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La noche ya había caído en isla Hana, Law caminaba en dirección al submarino cargando a Karen en su espalda, la chica estaba muy malherida y aunque el cirujano la había tratado lo mejor que podía en esas circunstancias, se encontraba exhausta debido a los efectos que la habilidad de Aika había dejado en su cuerpo.
-¿Se pondrá bien? -Clione caminaba al lado de ambos pelinegros apoyado en Aki.
-Sí, solo necesita descansar y recuperar algo de sangre. -El joven asintió y apartó la mirada de la chica.
Los piratas Hearts caminaban a paso ligero para llegar lo antes posible al muelle para intentar no cruzarse con los marines. Su plan era llegar al submarino para terminar de tratar a Karen y para que todos descansaran y sumergirse hasta la mañana siguiente donde se despedirían de Clione y de la isla sin ser detectados. Era un plan arriesgado, pero lo más difícil ya estaba hecho.  
En ese momento Karen abrió los ojos lentamente y, después de procesar la escena durante unos instantes, juntó sus manos por delante del cuello de Law para conseguir un mejor agarre. -Vaya, estás despierta. -Susurró Law para que nadie más que ella le oyera.
-Aye... -Susurró la chica a su vez para luego apoyar su cabeza en el hombro del capitán de los Hearts.
Law fue yendo más despacio para que el resto le adelantara, Raiden se había percatado de que Karen se había despertado y queriendo dejar a ambos pelinegros un momento a solas instó al resto del grupo a seguir caminando.
Karen había hundido la cara en el hueco del cuello de Law, quizás fuera por la fatiga o quizás fuera por el calor que emanaba el cuerpo del capitán pero la verdad es que la chica estaba muy cómoda.
-Karen. -La llamó el cirujano, girando un poco su cara hacia ella.
-¿Hmm?
-Sigo pensando que lo que has hecho antes ha sido una locura. -Karen suspiró.
-Bájame. -Law dudó un momento, la chica aún estaba débil y no estaba seguro de que se pudiera mantener de pie. -Estoy bien. -Le aseguró. El cirujano suspiró pero acabó por dejar que Karen bajara de su espalda y una vez en el suelo se miraron el uno al otro de frente.
-Escucha Law, sé que lo que hice fue una locura.
-Pusiste en riesgo tu vida Karen, ¿qué pasa si no llego a estar yo ahí?
-Mira, obviamente todo lo tenía planeado desde el principio. Si no llegas a estar no lo habría hecho. -La chica se cruzó de brazos.
-¿Y por qué demonios no acabaste con ella tu misma? ¿Por qué hiciste de cebo y esperaste a que yo la derrotara?
-¡Aggh! -La pelinegra se llevó las manos a la cabeza. -Law, te lo explicaré todo más adelante pero de verdad creo que ahora no es buen momento para... -Karen paró en seco y se giró a tiempo para ver un pequeño brillo plateado que se dirigía hacia su cara, con un rápido movimiento Karen desvió la trayectoria del cuchillo que le habían lanzado y este se clavó a sus pies. Una suave risa se oyó a un par de metros de ambos piratas y estos miraron en su dirección, caminando hacia ellos una figura de una mujer comenzaba a tomar forma entre la oscuridad, esta llevaba una gran chaqueta blanca y sus pelos rosados se movían ligeramente por la brisa nocturna.
-¿Quién diría que nos encontraríamos de nuevo aquí? -Karen se volvió directamente hacia la figura de la recién llegada y sonrió de medio lado.
-Elena, cuánto tiempo.

Decir que Law estaba sorprendido sería atenuar lo que verdaderamente sentía, el capitán de los Hearts siempre había sido poco hablador pero en ese momento su cabeza también se había quedado en blanco. Ahí estaba Karen, hablando con la marine como si fueran amigas de toda la vida y riéndose por algo que dijo la pelirrosa recordando viejos tiempos. En algún momento, la conversación se tornó seria y la pelinegra prosiguió a contarle a la recién llegada lo sucedido en esa pequeña isla, mientras, Law seguía observando el intercambio entre ambas en silencio y en un momento dado se encontró observando a la marine. Era joven, tendría que estar rondando la edad de Karen, quizás unos años más, pero sin embargo, la chaqueta de la Marina que llevaba indicaba que pertenecía a un alto rango independientemente de su edad. Elena, que así era como la había llamado Karen, escuchaba a esta en silencio y con una expresión seria mientras iba procesando toda la nueva información.
La pelinegra ya había terminado de contar lo sucedido y ahora Elena se encontraba de brazos cruzados y con el ceño fruncido. Los tres se mantuvieron en silencio hasta que la marine apoyó sus manos en las caderas.
-Esa Aika... qué molestia.
-No sabía que la conocías.
-Sí... trabajamos juntas durante mucho tiempo bajo las ordenes de tu abuelo. -Aika suspiró. -También le expliqué a Garp-san que había que mantenerla vigilada y no me hizo caso. -Karen rió.
-Ese viejo siempre hace lo que le da la gana. -Aika volvió a suspirar.
-Ya... cambiando de tema. -Elena señaló a Law y se giró hacia él por primera vez desde que había llegado. -¿Qué demonios haces con la tripulación de Trafalgar Law?
-Es una larga historia... pero digamos que estamos viajando juntos por ahora, aunque sigo siendo parte de la tripulación de Shirohige.
-Entiendes que tendré que reportarle esto a la Marina. -Karen bajó la cabeza.
-Aye... -Dijo triste. Elena se empezó a reír.
-No te preocupes. Me haré cargo personalmente de que no suban tu recompensa. -Karen levantó rápidamente la cabeza y sus ojos se iluminaron.
-¿De verdad? -La marine asintió. -Gracias Elena. -Law había arqueado una ceja y escuchaba con atención. ¿Por qué no quería que se subiera su recompensa? Al capitán de los Hearts se le estaban acumulando preguntas sin responder y eso era algo que no soportaba.
-Bueno. -La pelirrosa interrumpió los pensamientos del cirujano. -Será mejor que os vayáis antes de que nos pillen. Intentaré dejaros via libre hasta que os marchéis. -Elena se giró a Karen. -Espero que la próxima vez que nos veamos estes en buenas condiciones para luchar.
-Descuida, la próxima vez que te vea espero que estés preparada para morder el polvo. -Ambas rieron y luego Karen se giró a Law. -Oye Law, déjale el corazón de Aika a Elena, nosotros no lo vamos a necesitar. -Sin mediar palabra, el cirujano sacó el corazón y se lo lanzó a la marine que lo cogió al vuelo y le dio varias vueltas en la mano.
-Bien, pues eso es todo. Nos vemos.
-Dale recuerdos a mi abuelo de mi parte.
-Aye aye. -Ambos piratas observaron como la joven se alejaba caminando en dirección del ya destrozado cuartel de la Marina y ninguno dijo una palabra hasta que la pelirrosa se perdió de vista. Karen suspiró.
-Menos mal que no he tenido que luchar contra ella esta vez, habría acabo muy mal. -La pelinegra se dejó caer al suelo y se sentó entre las pequeñas flores que rodeaban todo el campo. -Estoy agotada.
-¿Supongo que sigue sin ser el momento para hablar? -Dijo Law por fin. La chica le miró antes de contestar.
-Te prometo que te contaré todo, simplemente ahora necesito descansar.
-Está bien. Dirijámonos al submarino, quiero llegar ya.


El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora