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Law y Karen estaban en la enfermería sentados sin decir nada, ya hacía rato que habían cortado la llamada.

-Law. -El cirujano miró a la chica. -Deberías descansar, las ojeras te van a llegar al suelo.
-No suelo dormir mucho.
-¿Eeh? ¿Y eso? -Law solo se encogió de hombros. -Tsk, no dormir puede afectar a tú salud. Eres médico, deberías saberlo. -El cirujano puso los ojos en blanco y se levantó.
-Está bien. Solo para que te calles y me dejes de incordiar.
-Eso jamás sucederá, Law. -Karen le sonrió. 
-Me voy a dormir, mañana por la mañana vendré a verte antes de salir. Descansa.
-¿No puedo dormir en mi cuarto?
-No, te quedarás una noche en observación por si acaso. Buenas noches.
-Buenas noches. -Law salió de la enfermería y caminó hasta su cuarto, una vez allí intentó dormir, sin mucho éxito. Recordaba la llamada una y otra vez.

-Ne, Karen. ¿Te enteraste de lo de Ace?
-Sí... el muy idiota. ¿Cómo dejasteis que se marchara? -Contestó la chica.
-Intentamos pararle pero no le hizo caso a nadie y Pops al final dejó que se fuera.
-¿Sabéis algo de él?
-Fue visto en Alabasta hace un par de semanas, después de eso ya no se sabe nada. Probablemente ya no esté ahí.
-¿¡Alabasta!? Rayos... eso está muy lejos de aquí...
-Estará bien, no te preocupes. -Le ánimo Marco desde el otro lado.
-Sí... -Karen de repente se puso más seria. -Marco, ¿cómo está mi división? -Este suspiró.
-Están todos con Vista, están bien pero preocupados por ti.
-Ya veo... -Karen apretó los puños y miró hacia la cama. -Diles que he llamado y que no me he olvidado de ellos.
-Está bien.
-Ah y Marco, dile a Pops que lo siento y que intentaré llamar lo antes posible. De verdad que no hay ni un solo día en el que no me acuerde de vosotros.
-No te preocupes Karen, todos lo sabemos. Seguirás siendo nuestra nakama pase lo que pase. -Karen sonrió.

Después de hablar un poco más, al fin colgaron la llamada. Karen estaba decaída, Law se quedó en silencio mirando a la chica perdido en sus pensamientos.

Law se levantó a la mañana siguiente cansado, había vuelto a dormir poco y a tener ese sueño. Aunque ya estaba más que acostumbrado, siempre le dejaba un mal sabor de boca. Se dio una ducha rápida y fue a la cocina a comer algo antes de pasar a ver a Karen a la enfermería. Abrió la puerta del comedor y se paró en seco.

-Karen, ¿qué demonios haces fuera de la cama? -La chica estaba sentada en su sitio comiéndose un bol de cereales enrollada en una manta.
-Tenía hambre. No puedo estar metida todo el día en la cama.
-Tsk. Termina de desayunar y vuelve a acostarte. Que se te haya ido el veneno no quiere decir que no sigas con gripe.
-Lo que usted diga, doctor. -Law la miró y cogió aire. La chica acabaría con él algún día.
-Saldremos en una hora y volveremos al mediodía, el Log Pose debería terminar de ajustarse para entonces. ¿Tienes el den den mushi que te dejé anoche? -La chica asintió. -Bien, llámame si hay algún problema. Ahora, ve y acuéstate. -Karen puso los ojos en blanco pero se levantó para irse.
-¿Está bien que me mueva a mi habitación de nuevo? -El cirujano dudó un poco pero al final le dijo que sí. -De acuerdo, no tardéis mucho.

Law y su tripulación caminaban por las calles heladas del pequeño pueblo, el ambiente se notaba cargado. La verdad es que Law no tenía un buen presentimiento, quería terminar las compras lo antes posible y volver al submarino.
-Vaya, por fin volviste a aparecer. -La tripulación se giró para ver a un chico sentado en un tejado de una casa cercana, mirando fijamente a Law mientras sonreía. Su pelo pelirrojo resaltaba sobre el blanco paisaje. -Pensaba que iba a tener que ir a buscarte.
Law se percató de que era el mismo chico que había visto el día anterior, era el chico que había cambiado de cuerpo. El cirujano entrecerró los ojos y lo miró con cautela.
-¿Quién eres y de qué me conoces?
-Oh, todo el mundo te conoce, Trafalgar Law. Digamos que me considero fan tuyo y de tu tripulación. Son todos increíbles. -El resto de la tripulación, que se encontraba detrás de su capitán, se sonrojaron y empezaron a decir que no era para tanto, halagados por sus palabras. -Y en cuanto a mi... podéis llamarme Kanaye. -Después de presentarse bajó del tejado de un salto y se paró enfrente del grupo, sonriendo.
-¿Qué quieres de nosotros Kanaye-ya? -El pelirrojo le sonrió y como si se acabara de acordar de algo miró a su alrededor.
-Law-sama. -Law arqueó una ceja pero no dijo nada. Los miembros de la tripulación también se miraron unos a otros. -Pensaba que hace un par de semanas se había unido a tu tripulación la famosa Portgas D. Karen... ¿acaso no está aquí? -Las sospechas de Law iban en aumento. Estaba seguro que que las noticias de que Karen viajaba con ellos no habían llegado al Cuartel General de la Marina aún y por lo tanto, la noticia no se había extendido.
-¿Cómo sabes eso?
-Uno tiene sus contactos. -Dijo soltando una pequeña risilla. Law lo miró, ocultando sus ojos bajo su sombrero.
-La señorita Portgas-ya se encuentra indispuesta en estos momentos.
-Oh, ya veo. -Después de unos segundos de silencio incómodo Kanaye juntó las manos y le sonrió a los Hearts. -¿Os importaría si me uno a vosotros lo que queda de día? -Law estaba a punto de contestar cuando Sachi y Penguin saltaron hacia el pelirrojo y se pusieron a ambos lados de este, pasándole un brazo por los hombros.
-Claro que puedes Kanaye-kun. -Le dijo Penguin.
-Cualquiera que admire a la tripulación de los piratas Hearts será bienvenido. -Siguió Sachi.
Law observó la escena y no dijo nada, quizás si dejaba que ese chico pasara el día con ellos pudiera averiguar algo sobre él.
-Capitán... -Dijo Bepo, preocupado.
-Está bien, Bepo. Vamos. -El oso asintió y siguió a su capitán y a sus nakamas por las calles heladas.
Al final del grupo se encontraban Aki y Raiden, que se miraron con una mirada cómplice antes de emprender el camino. Ambos jurarían que cuando su capitán había dicho que Karen no se encontraba con ellos en esos momentos, en los ojos de Kanaye se pudo advertir durante un segundo un destello de maldad.
Después de pegarse toda la mañana comprando lo que les faltaba, acabaron. Law no había podido averiguar nada relevante del pelirrojo y decidió salir de la isla lo antes posible. El capitán dio la orden de volver pero Kanaye lo paró.
-¡Oh! ¿Pero ya os vais? ¿Qué tal si vamos a algún bar y os invito a unas copas antes de la despedida? -Penguin y Sachi se adelantaron una vez más y se fueron junto a Kanaye a un bar cercano. Law los siguió a regañadientes seguido por el resto de los chicos.

Después de un par de copas Sachi y Penguin habían decidido dormir en una de las mesas del bar mientras el resto de la tripulación estaba en silencio escuchando a Kanaye. Todo era muy sospechoso, en el bar no había nadie y el tabernero no había aparecido, por lo que Kanaye había servido a los chicos.
Law quería volver ya al submarino, le había dicho a Karen que volverían al mediodía y estaba seguro de que ya casi rondaba esa hora. Se levantó y le dijo a Raiden y a Aki que cargaran con Sachi y Penguin, estos asintieron e hicieron lo que su capitán les había ordenado.
-Lo siento Kanaye-ya, pero debemos irnos. -Law se giró hacia Bepo y este le entregó su nodachi. -En marcha. -Law estaba a punto de abrir la puerta del bar cuando Kanaye rió por lo bajo.
-Me temo que eso no va a ser posible, Law-sama. Hansha sayou. -Law terminó de abrir la puerta.
-¿Qué demonios?


Karen estaba acostada en su cama, aburrida, se había terminado de releer por cuarta vez el libro que le había comprado Law ya hacía mucho tiempo, ahora que lo pensaba, cuando pararan en otra isla aprovecharía y se compraría un par de libros más para matar sus horas libres ya que se negaba a leer libros de medicina por gusto. Ya era pasado el mediodía y los chicos no habían vuelto, la pelinegra decidió llamar a Law para preguntar si todo iba bien. Después de unos segundos por fin descolgaron el den den mushi.
-Oi, Trafalgar. ¿Vais a tardar mucho más?
-Karen-ya, no te preocupes. Hemos tenido un pequeño problema pero ya está solucionado, enseguida volvemos. -Karen entrecerró los ojos y tardó en contestar.
-Está bien... ¿necesitáis mi ayuda?
-Nono, quédate ahí Karen-ya. Gracias.
-De acuerdo... -Y después de eso se cortó la llamada.
Karen miró el den den mushi y frunció el ceño, algo iba mal. ¿Karen-ya? ¿Gracias? La chica estaba segura de que el cirujano la llamaba Portgas-ya o Karen, a secas. Y estaba más segura aún de que en el tiempo que había pasado viajando con ellos Law no había sido tan amable con ella. La chica se levantó de la cama y abrió el armario, se quitó el pijama y se dispuso a cambiarse con ropa más abrigada. Se puso un suéter blanco encima de una de sus camisas, unos leggins negros y sus botas de combate de siempre. Después de pensárselo mejor cogió un abrigo que le llegaba casi por las rodillas y tras asegurarse de que se podía mover bien a pesar de toda la ropa que llevaba encima, salió del submarino dirigiéndose a la isla.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora