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-No sabía que tenías un lado blando, Law. -Le decía Karen al capitán de los Hearts mientras corrían. Karen, Law y Aki iban por un atajo que Hisao les había enseñado para llegar antes a la parte oeste de la isla, donde se encontraba el Cuartel de la Marina. -¿Quién iba a decir que el Cirujano de la Muerte, Trafalgar Law, tendría tan buen corazón? -Continuó chinchando Karen al ver que el pelinegro no le había contestado. Este chasqueó la lengua.
-Cállate y corre, no vaya a ser que tropieces y te caigas.
-Últimamente te estás preocupando mucho por mi, Law. ¿Acaso te gusto?
-Lo siento, no eres mi tipo. Me van más las rubias.
-¿Eeeeh?
Aki observaba el intercambio un par de pasos por detrás, ambos pelinegros iban a la cabeza diciéndose comentarios para molestar al otro y el chico rubio no pudo evitar soltar una pequeña risa por lo bajo. Desde que Karen viajaba con ellos todo se había vuelto más animado y, aunque la chica sacara de quicio a su capitán, también lo había sacado de su aburrida rutina y ahora se le veía más por el submarino.
-¿Qué tiene una rubia que no tenga yo? -Decía la chica.
-Por dónde empiezo...
-Vamos no seas así, Law.
-Empezaste tú. -Aki decidió intervenir en ese momento y carraspeó para que ambos pelinegros se acordaran de que no estaban solos, luego aceleró el paso y se puso a su altura.
-¿Falta mucho? -Preguntó. Karen se hizo a un lado para que se pusiera entre medio de ella y Law.
-Hisao-san me explicó que al final de este caminó encontraremos una verja que tendremos que saltar y al otro lado estará el campo de flores blancas y, más adelante, podremos ver el cuartel de la Marina.
-¿Y ya sabes cómo nos colaremos dentro?
-Tengo una idea en mente pero preferiría ver el edificio primero y ya luego actuar. -Explicó.
-De acuerdo.

Después de correr durante unos pocos minutos más, Karen y ambos chicos al fin habían llegado a la verja, los tres estaban parados delante de esta y contemplaban los posibles peligros que podrían encontrarse a partir de ahora. Karen estaba un poco por delante y tenía ambas manos descansando en sus caderas mientras mantenía los ojos cerrados. A través de la verja se podía ver el campo de flores extendiéndose hasta dónde la vista dejaba ver, el anciano estaba en lo cierto, era completamente hermoso. Law se ajustó su nodachi y miró a la chica, que seguía en la misma posición, aunque el cirujano se estaba desesperando decidió no presionar a la muchacha ya que, probablemente, ahora mismo estaría pensando en algún plan. Por fin Karen abrió los ojos.
-¿Y bien? -Le preguntó Law. La chica tardó en contestar, la vista fija en el paisaje que tenía delante de ella, suspiró y se giró a ver a sus compañeros.
-Tengo hambre. -Aki y Law miraron a la pelinegra en silencio durante unos largos segundos, a este último le estaba empezando a dar un tic en la ceja. Como vio que ninguno de los dos decía nada, Karen se volvió a girar hacia delante y comenzó a caminar en dirección a la verja, parándose a unos centímetros por delante de esta para luego estirar el brazo y apoyar la mano en una de las barras, estuvo así durante unos segundos y después bajó el brazo de nuevo. -No está hecha de Kairoseki.
Aki y Law observaron a la pelinegra mientras está desaparecía para luego aparecer otra vez al otro lado de la verja.
-¿Venís? -Law chasqueó la lengua y con un Room Aki y él también aparecieron al lado de la chica. -Bien, a partir de ahora las cosas se van a poner más difíciles. Recordad que no hemos venido a luchar, es una misión de infiltración y no podemos ser detectados. -Aki asintió y Law miró a la chica con determinación. -De acuerdo, pues manos a la obra.

Karen caminaba mirando a su alrededor embelesada, si observabas atentamente podías diferenciar las diferentes flores que convivían tan cerca las unas de las otras; lirios, jazmines, gardenias, rosas, claveles... todas de color blanco. La chica no se consideraba muy fan de las flores y, de hecho si tuviera que elegir, elegiría los girasoles, pero no podía negar que era uno de los paisajes más bonitos en los que había estado y eso que había viajado mucho a lo largo de los años. El pequeño grupo continuó caminando hasta que divisaron un edificio a lo lejos, en este se podía leer "Marina" por encima de los portones principales, a los alrededores se podían ver a varios marines montando guardia.
-Agachaos. -La pelinegra agarró de las muñecas a sus acompañantes y los arrastró hacia al suelo haciendo que se agacharan para ocultarse lo mejor que podían, se encontraban en medio de una explanada y podían detectarles en cualquier momento. -Necesito acercarme más al edificio para estudiar las entradas y las posibles vías de escape.
-Te acompañamos. -Le dijo Aki.
-No. Tres personas llaman mucho la atención, no podemos ser descubiertos antes siquiera de entrar, iré con mis...
-Somos cuatro, no tres. -Una voz interrumpió a Karen, los tres que estaban ahí se giraron hacia la dicha voz y se quedaron sin palabras, la chica abrió la boca sorprendida y luego la cerró apretando la mandíbula intentando contener las ganas de gritar.
-Qué. Demonios. Haces. Aquí. -La pelinegra intentaba mantener la calma mientras le lanzaba dagas con la mirada al chico que estaba frente a sus ojos. Clione estaba agachado por detrás del pequeño grupo, sonreía tontamente hasta que miró a la chica, fue entonces cuando empezó a asustarse. Aki y Law se mantuvieron callados aunque también estaban un poco sorprendidos por la pequeña aparición del recién llegado, no se habían dado cuenta de que les había seguido y se preguntaban cómo ni siquiera Karen se había percatado.
-Es... esto... -Clione comenzó a ponerse nervioso bajo la peligrosa mirada de la chica. -Os he seguido, me ha costado un montón mantener vuestro ritmo porque tenía que estar escondiéndome cada pocos metros y tuve que saltar la verja pero por fin os he alcanzado. -A Karen se le empezó a marcar una vena de la frente y Law se preocupó por si de repente le diera por estrangular al chico.
-¿Por qué has venido Clione-ya? -Preguntó el cirujano manteniendo la calma, el chico señaló a Karen y miró desafiante a Aki para luego contestar.
-Aún no me fio de ella. -El rubio arqueó una ceja pero no dijo nada, Law observaba la escena sin entender del todo a qué había venido eso y Karen intentaba no tirarse de los pelos mientras pensaba en algo.
-Uggghhh. -Karen se volvió a girar al frente y observó el cuartel de la Marina a la distancia, ya estaba volviendo a tranquilizarse mientras intentaba buscar una solución a su nuevo e imprevisto problema. -Doy por hecho que por mucho que te digamos que te vayas, no lo harás. -Dijo por fin sin apartar la vista del frente.
-Efectivamente. -Le contestó el chico. Karen suspiró.
-Por si no fuera poco lo que tenemos que hacer ahora hay que hacerse cargo de un niño.
-¿Eeh? ¡No soy un niño! Para tu información tengo 22 años recién cumplidos. -Karen se giró hacia el chico con los ojos más abiertos de lo normal, Law y Aki también observaban al chico sorprendidos. -¿Qué pasa?
-Cómo es posible que tengas mi misma edad... -Susurró la chica. -Si tienes más cara de bebé que Aki. -El rubio estaba molesto, era el más joven de la tripulación con sus 19 años y la chica no paraba de chincharle por eso.
-No es momento para hablar de esto ahora. -Interrumpió Law, había mantenido la calma en todo momento pero la verdad es que también le perturbaba un poco que fuera mayor que el chico por apenas unos años.
-Tienes razón. -Karen por fin se había calmado del todo y ya había pensado en otro plan para que el chico no molestase. -Me acercaré sola y buscaré alguna entrada segura, no tardaré. Vosotros quedaos aquí y no hagáis ruido ni os mováis, si veis que algún marine se acerca o que algo no va bien salid de aquí, ¿de acuerdo? -Los chicos asintieron y después de decirle que tuviera cuidado la chica se transformó en aire y desapareció.
-¿Siempre es así de mandona? -Preguntó Clione, Law chasqueó la lengua y no contestó.

Los tres chicos se mantuvieron agachados y en silencio durante un buen rato, Aki comenzaba a preocuparse por su amiga y se estaba impacientando.
-¿Crees que estará bien, capitán? -Law tenía el ceño fruncido, es cierto que la chica debía tener cuidado pero ya estaba tardando mucho y Law también se empezaba a preocupar.
-Eso espero.
-¿No veis que os ha traicionado? -Interrumpió Clione, y antes de que alguien pudiera contestarle, una brisa repentina hizo que el gorro de este cayera al suelo dejando a la vista su pelo castaño.
-¿Quién ha traicionado a quién? -Karen apareció de nuevo, agachada entre Law y Clione, este último se había sobresaltado con la aparición de la chica y luego había puesto una cara de indignación mientras recogía su gorro y se lo ponía de nuevo. -Siento la tardanza, quería asegurarme de encontrar la mejor entrada para pasar desapercibidos y del número de marines que hay a los alrededores.
-¿Y bien? -Le preguntó el cirujano.
-Tengo un plan.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora