que el hombre le acababa de decir. -Una última cosa. ¿Me podría decir en qué dirección se han ido?

Lo que Law se encontró al abrir la puerta del bar hizo que se quedara parado en el sitio, mirando hacia el frente e intentando buscarle una explicación lógica a lo que estaban viendo sus ojos. Estaba seguro de que habían entrado por esa puerta. Law se giró al escuchar una risa a su espalda.
-¿Sorprendido? -Preguntaba Kanaye mientras se llevaba una jarra de sake a los labios.
-¿Qué has hecho? -El cirujano había abierto la puerta mentalizado con volver a salir a las gélidas calles pero para su sorpresa, se había encontrado con la misma sala en la que ellos estaban ahora. La única diferencia es que esta se veía ligeramente distinta, con los muebles vistos de otra perspectiva. Law se atrevería a decir que parecía que la habitación la estaba viendo a través de un espejo.
-Solo he usado un poco de mis capacidades, Law-sama.
-¿Eres un usuario? -Preguntó Aki. Este estaba cargando a Sachi mientras Raiden cargaba con Penguin.
-Muy perspicaz, Aki-san. -Le sonrió Kanaye. -Me comí la Kagami Kagami no Mi, en otras palabras, soy un hombre-espejo.
-¿Hombre-espejo? -Preguntó Raiden esta vez. Kanaye asintió.
-Así es. Puedo cambiar la apariencia de lo que me rodea, es decir, reflejarlo. Aunque el objetivo principal de esta fruta es copiar la apariencia de la persona que tengo enfrente. -Como demostración, Kanaye se levantó y se puso delante de Raiden, unos segundos después, había dos Raiden en la sala. Kanaye volvió a su cuerpo original. -Es genial, ¿no creéis? -El chico volvió a sonreír, pero esta vez sin intentar ocultar su malicia.
-¿Qué quieres de nosotros Kanaye-ya? -Le preguntó Law. El chico se volvió a mirar al cirujano.
-Te quiero a ti, Law-sama. -La sala se quedó en silencio. Law parpadeó varias veces, intentando no quedarse con la boca abierta, cosa que el resto de su tripulación no consiguió.
-¿Disculpa? -Pudo decir el cirujano. Kanaye rió.
-Más bien quiero ser tú, Law-sama. Siempre he sentido admiración por ti y tus fuertes nakamas, viajé de isla en isla en busca del famoso Cirujano de la Muerte para pedirle que me dejara unirme a su tripulación pero... un día me hice con el poder de esta fruta del diablo y mis perspectivas cambiaron un poco. -Kanaye volvió a reírse. -Con el entrenamiento adecuado he conseguido que no sea necesario estar delante de alguien para mantener su apariencia y, de hecho, he llegado a recuperar alguno de los pensamientos de la persona a la que voy a copiar con solo un vistazo. -Law, entonces, se dio cuenta de algo.
-Por eso supiste que Karen viajaba con nosotros.
Kanaye volvió a reír y aplaudió divertido.
-Así es así es. Por eso, ahora he decidido matarte, Law-sama, y convertirme en el nuevo capitán de tu tripulación pirata. Espero que no te importe, después de todo, soy un gran admirador tuyo. Mi plan era dejar fuera de combate a toda tu tripulación pero veo que no va a ser posible.
Law chasqueó la lengua y desenfundó su nodachi, sabiendo que esta vez la pelea era inevitable.
-Aki, Raiden, cuidad de Sachi y Penguin. Bepo, ve al submarino y avisa a Karen.
-¡Aye! -Gritaron todos a la vez.
-No tan rápido. -Interrumpió Kanaye. Este se había puesto enfrente de Law y, con una sonrisa, se había transformado en el cirujano copiando su apariencia con todo detalle, incluida su nodachi. Sin nada más que decir ambos se lanzaron hacia delante, chocando ambas espadas.
Los siguientes movimientos fueron tan rápidos que ninguno de los Hearts fue capaz de decir quién era su capitán y quién era el impostor. Bepo se empezó a preocupar. Uno de los Law mandó volando al otro, haciendo que el último se estrellara en unas mesas. De repente, un den den mushi empezó a sonar y el Law que se había estrellado en las mesas se levantó rápido y cogió a Bepo, apuntándole al cuello con la nodachi.
-Contesta al den den mushi, Law-sama, pero cuidado con lo que dices. -El verdadero Law chasqueó la lengua pero cogió la llamada.
-Oi, Trafalgar. ¿Vais a tardar mucho más? -Law escuchó la voz de la chica y pensó en algo rápidamente para alertar a Karen sin que Kanaye se diese cuenta.
-Karen-ya, no te preocupes. Hemos tenido un pequeño problema pero ya está solucionado, enseguida volvemos.
-Está bien... ¿necesitáis mi ayuda? -Law notó cierto desconcierto en la voz de la muchacha y decidió estirar un poco más el mensaje.
-Nono, quédate ahí Karen-ya. Gracias.
-De acuerdo... -Y después de eso, Law cortó la llamada.

-Has estado muy bien, Law-sama. -El verdadero Law miró a su reflejo y frunció el ceño.
-Suelta a mi nakama. Ahora. -Dijo amenazante.
-Querrás decir mi nakama. -Le contestó Kanaye, sin embargo, apartó la nodachi de Bepo y el oso y el verdadero Law respiraron tranquilos. -Bien, ¿por dónde íbamos? ¡Ah! Es cierto, ahora acabaré contigo.
Ambos se volvieron a lanzar hacia delante, aunque Kanaye no fuera un gran luchador copiaba todo lo que el verdadero Law hacía por lo que la batalla se estaba alargando. El cirujano estaba usando el poder de su fruta muy seguido, cosa que le cansaba rápidamente. Kanaye esquivaba los ataques de Law esperando a que este perdiera toda su energía para darle el golpe final. En un momento, el verdadero Law no pudo esquivar un ataque del impostor y recibió un corte en el brazo, aprovechando la momentánea distracción, Kanaye le dio una patada en el pecho a Law que mandó volando a este un par de metros hacia atrás. Sin perder tiempo, Kanaye se acercó y levantó la nodachi sobre el cuerpo de Law, este lo miraba sin inmutarse aunque por dentro estaba perdiendo los nervios.
-Bueno Law-sama, ha llegado tu fin. Como sigo respetándote mucho te dejaré decir unas últimas palabras. -Kanaye se quedó callado para dejar hablar a Law, pero este no dijo nada. -¿Y bien?
-¡Capitán! -Bepo comenzó a acercarse a ambos un poco confundido, dispuesto a salvar a cualquiera de los dos por el momento.
-No te acerques, Bepo. Buscad a Karen y contadle lo que ha pasado. -Dijo el verdadero Law. El oso dudó pero hizo lo que le decía. Kanaye sonrió.
-Bien, si esas son tus últimas palabras... -El chico levantó la nodachi y la bajó a gran velocidad hacia Law, este no cerró los ojos.
Antes de que la espada pudiera atravesar al cirujano, un fuerte viento la mandó volando por los aires y, entre los dos Law, apareció Karen.
-Rayos, os dejo solos medio día y mira en que lio os habéis metido. -La pelinegra estaba de pie entre los dos chicos, se giró y miró al verdadero Law, que seguía en el suelo. -¿Karen-ya? ¿En serio?
Law se comenzó a levantar y a sacudirse el polvo de los pantalones.
-Pensé que nunca llegarías. -Dijo sonriendo y poniéndose en posición de ataque. La chica le imitó y ambos quedaron al lado del otro mirando al falso Law, que estaba visiblemente irritado y asustado.
-No podemos morir antes de cumplir nuestro trato, Law. -El cirujano sonrió.
-Tienes razón. -Y luego, los dos se lanzaron contra Kanaye.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora