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La semana ya había llegado a su fin y la tripulación de los Hearts y Karen estaban recogiendo sus cosas para ponerse en movimiento de nuevo después de un merecido descanso.
El resto de días habían consistido básicamente en Karen burlándose de Law y Kid hasta la saciedad, haciendo que estos acabaran hasta las narices de la pelinegra y que este último intentara matarla "amistosamente" un par de veces, lo que producía que la joven se riera más, si es que eso era posible.
Kid y su tripulación habían partido unos pocos días antes y este se había despedido de la estratega con la promesa de andar con cuidado, si es que se encontraba con Teach en algún momento, y diciéndole que la próxima vez que se volvieran a encontrar ya sería más fuerte y tendría la oportunidad de retarla a una pelea en condiciones. Karen había sonreído y había aceptado la oferta cerrando el pacto con un apretón de manos, seguidamente, el pelirrojo había apoyado una de sus manos en la cabeza de la joven y para que nadie más que ella lo oyera, se había acercado para susurrarle un "ten cuidado tú también, mocosa" para luego darse la vuelta e irse definitivamente.

Ahora Karen se encontraba en el puerto de nuevo, aunque esta vez era ella la que se marchaba y ahora se despedía de su nueva amiga Letty con un gran abrazo.
-Nos volveremos a ver Letty, estoy segura de ello. Muchas gracias por todo.
-Las gracias te las doy a ti Karen-san, por salvarme a mi y a mi padre y, por supuesto, por asegurar el bienestar del Resort. -Letty tenía las manos de Karen entre las suyas y ambas chicas compartían sus últimas palabras mientras los Hearts acababan los últimos preparativos para partir.
-Ya está todo listo capitán. -Le decía Bepo a Law. Este último asintió y se dirigió a la barandilla del submarino para avisar a Karen de que ya se iban.
-Karen, nos vamos ya.
-¡Aye! Ya voy. -La estratega se volvió a girar a su amiga y le dio un último abrazo antes de subir de un salto a la cubierta del submarino. -¡Cuídate Letty!
-¡Cuidaos vosotros también! ¡Y volved siempre que queráis! -Todos se despidieron con la mano hasta que la isla solo era un pequeño punto en la distancia.

Karen seguía apoyada en la barandilla, mirando nostálgicamente a la pequeña isla que ya se desdibujaba en el horizonte, mientras soltaba un suspiro decaído. Law, que seguía en la cubierta hablando con Raiden, se percató de esto y se acercó a la muchacha.
-¿Nos acabamos de ir y ya estás echando de menos el Resort? -Karen bajó la cabeza y se dejó caer en la barandilla cómicamente.
-Aye...
-Hm, no te preocupes, seguro que volverás a ver a Letty-ya tarde o temprano. -Intentó animarla el cirujano.
-No me preocupa eso.
-¿Entonces por qué estás así? -La pelinegra se incorporó y miró a Law.
-Por el helado Law, el HELADO. Jamás había probado un helado tan delicioso como el que servían en ese bar del Resort. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a probar algo tan exquisito como eso? ¿¡Cuánto!? -La chica se volvió a apoyar en la barandilla dramáticamente.
El capitán de los Hearts se aguantaba las ganas de llevarse una mano a la cara y soltar el suspiro más grande de su vida. Karen llevaba viajando con ellos poco más de un mes y, aunque en todo ese tiempo habían convivido día tras día, aún no se había acostumbrado a las singularidades de la joven.
Law solo le dio unas palmaditas en la espalda a Karen para luego girarse para entrar al submarino.
-Sobrevivirás, confío en ti. Ahora entremos, estamos a punto de sumergirnos.
-¿Qué sobreviviré? ¿¡Cómo estás tan seguro, Law!? -Karen caminaba detrás de él comportándose aún como la buena reina del drama que era. Law suspiró, un nuevo dolor de cabeza comenzando a aparecer.

Mientras, en el Cuartel General de la Marina...

Elena caminaba por los largos pasillos del cuartel a paso ligero, había llegado hacía casi una hora y aún no había podido descansar y dudaba que pudiera hacerlo en las próximas horas. Faltaban quince minutos para la reunión y aún no había encontrado a Garp para avisarle de un par de cosas y se estaba poniendo de los nervios, ¿dónde podría estar ese viejo?
Sin otra cosa que hacer, se dirigió a uno de los balcones para coger aire e intentar relajarse antes de ir a la Sala de Reuniones, una vez fuera, se apoyó en la baranda de madera y soltó un suspiró mirando al horizonte.
-Ohh. Hola mocosa, te noto un poco estresada... ¿ocurre algo? ¿quieres una galleta?
-No, gracias de todas formas Garp-san. Y no es que esté estresada es solo que... -La pelirrosa se incorporó de golpe en dirección a la voz. En el balcón de al lado se encontraba Garp comiendo galletas tranquilamente con dos jóvenes a unos pocos pasos detrás de él. -¡GARP-SAN!
Elena se puso de pie encima de la baranda y pegando un brinco saltó al balcón donde se encontraba su antiguo maestro.
-Oh, ten cuidado. Podrías caerte, ¿sabes? Aunque conociéndote dudo mucho que eso llegara a pasar JAJAJAJA.
-Garp-san, ¿tienes idea de las muchas vueltas que le he dado a este maldito cuartel para encontrarte? ¡Y resulta que estás aquí comiendo despreocupadamente!
-JAJAJA, bueno no es culpa mía que no hayas mirado aquí en primer lugar. -La joven marine gruñó por lo bajo y luego le dio un suave puñetazo al vicealmirante en la cabeza, haciendo que este solo se riera aún más.
Detrás de ellos, se oyeron unos pequeños gritos de sorpresa de los aprendices al ver que alguien tan joven como la chica podía tratar de esa forma a alguien tan importante y terrorífico como Garp. Elena levantó la vista para mirarles, había un jovencito alto de cabellera rubia que había dado un par de pasos hacia atrás al notar que lo estaban mirando, a su lado se encontraba otro más bajo de pelos rosas con unas gafas redondas sobre la nariz.

Por alguna extraña razón, la imagen le recordó a Aika y a ella misma unos años atrás. Elena suspiró mentalmente al recordar que ahora a su antigua compañera le esperaban varios juicios y probablemente acabaría entre rejas.

-Hola. -Saludó simplemente la chica, su chaqueta de la marina y su pelo, que ahora llevaba recogido en una coleta, ondeaban al viento. Ambos jóvenes se pusieron rectos al instante y saludaron un poco nerviosos.
-Teniente Hosho, teniente. -Saludó el joven de las gafas, una fina gota de sudor le caía por el rostro. La chica rió.
-Ara ara, no hay razón para formalidades ahora. Descansad. -Ambos jóvenes dejaron de saludar y ahora la miraban interesados.
-¿Sois los nuevos aprendices de este viejo?
-¡Aye! -Contestaron ambos a la vez.
-Hmm. Yo también fui aprendiz suya hasta hace unos años, así que sé de primera mano que no es fácil, pero ánimo.
-Sugoi... la teniente Hosho fue aprendiz del vicealmirante Garp... ¿escuchaste eso Helmeppo-san? ¡Eso significa que nosotros también podemos llegar muy lejos! -Dijo emocionado el joven de cabellos rosados.
-Uh.. aye. -Contestó el otro joven. Elena rió.
-Bueno, no nos hemos presentado bien. Mi nombre es Elena, así que no hace falta que me llaméis por mi cargo y apellido.
-Oh por supuesto que ya sabemos quién eres tenien... Elena-san. Yo soy Coby y este de aquí es Helmeppo. -Presentó el pelirrosa ahora conocido como Coby.
-Encantada. -Sonrió la marine. -Ahora si nos disculpáis, ¿podríais dejarnos a solas un momento? Tengo algo muy importante que solucionar con Garp-san y tengo algo de prisa.

Elena esperó a que ambos muchachos entraran de nuevo para girarse hacia Garp, todo rastro de sonrisa había desaparecido de su cara y ahora miraba a su superior muy seria.
-Garp-san...
-¿Has visto a esos chicos, Elena? Tienen un montón de potencial. -Interrumpió el vicealmirante mientras comía galletas con la boca abierta.
-Garp-s...
-Me acuerdo la primera vez que los conocí, JAJAJA, todos unos enclenques.
-Garp-san...
-Bueno, tampoco es que ahora sean mucho más fuertes... ¡pero seguro que con mi entrenamiento lo serán y...
-¡Garp-san! -Interrumpió esta vez la chica, poniéndose de los nervios. -No hay tiempo para charlas ahora, la reunión está a punto de empezar y tengo algo importante que decirte.
-JAJAJA. Tranquila, tranquila. ¿Sobre qué es? Tiene que ser algo importante si estás tan...
-Necesito que me apoyes en la reunión y digas que no hace falta subir la recompensa de Karen aunque esté viajando con la tripulación de Trafalgar Law. -Garp se quedó callado y su semblante se ensombreció.
-Ya te he ayudado lo suficiente con el tema de mi estúpida nieta, si ella quiere ser un sucio pirata tiene que acarrear con lo que eso significa. Así que... dime solo una buena razón por la cual tendría que ayudarte de nuevo.
-Me debes un favor, Garp-san.
-¿¡Huh!? Que yo recuerde no te debo nada a ti, mocosa. -Elena frunció el ceño.
-En la última reunión iban a subirme de rango hasta comandante Garp-san, comandante. Y ahora mismo lo sería si tú no te hubieras negado. -La chica estaba enfadada pero aún así mantenía la calma lo mejor que podía. -Por si fuera poco no quisiste darme una maldita explicación coherente. Así que a menos que quieras darme una explicación ahora lo menos que podrías hacer es ayudarme con esto.

Garp se mantuvo callado durante lo que pareció una eternidad. Finalmente, soltó una pequeña carcajada y miró a la que un día fue su aprendiz.

-Veo que has crecido mocosa... y que cada vez eres más tenaz, estoy orgulloso de decir que eres uno de mis mejores aprendices hasta la fecha. Está bien, te apoyaré en la reunión. -Elena se relajó inmediatamente después de escuchar esas palabras. Estaba aliviada, había conseguido lo que quería pero, a la misma vez, se sentía un poco decepcionada. Garp seguía sin contarle por qué no había apoyado su ascenso de rango y, aunque no lo admitiera en voz alta, estaba un poco dolida.
-Gracias, Garp-san.
-Hmm, bueno. Será mejor que vayamos ya o nos empezaran a echar en falta. -Concluyó Garp abriendo las puertas del balcón y entrando dentro del cuartel seguido por la pelirrosa.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora