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-Suuuuugoooooooi. -Los piratas Heart y Karen habían cruzado el pequeño bosque tropical siguiendo el camino y ahora se encontraban delante de lo que parecía un hotel enorme. El edificio tenía cristaleras y balcones adornando la fachada y una entrada muy amplia, jardines llenos de varias flores lo rodeaban junto con palmeras altísimas y se podían apreciar varios caminos y carteles que señalaban los diferentes sitios a los que se podía ir.
-Todo parece muy... -Comenzó Clione.
-Caro. -Terminó la chica. -Oi Law, ¿podremos pagar todo esto?
-No os preocupéis por el dinero. -Contestó simplemente el cirujano.
-¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos! ¡Bieeeeeeeeenvenidos! -De la entrada principal del hotel salió un hombre bajito vestido con un traje de chaqueta azul cielo que se acercaba a paso ligero hacia el grupo de piratas. -¡Bienvenidos! Mi nombre es Haru y soy el dueño de Coral's Resort. -El grupo de piratas se le quedó mirando fijamente intentando digerir a tal extravagante figura y Law al fin carraspeó para hablar.
-Queremos alquilar unas habitaciones por varios días.
-¡Fantástico! He podido apreciar que son piratas señor, antes de llevarles a las habitaciones debo pedirles que mientras estén aquí no causaran ninguna molestia a los demás huéspedes y que no comenzaran ninguna pelea con otros piratas, señor. Son normas estrictas del Resort, señor. -Haru hablaba rápido y miraba a todo el grupo sonriendo de lado a lado, a Karen le empezaba a irritar tanto buen humor pero decidió no decir nada. Al menos por ahora. Mientras, Law había girado la cabeza para mirar a sus compañeros, no estaba del todo seguro que no causarían problemas, y menos teniendo en cuenta que desde que la chica viajaba con ellos parecía que algo siempre estaba a punto de suceder, pero eso no era algo que pudiera decir en voz alta en esos momentos.
-Entendido. -Contestó el capitán simplemente.
-¡Fantástico! -Volvió a gritar Haru de repente empezando a caminar hacia el hotel. -Pasaremos primero por recepción y luego llevaré a cada uno a sus respectivas habitaciones. Veo que solo hay una señorita en el grupo. ¿Querrá una habitación para ella sola?
-Sí. -Respondió Law. Karen no dijo nada, no le importaba compartir habitación con cualquiera, con cualquier menos el cirujano más bien, pero tampoco le importaba tener una para ella sola así que decidió seguir en silencio.

Habían llegado a la recepción y Haru estaba cogiendo unas llaves de detrás del mostrador, Law se había sacado un saco lleno de dinero de su chaqueta que daba para pagar la renta de las habitaciones y para que los piratas se pudieran permitir una serie de lujos en el propio Resort. Nadie le preguntó de dónde había sacado tanta cantidad de dinero pero a Karen se le ocurrieron varias ideas para reírse de él más tarde.
Todo en el interior del hotel gritaba "caro", los techos eran altísimos y los candelabros los adornaban por doquier, había columnas de mármol por toda la recepción y alfombras que llenaban los pasillos.
-Seguidme por favor, os llevaré a vuestras habitaciones. -La tripulación siguió al hombrecillo por el hotel y fue dejando a cada uno en sus respectivas habitaciones hasta que solo quedaron Law y Karen siguiendo al alegre recepcionista que les explicaba las maravillas del Resort, sin embargo, ambos piratas habían dejado de escucharle hacía ya rato. -¡Bien! Hemos llegado, está será su habitación señorita. -Haru abrió la puerta de la habitación y tras un rápido vistazo Karen frunció el ceño y miró a Law.
-Ni de coña.

Karen se encontraba tumbada boca arriba con los brazos extendidos a cada lado encima de la cama de su nueva habitación. La verdad es que cuando Haru abrió la puerta la chica se había sentido un tanto incómoda al ver tanto espacio decorado de forma elegante y la gran cama de matrimonio esperándole en el cuarto del fondo, al principio se había negado a entrar pero Law optó por darle un pequeño empujón para después decirle que hiciera lo que quisiera y que se verían todos a la hora de cenar en el comedor, sin mucho más que hacer hasta entonces la chica se había dedicado a dar una vuelta por la estancia observando todo lo que había a su alrededor. Después de estar cerca de una hora mirando al techo decidió asomarse al pequeño balcón que daba a una playa privada, tras pensárselo un momento, optó por ponerse el bikini y bajar a tomar un poco el sol. Una vez en la playa, caminó hasta una hamaca y se tumbó disfrutando los rayos del sol en su piel.
-Ahh, por fin un rato libre sin los escandalosos de los chicos. -Una vez más la pelinegra habló antes de tiempo, porque sin previo aviso escuchó como varias personas corrían en su dirección levantando arena a su paso. Karen se incorporó rápidamente para ver a Sachi y a Penguin revolcándose en la arena y haciendo un escándalo, la chica aguantó las ganas de levantarse y empezar a estrangularles violentamente.
-Karen-chan, hola. -La chica se giró para ver a Raiden, Bepo y Law, este último caminaba a regañadientes detrás de los otros dos con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones cortos y su pelo oscuro moviéndose ligeramente por la brisa marina sin su habitual gorro puesto, el pequeño grupo se paró al lado de la  muchacha. -No esperábamos verte aquí. -La chica miró al cocinero y suspiró.
-Ya, yo tampoco. Supongo que es buen momento para volver a la habitación.
-¿Eeh? ¿Por qué no quieres estar con nosotros? -Preguntó Penguin.
-¿Acaso hemos hecho algo para molestarte? -Continuó Sachi.
-¡Capitán! Esto es culpa tuya. -Prosiguió Penguin. El susodicho arqueó una ceja confuso observando como los chicos lo miraban de forma acusadora.
-¡Exacto! Seguro que por esa mala cara que llevas Karen-san no quiere pasar el día con nosotros. -Acusó Sachi.
-Fuisteis vosotros quienes me arrastraron hasta aquí, yo no quería bajar en primer lugar. -Contestó el capitán. Karen suspiró.
-Está bien, me quedaré con vosotros. Pero no quiero que me molestéis mientras cojo sol porque sino os mandaré volando a las aguas del Grand Line, ¿entendido?
-¡Señora, sí señora! -Gritaron los chicos. Karen volvió a suspirar pero se volvió a recostar en la hamaca. Raiden rió por lo bajo y le dio una palmada a Bepo en el brazo.
-Vamos a darnos un baño Bepo, así te refrescas un poco. -El oso asintió contento y se acercó con su compañero al agua, seguidos de Sachi y Penguin dejando a ambos pelinegros solos.
-¿Te vas a quedar ahí de pie todo el día? -Le preguntó Karen a Law, que se había quedado mirando como sus nakamas se acercaban a la orilla.
-Tsk. -Aún con mala cara Law se sacó las manos de los bolsillos y se sentó en la hamaca que estaba al lado de la de Karen.
-Buen chico. -Siguió chinchando la pelinegra. Como vio que el cirujano no le respondía decidió relajarse y cerrar los ojos para seguir tomando el sol.
-Me vuelvo al hotel. -Dijo Law después de un rato. Karen abrió los ojos y vio a Law incorporándose, tras pensárselo durante unos segundos la chica también se levantó.
-Te acompaño. -El capitán de los Hearts levantó una ceja.
-Pensaba que querías tomar el sol.
-Así es, pero dudo que pueda estar mucho tiempo tranquila con los chicos correteando por ahí. -Law simplemente asintió y ambos comenzaron a caminar de vuelta al hotel en silencio.
-¿Cuántos días piensas quedarte aquí? -Preguntó Karen cortando el silencio.
-No lo sé, pero quiero que los chicos se relajen antes de seguir viajando. Tenías razón, han estado bajo mucho estrés últimamente.
-Tu también deberías aprovechar y relajarte, ¿sabes? Estás en un Resort, Law.
-Estoy relajado. -La chica puso los ojos en blanco.
-Seguro... -Dijo por lo bajo.
-¿Qué has dicho?
-Nada. ¿Te apetece ir al bar de la piscina y beber algo?
-No sabía que eras fan del alcohol.
-Aún hay muchas cosas que no sabes de mi. -Karen sonrió. -Vamos entonces, hablemos de la vida y vamos a emborracharte doctoorrr. -Law suspiró pero siguió a la chica.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora