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-¿Alguien ha visto al capitán? -Sachi acababa de entrar al comedor seguido por Penguin, después de que el capitán de los Hearts les dijera que se marchasen el día anterior no lo habían vuelto a ver y no habían tenido la oportunidad de contarle la gran idea que se les había ocurrido.
-Yo no lo he visto desde ayer en la tarde. -Comentó Aki mientras ponía la mesa. Toda la tripulación se encontraba en el comedor preparándose para el desayuno a excepción de Law y Karen. -Y ahora que lo pienso tampoco he visto a Karen desde ayer.
-Oh, anoche cuando fui a llevarle la cena al capitán toqué la puerta y al ver que nadie abría entré y vi a ambos durmiendo. -Raiden había salido de la cocina y estaba colocando la comida en la mesa, en el comedor se había hecho el silencio y ahora toda la tripulación miraba al cocinero con la boca abierta.
-¿¡Eeeeh!? -Todos menos Raiden habían dejado lo que estaban haciendo.
-Lo siento. -Se disculpó Bepo.
-¿Qué pasa? -Preguntó el cocinero confundido.
-El capitán y Karen... -Comenzó Sachi.
-Estaban durmiendo... -Siguió Penguin.
-Juntos... -Finalizó Aki.
-Aye. -Afirmó Raiden. El comedor se había quedado en silencio absoluto y todos se miraban entre todos esperando a que alguien procesara la información y confirmara que lo que acababan de oír no era una broma. De repente la puerta del comedor se abrió dejando ver a cierta pelinegra caminando desganada.
-Buenos dí... -Karen paró a media frase cuando se percató que toda la tripulación la miraba fijamente menos Raiden que tenía una mirada desaprobadora mientras susurraba algo que le sonó a la chica como "panda de cantosos". -¿Ocurre algo?
-¿Que si ocurre algo? -Aki había dejado lo que estaba haciendo y ahora se acercaba a la chica con un brillo en los ojos y una sonrisa de medio lado, cuando llegó al lado de esta, acercó su cara a la de la pelinegra y se la quedó mirando fijamente mientras se reía por lo bajo. Karen le puso una mano en la cara a Aki y lo apartó hacia atrás un tanto incómoda por la situación.
-¿A qué viene todo esto?
-¿Es cierto que anoche dormiste con el capitán?
-Sí. -Karen respondió sin inmutarse y de nuevo todos los presentes se quedaron con la boca abierta. Aki dio un paso hacia atrás asombrado.
-¿Entonces el capitán y tu estáis...
-¿Eeh? ¿Qué cosas dices Aki? -Le interrumpió la chica mientras se iba a sentar para desayunar. -Solo quería molestar a Law invadiendo su tan querido espacio personal y nos dejamos dormir en el sillón.
-¿Entonces no pasó nada? -Preguntó el joven un tanto desanimado.
-Claro que no. Además, me fui a mitad de la noche.
-Oh... -Ahora al rubio le rodeaba un aura de tristeza y fue arrastrando los pies hasta sentarse en su sitio y luego miraba a un punto fijo en la mesa. Karen arqueó una ceja pero no dijo nada y empezó a desayunar en silencio.

Karen se despertó a mitad de la noche con dolor de espalda, después de parpadear varias veces se acordó de que se había dejado dormir en la habitación de Law. Sin moverse demasiado, la chica levantó la vista y vio que el cirujano se había dejado dormir de brazos cruzados apoyado en el respaldo del sillón, su gorro ensombreciéndole los ojos. La pelinegra observó al capitán durante un momento, unas oscuras ojeras adornaban sus ojos, aunque ahora que lo pensaba, el cirujano siempre parecía tener esas sombras bajo los párpados. Queriendo ser buena con Law por primera vez, la chica decidió no despertarle ni hacerle ninguna broma, ya que el capitán se veía agotado así que, silenciosamente, Karen se incorporó hasta quedarse sentada y justo cuando estaba a punto de levantarse Law se dejó caer a un lado mientras dormía dejando que su cabeza reposara en el regazo de la chica. La pelinegra se tensó y estuvo a punto de tirar al capitán al suelo de un empujón, la última vez que alguien se había apoyado así en ella había sido su hermano Sabo y desde entonces no dejaba que nadie lo hiciera, ni siquiera los pocos novios que había tenido. La chica tragó saliva y se tranquilizó, tras respirar profundamente levantó con delicadeza la cabeza de Law e hizo que este la apoyara en una almohada para luego taparle con la manta. Karen caminó en silencio hacia la puerta y antes de salir le dio un último vistazo al cirujano que seguía durmiendo tranquilamente, la chica suspiró y cerró la puerta a sus espaldas.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora