Law caminaba por los pasillos del hotel con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones, se había despertado esa mañana con las esperanzas de poder hablar con Karen y resolver el maldito tema de una vez por todas y, de paso, ver si se encontraba mejor o no, pero, a mitad de camino hacia la habitación de la chica, se había encontrado con Letty y esta le había dicho que la pelinegra estaba bien pero que no quería recibir visitas hasta el día siguiente. La primera reacción de Law fue enfadarse pero, al ver la mirada que le lanzaba la pelirroja y después de que esta le explicara por encima cómo se sentía Karen en esos momentos, por fin cedido y trató de entretenerse haciendo otras cosas, que consistían principalmente en quedarse encerrado en su habitación hasta que alguno de sus nakamas lo fuera a buscar. Sin embargo, su mente no paraba de recordar una y otra vez la mirada llena de dolor de la estratega cuando esta se había despertado sobresaltada la noche anterior, cuando por fin había decidido abrir los ojos después del golpe en la cabeza que se dio cuando Kid se tiró encima de ella para salvarle la vida. Cuando Kid le salvó la vida. Law no podía parar de pensar en ese pequeño gran detalle y en que no fue él quien salvó a la chica, por supuesto que se alegraba de que la chica no muriera pero tenía una sensación rara en el pecho que, por el bien de su salud mental, pasaría por alto al menos por ahora. Enlazando un pensamiento con otro, Law recordó cuando esa misma mañana había encontrado a Kid en uno de los jardines exteriores y ambos habían mantenido una pequeña charla.Law había decidido salir de su habitación para coger un poco el aire y despejarse, ahora se encontraba en uno de los muchos jardines exteriores que había alrededor del Resort y agradecía que no hubiera nadie a los alrededores que pudiera molestarle. Como siempre, el cirujano agradeció su soledad antes de tiempo, porque detrás de un árbol apareció una figura que deseaba no haber visto.
-Trafalgar. -Este se giró hacia la voz y puso cara de pocos amigos.
-Eustass-ya, ahora mismo no estoy de humor así que será mejor que te vayas. -Kid se quedó mirando al pelinegro y sonrió de medio lado.
-¿Y desde cuándo estás tú de humor para lo que sea?
-Tsk. Si no tienes nada más que decir Eustass-ya, será mejor que me vaya yo de aquí. -Law se había empezado a dar la vuelta para volver de nuevo a su habitación cuando su rival lo había vuelto a llamar.
-Espera. La verdad es que quería hablar contigo sobre la mocosa. -El cirujano se paró en seco.
-¿Y exactamente qué es lo que me vas a decir de ella? -A estas alturas ambos estaban mirándose de frente asesinándose con la mirada. Kid era más alto que Law por un par de buenos centímetros pero este último no se dejaba intimidar.
-¿Te gusta? -Le espetó el pelirrojo. El cirujano levantó una ceja, no se esperaba para nada que le preguntara eso.
-¿Me estás diciendo que estás haciéndome perder el tiempo porque quieres saber si me gusta Karen o no?
-Sí. -Kid miró a Law a los ojos, por primera vez el primero se mantenía totalmente serio y su llamativa sonrisa había desaparecido de su rostro.
-¿Y qué si me gusta? -Respondió el cirujano. Él mismo se sorprendió de que esas palabras salieran de su boca pero su semblante se mantuvo igual. Su rival entonces sonrió como si estuviera esperando esa misma respuesta.
-Eres un hueso duro de roer, Trafalgar. No sé qué habrá pasado entre vosotros dos y tampoco sé por qué alguien como ella está viajando con alguien como tú pero, si te importa algo esa mocosa deberías ir a solucionar las cosas con ella.
-¿O sino qué? -Kid sonrió más aún.
-O sino me la llevaré conmigo. -El capitán de los Hearts frunció el ceño.
-Creo que Karen es lo suficientemente mayor para decidir por sí misma con quién quiere irse, Eustass-ya y, la verdad, es que dudo que consigas llevártela por la fuerza.
-¿Quién ha dicho que me la vaya a llevar por la fuerza? ¿Crees de verdad que querrá quedarse con tu tripulación después de lo que quiera que haya pasado entre vosotros? No me hagas reír, Trafalgar.
-Tsk. -Kid sonrió con malicia y se dio la vuelta para empezar a caminar.
-Habla con ella. -Dijo a modo de despedida.
-Eustass-ya, -llamó Law -¿y a ti te gusta ella? -Kid no se paró en ningún momento y tampoco se giró para mirarle, solo levantó un brazo y luego, poniendo su mano en forma de puño, levantó su dedo corazón. Law sonrió y él también se dio la vuelta para irse de ese lugar.Cuando Law se quiso dar cuenta ya se encontraba delante de las enormes puertas que daban acceso a la piscina interior de agua dulce, el pelinegro había ido a buscar a Letty y después de decirle que tenía que arreglar unas cosas con Karen urgentemente, la chica había cedido y le había dicho dónde se encontraba su amiga. El cirujano extendió la mano y observó que la puerta estaba abierta así que entró sin problemas sin tener que usar sus habilidades. Law cerró la puerta a sus espaldas y observó la estancia atentamente un poco asombrado. La sala era enorme, las paredes estaban hechas de piedra y los marcos de las ventanas y la puerta estaban hechos de madera; a través de las ventanas se veía parte de un jardín que parecía una jungla y el pelinegro observó que el cielo se estaba oscureciendo por la llegada de la noche. Por otra parte, el techo de la sala era negro pero, al levantar la vista, Law pensó por un momento que se encontraba al aire libre, ya que el techo que cubría toda la sala tenía puntitos de luz que alumbraban todo simulando ser estrellas pero, eso no era lo más impresionante de todo, porque en medio de toda la sala estaba la piscina, refulgiendo con un bonito azul turquesa y, al otro lado de esta, estaba Karen mirando por fuera de la ventana, apoyada en el bordillo de la piscina dándole la espalda a Law. El pelinegro observó atentamente a la joven y, por un momento, se olvidó de respirar. El pelo de la estratega caía por su espalda y flotaba a su alrededor en la superficie del agua, haciendo que el negro contrastara con los tonos turquesas mientras que su piel bronceada brillaba ligeramente debido al reflejo de las pequeñas luces que se encontraban sobre sus cabezas. Cuando Law por fin volvió en sí, apartó la mirada de la chica, chasqueando la lengua mentalmente y frunciendo el ceño. ¿Qué demonios estoy haciendo? Pensó.
Cuando consiguió recuperarse, carraspeó para llamar la atención de la joven y esta salió de su pequeño trance girándose para clavar sus ojos con los del cirujano, creando unas pequeñas ondas en el agua por el movimiento. Karen alzó las cejas levemente sorprendida de encontrar a Law ahí, pero luego sonrió de medio lado y comenzó a nadar hacia el otro lado de la piscina, hacia donde se encontraba el recién llegado.
-¿No es fantástico, Law? Hacía años que no nadaba. -Karen había llegado al otro borde de la piscina y ahora miraba a Law desde abajo con una pequeña sonrisa en sus labios. El capitán de los Hearts la miró detenidamente, la chica estaba flotando en el agua alegremente y, por primera vez, Law veía que esta estaba tranquila y en paz. La miró a los ojos y Law volvió a perderse en sus pensamientos por segunda vez en menos de cinco minutos, era la primera vez que se fijaba atentamente en los ojos de la muchacha, ¿siempre habían sido así de expresivos? ¿Así de brillantes?
-¿Law? -Este salió de su ensoñación y miró a la chica que lo había estado llamando. -¿Estás bien?
-Sí, ¿qué decías?
-Te preguntaba que cómo sabías que estaba aquí.
-Me lo dijo Letty-ya. Tranquila, me lo dijo solo porque le insistí en que tenía que hablar urgente contigo. -Añadió al ver el ceño fruncido de la chica. Esta suspiró.
-Está bien, pero antes de hablar... ¿vienes? -La estratega le sonrió e hizo un gesto para que el cirujano se uniera con ella en la piscina.
-No, nadar no sirve de nada ya. -Dijo simplemente. Karen puso los ojos en blanco.
-Está bien, está bien. Al menos ayúdame a salir, ¿sí? -Law chasqueó la lengua pero aún así estiró el brazo y agarró la mano de Karen. Sin embargo, justo antes de que el pelinegro pudiera hacer fuerza para sacar a la joven, esta hizo fuerza hacia abajo y empujó al cirujano al agua, pillándolo completamente desprevenido.
Law entró en pánico durante la fracción de segundo que tardó en sumergirse en el agua pero se tranquilizó al recordar que era agua dulce y al notar que se podía mover perfectamente. Al sacar la cabeza del agua se encontró a Karen riéndose a carcajadas un poco por delante de él. Law frunció el ceño enfadado.
-No es gracioso.
-Oh, pero sí que lo es. Deberías haberte visto. -La chica siguió riéndose y Law puso los ojos en blanco.
-Parece que tienes diez años, Karen. -Se quejó.
-Y tú parece que tienes setenta. -El cirujano volvió a chasquear la lengua, más molesto aún.
-Ya que decidiste que sería buena idea tirarme a la piscina, ¿podemos salir ya y hablar? -Karen paró de reírse.
-¿Huuh? Vamos Law, no seas aguafiestas. -La chica se acercó nadando hasta él y apoyó sus manos en los hombros del capitán de los Hearts haciendo un puchero con la boca. -Un ratito solo, ¿por favor?Law se la quedó mirando sin decir una palabra, ahora que se daba cuenta, la chica estaba muy cerca y podía notar el calor que emanaba su cuerpo incluso estando sumergido en el agua. Karen al ver que Law la miraba tan detenidamente cayó en que se había acercado más de la cuenta con el vaivén de las ondas del agua y que sus caras no estaban tan alejadas cómo había pensado en un principio. ¿Se habían estado acercando el uno al otro sin percatarse? La chica hizo el ademán de alejarse rápidamente, pero Law le agarró el brazo frenándola.
-Karen. -La chica miró a los ojos grises del pirata y, por un momento, se perdió en ellos.
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El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora)
FanfictionMovida por la venganza, cierta pelinegra decide dejar su tripulación para ir en busca del pirata que había roto la norma más importante de todas: matar a un nakama. En su viaje se encuentra con el Cirujano de la Muerte, Trafalgar Law, con el que vi...