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El agua de la ducha relajó los músculos en tensión de la chica. Karen se encontraba cansada, tanto física como mentalmente.
-Maldita sea...
Karen abrió los ojos y miró el azulejo que tenía delante recordando su pelea con Teach. El agua de la ducha aún cayendo sobre ella.

Karen se convirtió en aire y apareció detrás de Teach dándole una patada que hizo caer de rodillas al pirata. Sin perder tiempo, Karen se disponía a lanzar uno de sus ataques, pero antes de que se diera cuenta, Kurohige la había cogido de la muñeca y la había estampado contra el suelo. Antes de que este le diera un puñetazo en la cara, Karen se disolvió y volvió a aparecer a unos metros recuperando aire.
-Karen, ambos somos tipo logia, esto no va a llegar a ningún lado. Únete a mi. -Le dijo Teach.
-Cállate. -Teach chasqueó la lengua.
-Muy bien, tú lo buscaste SHIJAJAJA. ¡Kuro Uzu! -Antes de que Karen pudiera actuar, fue atraída hacia su oponente con una gran fuerza, sin poder usar las habilidades de su fruta, Karen no pudo escapar y Teach la cogió del cuello con una mano para luego pegarle un puñetazo en todo el estómago. Fuerte.
-Maldito... -Consiguió decir. Teach rió.
-Ríndete mocosa. -Karen no dijo nada e intentó zafarse de su agarre. Sin mucho éxito.
-¿Ves? No eres rival para mi. Al igual que a ese comandante tuyo yo acabaré cont...
-¡CÁLLATE! ¡Apuñalaste a Thatch-san por la espalda solo para conseguir esa estúpida fruta! ¡Mataste a uno de tus nakamas!
-SHIJAJAJA, ya te lo dije, no era rival para mi.
-¡Mentira! Thatch-san confiaba en ti y por eso no se esperaba que lo apuñalaras por la espalda, si hubiera sabido todo, tú no estarías aquí ahora mismo.
-Tsk. Eres una molestia. -Aprovechando que Teach se había distraído un poco, Karen consiguió darle una patada en todo el pecho y rodó a un lado para preparar su siguiente ataque.
-Tatsumaki. -De pronto detrás de Karen comenzó a soplar un fuerte viento hasta que este se convirtió en un gran tornado, arrancando casas y todo lo que se interponía a su paso. A estas alturas, el pueblo ya estaba desierto. Con un giro de mano, Karen mandó el torbellino hacia Teach. Esto pilló al pirata por sorpresa y cuando ya se dio cuenta se encontraba en medio del remolino. Karen sonrió. Pero antes de poder celebrar su victoria, el tornado desapareció y las casas que habían estado atrapadas en el fuerte viento cayeron dadas la vuelta, revelando así a un Teach sonriente.
-Eso no funcionará conmigo. -Teach saltó en su dirección, pero Karen lo esquivó a tiempo.
-Kamaitachi. -La chica envió una ráfaga de viento hacia Teach, que al hacer contacto con este comenzó a hacerle cortes en el cuerpo. Finalmente, Teach cayó al suelo. Inconsciente. La pelinegra se acercó al cuerpo inerte de Teach, agachándose para comprobar si seguía vivo cuando notó un dolor punzante en la zona de su estómago.
-¿Qué...? -Karen se llevó las manos al lugar de la herida procesando lo que acababa de pasar. La chica tosió sangre.
- SHIJAJAJA. -Teach se incorporó y le pegó un puñetazo en la cara, cortándola con un anillo. Karen se tocó la frente y cuando bajó la mano vio sangre en ella. -Es tu fin, Karen~saan. -Dijo Teach riéndose. -¡Black Hole!
De repente, en el suelo empezó a formarse un gran agujero negro, que absorbía todo a su paso. La chica intentó alejarse todo lo que pudo, si quedaba atrapada en ese vórtice sería su fin. Ya a una buena distancia, Karen utilizó todas sus fuerzas restantes para volverse aire. Teach intentó alcanzarla, pero no lo hizo a tiempo.
-Nos vemos, Karen. -Le dijo a la nada.

Mientras tanto, Karen aparecía de rodillas en una playa alejada. Respiraba con dificultad, en su mente maldecía a Teach por haberla engañado.
-Maldita sea... lo siento Thatch-san... lo siento chicos... -Y sin más cayó en la arena, perdiendo el conocimiento.

Karen caminaba por los pasillos del submarino siguiendo las indicaciones de Law. Se había cambiado con la muda que tenía guardada en la mochila, que consistía en un top blanco sin mangas, y otros leggins negros con sus botas de combate de siempre y su pelo, aún mojado, caía por su espalda. La chica se dirigía al comedor decidida, le pediría al cirujano que emergiera el submarino para así poder seguir con su viaje. Después de todo no había cambiado de idea y, después de su derrota tenía más ganas de acabar con Teach. Karen se paró enfrente de una puerta, al otro lado se oía a gente hablando. Agarró el pomo de la puerta y entró sin llamar. Las voces cesaron y todos dirigieron su mirada a la recién llegada. Karen echó un vistazo rápido por la sala, había una gran mesa de metal con sus respectivas sillas pegadas al suelo, a la derecha de la habitación había una pared que separaba la cocina del comedor, sin embargo, en esta, había un gran hueco y una especie de barra que conectaba ambas estancias. Karen posó su mirada en la mesa, seis pares de ojos la observaban expectantes. La chica miró a Law.
-Trafalgar, tengo algo que pedirte.

Law se encontraba sentado en su sitio habitual en la mesa del comedor, presidiéndola, de espaldas a la puerta de entrada. Sus nakamas sentados alrededor, hablando entre ellos.
-Capitán -dijo Sachi girándose hacia él. Law le miró esperando a que continuara. -¿Cómo está la chica?
-Se ha despertado y se está dando una ducha. Le dije que cuando acabara viniera hacia aquí. -Sachi y Penguin se miraron, notablemente asustados.
-¿La dejaremos en la siguiente isla capitán? -Preguntó Raiden.
-No. -Los chicos tardaron un momento en procesar la respuesta.
-¿¿Eeeeeeh?? -Dijeron todos a la vez.
-Lo siento. -Se disculpó Bepo.
Law no les hizo caso y siguió hablando.
-Como ya sabéis Portgas-ya pertenece a una gran tripulación pirata, los piratas de Shirohige y, por si fuera poco, es la nueva comandante de la cuarta división. -Los chicos asintieron. -¿No creéis que nos beneficiaríamos mucho si la lleváramos de vuelta y le dijéramos a su capitán que la rescatamos de una muerte segura? -Sus nakamas se quedaron pensativos un momento hasta que Bepo finalmente habló.
-¿Y qué haremos si Karen-san no está de acuerdo con el plan, capitán? -Law sonrió con malicia y no dijo nada. Su tripulación tragó saliva.
Después de un rato, los chicos habían decidido cambiar de tema a otro más alegre y todos hablaban animadamente menos Law, que tenía la barbilla apoyada en su mano y estaba pensando en sus cosas. De repente, la puerta del comedor se abrió y las conversaciones cesaron, todos se giraron hacia la entrada.
En el umbral de la puerta estaba Karen, imponente, aunque no pretendía asustar a nadie, su forma de ser y de estar hacían de su figura alguien importante y respetable. Aunque, claro está, ya de por sí lo era. Law miró a la chica y sus ojos se encontraron. Por fin, esta habló.
-Trafalgar, tengo algo que pedirte.
Ante estás palabras Law arqueó una ceja pero la invitó a pasar.
-Siéntate y hablemos Portgas-ya. -Dijo señalando una silla vacía a su derecha.
-No será necesario. Venía a darte las gracias por haberme salvado y atendido durante dos días, pero necesito que emerjas el submarino.
-Eso no será posible. -Dijo Law tranquilo, ya que se esperaba la petición de la chica. Karen frunció el ceño.
-Si es porque nos encontramos en medio del mar, no te preocupes, solo necesito que emerjas el submarino un momento y me iré con...
-Soy consciente de tus habilidades Portgas-ya, y que no necesitas un barco para moverte de isla en isla. Sin embargo, no será posible que dejes este submarino. -La interrumpió Law.
-¿Y eso a qué se debe? -Preguntó Karen comenzando a enfadarse.
-Mis planes son otros. -La chica no aguantó más y caminó hacia él, apoyando su mano derecha en la mesa se acercó a la cara de Law sin inmutarse.
-¿Qué intentas decirme, Trafalgar? -Dijo con un tono duro. La tripulación que hasta ahora no se había movido, se encogió del miedo, alejándose todo lo que sus sillas le permitían.
-Lo que intento decirte, Portgas-ya, es que te quedarás con nosotros hasta que yo te lo diga. Law le mantuvo la mirada y la chica por fin se incorporó, sin apartar la mirada del capitán de los Hearts.
-Creo que la falta de aire por estar metido aquí dentro te está afectando a la cabeza. -Law se levantó y los dos se miraron, aunque la chica medía su buen metro setenta y tres, Law aún le sacaba varias cabezas. Sin embargo, esto no asustó a la chica, que comenzó a formar una suave brisa alrededor de ella haciendo que su pelo se moviera ligeramente. -Te estás metiendo con el pirata equivocado, Trafalgar.

La tripulación de Law se había levantado de sus sitios y miraban la escena decididos, aunque la chica daba miedo no dudarían ni un segundo en actuar si su capitán necesitaba ayuda.

-Puede ser. -Dijo Law levantando una mano. -Room. -Alrededor de ellos dos una fina capa azul los envolvía, la chica no se movió pero la fuerza del viento que la rodeaba incrementó, preparada para atacar. Law notó esto y sin perder más tiempo lanzó su ataque. -Mes.

El viento que comenzaba a rodear a ambos paró de repente y la chica sintió una rara sensación en su pecho. Notó que sus piernas flaquearon un poco, pero no cayó al suelo.

-Me sorprende que no te hayas desmayado aun teniendo esas heridas Portgas-ya, lo que dicen no son solo palabrerías. Eres fuerte. -Karen levantó la vista del suelo un poco aturdida. Su mirada fue a parar a la mano de Law, que sostenía algo en ella. Después de mirarlo detenidamente Karen se dio cuenta de que era un corazón palpitando. Su corazón.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora