-8-

767 77 0
                                    


Hacía tres días que los Hearts habían abandonado la isla en donde Karen había escuchado que Teach se encontraba en Jaya. Tres días desde que Karen y Law habían hecho un trato y tres días desde que Karen había recuperado su corazón.

Los piratas Hearts y la pelinegra navegaban por el fondo del mar de camino a la próxima isla. Karen se encontraba en la sala de control haciéndole compañía a Bepo, mientras este revisaba algún que otro mapa y miraba de vez en cuando al Log Pose que tenían instalado en medio de unos paneles, la chica miraba por la enorme cristalera sentada en una mesa con las piernas cruzadas al estilo indio comiéndose una manzana. La verdad era que encontraba relajante observar a los peces del fondo marino en silencio mientras pensaba en sus cosas. La puerta de la sala se abrió pero Karen no se inmutó.
-Hola, capitán. -Saludó Bepo.
-¿Cuánto falta para llegar a la próxima isla?
-Si seguimos a esta velocidad y no encontramos ningún contratiempo llegaremos en menos de una semana. -Law asintió y su mirada se dirigió hacia la chica, que seguía de espaldas a él mirando hacia afuera.
-Karen. -La chica no contestó. Law chasqueó la lengua y se acercó a ella, parándose al lado de la mesa. -Karen. -Esta como sacada de un trance se sobresaltó un poco y miró a Law que arqueó una ceja pero no dijo nada.
-¿Qué?
-¿Qué te crees que estás haciendo? -La chica, confundida, miró a Law y luego a la manzana medio comida que tenía en sus manos.
-Comerme una manzana... ¿quieres? -Law la miró a los ojos, irritado.
-¿En dónde te crees que estás sentada? -Karen parpadeó varias veces y volvió a dirigir su mirada a Law para luego mirar a la mesa.
-Es una mesa.
-Ya sé que es una mesa.
-Oh, perdona. Pensaba que debía enseñarte los nombres de cada mueble.
-... -Law la miró ya comenzando a enfadarse. La chica llevaba menos de un mes viajando con ellos y, desde luego, sabía cómo sacar de quicio al capitán. Karen siguió comiendo su manzana y volvió a mirar hacia las profundidades, el cirujano suspiró y decidió que no tenía caso. Se apoyó en la mesa al lado de ella. -¿En qué piensas? -La pelinegra tardó un poco en contestar pero finalmente miró al capitán, afligida, Law la miró un poco sorprendido por la cara de preocupación que tenía.
-Sabes Law... Últimamente he estado pensando en algo que me ha estado quitando el sueño...
-¿De qué se trata? -Karen cogió aire antes de contestar.
-Bueno, como eres médico espero que puedas contestarme. -Law la miró más intrigado aún. -¿Por qué es imposible estornudar con los ojos abiertos? -El cirujano parpadeó varias veces.
-¿Eso es lo que te ha estado quitando el sueño? -La chica se encogió de hombros. Law estiró el brazo hacia ella y le dio en la frente con un dedo, aunque sabía que estaba mintiendo, decidió no decirle nada.
-¡Auch! ¿¡Por qué has hecho eso!? -Se quejó la chica pasándose una mano por la frente, Law se encogió de hombros y Karen estuvo a punto de contestarle cuando de repente el submarino dio una sacudida. La pelinegra perdió el equilibrio y no pudo levantarse a tiempo debido a que estaba sentada de piernas cruzadas, se precipitó hacia delante soltando la manzana y se hubiera caído si el cirujano no la hubiera agarrado.
-¡Mi manzana! -Gritó al ver la dicha fruta un par de metros por delante de ella hecha un asco en el suelo.
-Eso te pasa por no sentarte en una silla. -Karen le sacó la lengua y el cirujano puso los ojos en blanco para luego dirigirse a su navegante. -Bepo, ¿qué ha sido eso?
-Hemos entrado en una corriente submarina fuerte, capitán. No está marcada en ningún mapa y el radar no la localizó hasta que hemos entrado en ella.
-Tsk. Avisa a los otros y salgamos de aquí.
-¡Aye capitán!

Cinco minutos más tarde el resto de la tripulación se encontraba en la sala de control, cada uno en un monitor diferente. Bepo lideraba a los chicos mientras Law y Karen observaban al fondo de la sala. Sin previo aviso, el submarino chocó con algo, haciendo que todos menos Law, que había conseguido agarrarse a la pared a tiempo, cayeran al suelo hacia delante.
-¿Estáis todos bien? -Preguntó el capitán.
-Aye. -Contestaron todos mientras se levantaban.
Karen fue la primera en erguirse y fue corriendo hacia la cristalera, miró hacia fuera atentamente. Después de unos segundos, Karen soltó un gritito y se giró hacia Law.
-Emerge el submarino. ¡Ahora! -Law iba a decirle que no le diera órdenes pero se paró al ver la cara de la chica.
-Bepo, ya la has oído. -El oso comenzó a emerger el submarino y Karen salió corriendo de la sala. Law cogió su nodachi y la siguió.

Cuando ya era seguro abrir la puerta Karen salió a la cubierta y se paró enfrente de la barandilla, mirando atentamente al mar.
-Karen, ¿qué ocu... -La chica levantó una mano para hacer callar a Law. El capitán la miró irritado. -Antes te dejé pasar que me dieras una orden sin ninguna explicación pero no voy a permitir que me mandas a ca...
-¡Cuidado! -Karen saltó hacia Law y los dos salieron rodando por el suelo, dónde antes había estado el capitán ahora había un agujero. Delante del submarino había un enorme Rey Marino, este tenía cuerpo de serpiente, pero lo más característicos eran sus tres cabezas y sus enormes dientes. -¿Estás bien? -Karen ayudó a Law a levantarse.
-¿Cómo supiste que...
-No es momento para hablar, Law. -Le interrumpió de nuevo la chica. Law asintió y se puso en guardia.
-Cúbreme. -Y sin más saltó hacia delante, en dirección a la cabeza del centro. -Kamaitachi. -Karen lanzó una ráfaga de aire hacia la cabeza, produciéndole varios cortes a esta, cuando estaba a punto de lanzar otro ataque vio por el rabillo del ojo que la cabeza de la derecha se acercaba rápidamente, sin darle tiempo a reaccionar.
-Room. Shambles. -Karen apareció al lado de Law. La chica parpadeó varias veces procesando lo que había pasado.
-Gracias. -Law simplemente asintió mirando al frente.
-Aunque hayamos emergido aún hay una fuerte corriente arrastrando el submarino. Los chicos se están ocupando de que no acabemos siendo tragados por el mar, tenemos que acabar con esto nosotros. -La chica asintió, pensando.
-Law. -Dijo por fin, el capitán la miró. -Tengo un plan, pero no sé si te va a gustar.

No, a Law no le gustaba el plan para nada. El cirujano tenía constancia de las grandes habilidades de la chica como estratega, sin embargo, ahora las estaba poniendo en duda. ¿Acaso era una suicida?
Karen se acercó al Rey Marino y se paró en medio de la cubierta, sus puños envueltos en un peligroso aire cortante. Las tres cabezas del monstruo marino observaban a la chica sin apartar la vista, preparadas para atacar. La chica sonrió y saltó en el aire. Dos cabezas se acercaron a ella por cada lado, mientras la otra se acercaba hacia ella de frente. Karen lanzó ráfagas de aire a cada lado, cortando de cuajo las cabezas, sin embargo, la del medio no paró de acercarse, abriendo la boca.
-¡Law, ahora! -Gritó la pelinegra.
-No me des órdenes. Room. Shambles. -Law y Karen intercambiaron de lugar. El capitán desenvainó su nodachi y cortó la última cabeza para luego aparecer al lado de Karen en la cubierta.
-¡Buen trabajo, Trafalgar! Te dije que todo saldría bien. -Le dijo Karen. Law simplemente sonrío de medio lado.
-Ha sido más fácil de lo que esperaba, pero hemos tenido suerte.
-¿Suerte? La única suerte que hay aquí es la tuya por encontrar a una estratega como yo.
-Law puso los ojos en blanco y decidió cambiar de tema acordándose de algo.
-¿Cómo supiste que había un Rey Marino? -Karen lo miró y estuvo a punto de contestar hasta que fue interrumpida.
-¡Capitán! -Ambos pelinegros se giraron y vieron al resto de la tripulación salir. -Hemos conseguido salir de la corriente, capitán.
-Buen trabajo, Bepo. -El oso se sonrojo.
-¿Ohh? ¿Eso es un Rey Marino? -Preguntó Penguin asomándose por la barandilla.
-Sí, Karen y yo nos hemos ocupado de él.
-Sugoooooi... Karen-san, eres muy fuerte. -Le dijo el chico volviéndose para verla, esta simplemente se encogió de hombros.
-Tuve ayuda. -Karen levantó los brazos, estirándose. -Bien, si no me necesitáis más iré a descansar un poco. -Nada más decir esa frase se oyó un cañonazo y luego una explosión de agua al lado del submarino, empapando a todos.
Rendíos piratas Heart!     
Karen levantó la vista y vio a lo lejos un buque de la marina. La chica se quitó una alga del pelo.
-Tiene que ser una broma.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora