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-Bien, ahora que me he ocupado de Clione... ¿cómo demonios llegasteis aquí? -La pelinegra volvió a aparecer al lado de Law, el cirujano la observó frunciendo el ceño y luego miró el hombro herido de la chica, la sangre caía por su torso, manchando por un lado la camisa de asillas gris que tenía.
-Cuándo se cortó la llamada fuimos en la dirección en la que os habíais marchado, no había mucha perdida así que llegamos enseguida al despacho y luego vimos los cristales rotos y al asomarnos a ti tirada en el suelo así que con la habilidad del capitán bajamos rápidamente. -Karen escuchaba la explicación de Aki mirando hacia Aika, que se miraba las uñas de una mano, aburrida. Aunque por fuera parecía que la capitana no estuviera pensando en nada interesante, la realidad era algo totalmente diferente, su mente iba a mil por hora pensando un plan para derrotar a ambos piratas, con lo elevadas que eran sus recompensas si acababa con ellos no tardarían en subirla de rango. La rubia pensaba que ya había herido a la molestia más grande de todas y, que para tener una recompensa tan alta y pertenecer a una tripulación pirata tan temida en todo el mundo, no había dado mucho trabajo, por lo que se sentía confiada. Según había visto con sus propios ojos Trafalgar Law también era un usuario y aunque sus habilidades eran ciertamente increíbles solo necesitaba rozarle durante tres míseros segundos para que todo llegara a su fin. Después de repasar mentalmente el plan varias veces la capitana de la Marina centró su atención en los tres piratas que estaban frente a ella mientras agarraba bien su látigo y se ponía en posición de ataque.
-Ya basta de cháchara. -La pelinegra levantó la vista, había estado ocupada insistiéndole tanto a Aki como a Law que la herida solo era un rasguño y por un momento se había olvidado de la capitana que los miraba con fiereza. A Karen solo le dio tiempo de extender ambos brazos a cada lado de su cuerpo para mandar a sus compañeros volando a una buena distancia y de desaparecer ella misma para luego aparecer al lado de Aki antes de que la capitana Aika impactara su látigo donde momentos antes habían estado de pie.
-Aki, ten cuidado. Por ninguna circunstancia dejes que te roce siquiera, no sé que clase de habilidad tiene pero es peligrosa.
-Está bien, pero ten cuidado tú también Karen. -Antes de poder contestarle a su amigo Law volvió a aparecer a su lado.
-¿Algún plan? -Le preguntó la chica.
-La estratega se supone que eres tú, no yo.
-¿Eeh? Pues... esto... ¡escondámonos por ahora! -Karen agarró de las muñecas a los dos piratas y salió corriendo en dirección del edificio para luego desaparecer antes de que la capitana se diera cuenta siquiera de lo que había pasado.

Karen apoyaba su espalda en la pared mientras recuperaba aire, habían salido corriendo sin parar hasta llegar a un pequeño cuarto de almacenaje dentro del cuartel de la Marina y ahora permanecían escondidos mientras los marines comenzaban a movilizarse para encontrarlos lo antes posible.
-¿A qué ha venido eso? -La pelinegra levantó la vista para mirar al cirujano.
-Tenía que salir de ahí para pensar en un plan y dudo mucho que Aika me hubiera dado tiempo para pensar en cómo derrotarla.
-¿Qué hay de Clione? -Preguntó Aki.
-No te preocupes, por muy lejos que me encuentre esa pared no desaparecerá hasta que yo quiera o hasta que acaben conmigo y solo yo puedo entrar y salir.
-Bien y ahora, ¿qué hacemos?
-Lo primero va a ser curarle la herida a Karen. -Law que había estado rebuscando en unas cajas se había vuelto a girar con unas vendas y una pequeña botella de alcohol en la mano. -Es lo único que he podido encontrar pero es mejor que nada. Siéntate. -Karen se cruzó de brazos.
-Ya te he dicho que no es nada... -El pelinegro arqueó una ceja.
-Perdiste una barbaridad de sangre.
-Vamos Law, llevo siendo pirata muchos años y te puedo asegurar que en todo ese tiempo he recibido heridas peores que está.
-No lo dudo pero mientras viajes conmigo no voy a permitir que no cures tus heridas como debes y no hay nada más que hablar. -La chica frunció el ceño y estuvo a punto de contestarle cuando Aki le puso una mano encima de la boca para que se callara.
-Karen, hazle caso al capitán por una vez. -Karen suspiró y Aki apartó la mano para luego ayudarla a sentarse.
-Puede que te escueza un poco. -Law mojó en alcohol una parte de la venda y agachándose frente a la chica comenzó a desinfectar y limpiar su herida, la pelinegra soltó un pequeño siseó y se encogió un poco cuando su hombro empezó a escocerle. -¿Te he hecho daño?
-Solo acaba ya. -Karen apoyó la cabeza en la pared y esperó hasta que el cirujano acabara de limpiarle y luego vendarle. Cuando ya hubo terminado el pelinegro se alejó un poco para ver el resultado.
-Ya he acabado. -Law se levantó y le extendió una mano a la chica para que esta también se levantara y luego la pelinegra se miró el hombro, tenía una venda que le rodeaba tanto la parte por donde le había entrado la bala como la parte en la que había salido y aunque le seguía doliendo de vez en cuando ya podía mover el brazo libremente.
-Gracias. -Law asintió.
-¿Ya pensaste en algo?
-La verdad es que sí, pero necesito hablar con Bepo.

Dicho oso caminaba a escasos metros del grupo de marines y de sus nakamas mientras se escondía y hacía todo lo posible por no ser descubierto, ya hacía rato que habían salido de la villa y ahora se disponían a seguir un camino principal que llevaba al centro de la isla para luego dirigirse al cuartel. Bepo acaba de esconderse detrás de unos arbustos a las orillas del camino cuando su den den mushi comenzó a sonar y, antes de que nadie se percatara, lo descolgó.
-Bepo.
-Karen-san, ¿qué ocurre? ¿Estáis todos bien?
-No hay tiempo para eso. Bepo, si no me equivoco estáis de camino al cuartel, ¿cierto?
-Aye. Sachi, Penguin y Raiden están siendo escoltados por un pequeño grupo de marines, llegaremos ahí en unos diez minutos. -El oso polar levantó la vista y vio que Raiden seguía hablando con el marine que estaba a cargo del grupo.
-Tenemos problemas por aquí y necesito que os ocupéis de ellos y luego vengáis enseguida . -Bepo parpadeó varias veces y miró extrañado al den den mushi.
-Pero Karen-san nos habías dicho que no peleáramos a no ser que fuera estrictamente necesario. -Karen suspiró al otro lado de la linea.
-Lo sé, pero nos han descubierto y ahora es estrictamente necesario. -Bepo notó irritación en la voz de su compañera.
-Lo siento... -Karen volvió a suspirar y habló esta vez más tranquila.
-No te disculpes Bepo, todo es culpa mía. Bien, ahora escucha lo que te voy a decir. -El oso escuchó atentamente las indicaciones que le daba la pelinegra y después de que esta le explicara un par de cosas más colgó la llamada.

Sachi iba caminando al final del grupo y miraba disimuladamente cada pocos minutos al lugar donde se escondía su nakama, antes de salir habían acordado unas señas por si algo salía mal y para comunicarse desde la distancia. Ya habían pasado por el centro de la isla y ahora se dirigían a la zona oeste, Sachi volvió la cabeza hacia un lado del camino y vio que Bepo le hacía unas señas, después de fruncir el ceño y asentir se volvió hacia Penguin, que también había visto lo que su compañero les había señalado.
-Inspector Akiyama. -Raiden se volvió hacia Penguin al escuchar que lo llamaba por el falso nombre que había adoptado. -Plan C. -Raiden se paró en seco y arqueó una ceja, el Plan C era básicamente dejar fuera de juego a los marines que los acompañaban y era el último recurso de todos.
-¿Estáis seguros?
-Son ordenes directas de Karen-san. -Interrumpió Sachi. Raiden asintió.
-Si no hay más remedio. -A Raiden no le gustaba pelear, algo raro para alguien que pertenecía a una tripulación pirata y más raro aún siendo un experto en la lucha cuerpo a cuerpo. El chico se había unido a los Hearts justo después de Aki, Law estaba buscando un buen cocinero para su grupo al que no le importara ensuciarse las manos de vez en cuando en alguna pelea, varios cocineros habían ido a hablar con el capitán y a demostrarles sus habilidades sin mucho éxito, ya que Law se había fijado en Raiden aunque este no se había mostrado interesado en unirse a su tripulación en un principio. Sin embargo, tras una larga conversación había aceptado sin saber muy bien por qué, había algo en el cirujano que hacía que el chico quisiera acompañarle en sus aventuras, Law había visto en él un gran potencial y, por eso, estaría eternamente agradecido.

Bepo había saltado de su escondite y junto a sus compañeros habían dejado fuera de combate a los marines en cuestión de segundos para luego arrastrarlos y esconderlos bajo unos matorrales fuera del camino.
-Hay problemas, han descubierto al grupo del capitán y Karen-san ha dicho que nos dirijamos hacia el cuartel enseguida. Tenemos via libre para ocuparnos de cualquiera que se cruce con nosotros. -Explicaba el oso, el resto asentía.
-Bien, en marcha. -Raiden emprendió el camino con sus nakamas pisándole los talones.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora