-25-

473 50 12
                                    


Karen y Clione caminaban en silencio parándose de vez en cuando si oían algún sonido extraño o al dar una esquina por si se topaban con alguien, habían llegado a una zona de ventanales y ambos tenían que medio agacharse para no ser vistos desde un patio interior donde habían varios marines montando guardia, más adelante el pasillo se ensanchaba un poco y las primeras habitaciones comenzaron a aparecer, Karen no se molestó en abrir la puerta de ninguna porque tenía claro que el despacho de alguien tan importante como un capitán no se encontraría en ese lugar. De repente escucharon unos pasos acercarse en su dirección, si Karen hubiera estado sola podría haber pasado desapercibida fácilmente, pero ahora que tenía a alguien tan molesto como Clione con ella debía buscar otra solución y rápido. La chica agarró del brazo a su acompañante y lo arrastró hasta una habitación que, por suerte, servía como cuarto de la limpieza y estaba vacía, Karen cerró la puerta sin hacer ruido justo a tiempo.
-¿Pero qué te crees que estás... -La pelinegra le tapó la boca a Clione y pegó la oreja detrás de la puerta, quedándose así hasta que oyó que las pisadas se iban alejando.
-¿Estás loco? Nos pudieron haber descubierto.
-Tsk. -La chica siguió mirando a Clione con el ceño fruncido mientras este miraba hacia un lado de brazos cruzados, se mantuvieron así un rato hasta que Karen habló por fin.
-¿Si te sientes incómodo a mi lado por qué te empeñaste en hacer equipo conmigo?
-Ya lo dije antes, no confío en ti y el hecho de que esos idiotas lo hagan no significa que vayas a engañarme a mi. No sé quién es más estúpido, si ese capitán por dejarte viajar con ellos o sus nakamas por confiar en ti.
-No los insultes. -Le cortó la pelinegra, enfadada. Clione arqueó una ceja.
-¿Qué más da? No son tus nakamas. No hace falta que disimules conmigo y los defiendas.
-Bue... bueno, eso es cierto. No son mis nakamas pero...
-¿Entonces por qué los defiendes? -Karen le dio la espalda y apretó los puños.
-Eso no es de tu incumbencia. Ya no se oye nada, salgamos de aquí y démonos prisa. -La chica abrió la puerta y después de mirar a ambos lados del pasillo salió seguida por Clione y prosiguieron la búsqueda.
El chico miraba a Karen de vez en cuándo sin poder evitar que algunas preguntas rondaran en su cabeza y que varios recuerdos se agolparan en su mente.
-¿Los vas a abandonar? -Le preguntó de repente. Karen siguió caminando sin inmutarse, Clione, después de esperar unos largos segundos sin oír una respuesta decidió repetir la pregunta. -He dicho que si los vas a...
-Ya te he oído. -La chica hizo una pausa y después de pensárselo un poco siguió hablando. -Ellos no son mi tripulación y por lo tanto no son mis nakamas, viajamos juntos por beneficio de ambos y cuando consigamos lo que cada uno busca nos iremos por caminos separados de nuevo.
-Tsk. Lo sabía, eres una interesada. No sé cómo pueden confiar en ti, conseguirás lo que quieres y luego los dejarás tirados, no te importan al igual que tampoco te importa la gente de esta isla.
-Y tampoco me importa la opinión que tengas de mi. -Clione chasqueó la lengua una vez más pero decidió mantenerse callado el resto del camino, el muchacho estaba pensando en lo  asquerosos que eran los piratas y en cuánto los odiaba, especialmente a la chica que tenía delante, cuando recordó algo. Cuando había insultado a la tripulación de los Hearts la chica había saltado enseguida y los había defendido, mostrándose molesta con el comentario, Clione no sabía si era muy buena actriz o si lo había sentido de verdad y tampoco estaba muy seguro de las intenciones de la muchacha, pero lo que sí tenía claro es que las averiguaría pronto.

Ambos chicos siguieron caminando hasta que llegaron a unas escaleras, subieron por el largo tramo y aparecieron en un pequeño vestíbulo con dos grandes sofás rojos a cada lado y una gran puerta de madera en la pared de enfrente en donde se podían leer una pequeña inscripción con las palabras "despacho principal", la chica se paró y sonrió triunfante observando la puerta.
-Creo que lo hemos encontrado.
Después de asegurarse por tercera vez de que no venía nadie y de que el despacho estuviese vacío, Karen giró el pomo y entró. El despacho era enorme, tenía un gran escritorio de caoba en medio de la estancia y varias estanterías a los lados, había una pequeña zona de descanso y dos ventanas que daban hacia el campo de flores, en la pared del fondo había un cuadro gigante de la capitana Aika. La pelinegra cerró la puerta y dio un vistazo a toda la habitación analizando cada cosa que veía, su vista se posó en una mesita pequeña que estaba pegada a la pared del fondo, encima de esta había un den den mushi que se conectaba con el Cuartel General de la Marina.

El ruido de unos tacones resonaba por todo el pasillo, cierta rubia no estaba de muy buen humor después de lo que se había enterado hacía apenas una hora y solo quería acabar cuanto antes para poder relajarse. Llegó a la puerta de su despacho y abrió la puerta sin esperarse del todo la escena que encontró en su interior.

-Ese es el den den mushi que conecta los cuarteles, lo único que tenemos que hacer es llamar y hacernos pasar por alguien de la Marina para denunciar la situación y, ya que estás aquí, quién mejor que tú para hacerlo. -Karen miró a Clione mientras le explicaba lo que tenía que hacer y este la escuchaba a regañadientes.
-Está bien. -Aceptó por fin.
-¡Genial! Llama mientras yo aviso a Law y a Aki. -Clione comenzó a marcar y Karen se giró para llamar a Aki cuando justamente el den den mushi sonó por casualidad. La chica descolgó.
-Karen.
-¡Law! Estaba a punto de llamar, hemos encontrado el despacho y Clione está llamando justo ahora al Cuartel General.
-Karen salid de ahí ahora mismo.
-¿Ehh? ¿Por qué? ¿Qué ocurre? -Karen estaba confusa, el plan había salido bien y ahora Law le decía que debían salir de allí enseguida.
-Escucha, Bepo ha llamado. Ha dicho que la capitana Aika no estaba con los marines en la villa y que se ha quedado en el cuartel, tenéis que salir de ahí antes de que...

Karen no escuchó lo que Law le dijo después de eso, porque en ese momento la puerta del despacho se abrió y Karen saltó hacia atrás instintivamente esquivando el ataque de un látigo que le habían lanzando.
-Vaya vaya, ¿se puede saber qué hace la comandante de la cuarta división de los piratas de Shirohige en mi despacho? -Karen levantó la vista hacia la puerta y vio a una mujer rubia con el dicho látigo enrollado en una de sus manos. La capitana Aika había vuelto.
Hubo unos segundos de silencio en los que ambas mujeres se estudiaban mutuamente, Aika fue la primera en apartar la mirada y la dirigió hacia Clione, que había colgado la llamada después de darse cuenta de que alguien había entrado en la habitación y ahora miraba a la capitana sonriendo.
-Clione. Buen trabajo. -Decía la marine. Karen frunció el ceño pero no dijo nada. Desde el principio sabía que algo iba mal pero no se había esperado que Clione los traicionaría de esta manera. -Sin embargo, cuando me dijiste que había piratas en la isla jamás me imaginé que fueran de una tripulación tan conocida. 
-Bueno, yo ya he cumplido con mi parte del trato. Ahora te toca a ti. -El joven se cruzó de brazos y miró a Aika desafiándola con la mirada y esta sonrió.
-Aye aye, no te preocupes. Pero lo primero es lo primero... -La rubia entonces se giró hacia Karen. -Portgas D. Karen, qué agradable sorpresa... doy por hecho de que Shirohige no está por aquí ya que entonces nos hubiéramos enterado mucho antes.
-Estoy sola. ¿Algún problema con eso?
-No. Solo me preguntaba que qué te traes entre manos para aparecer en medio del cuartel tu sola.
-No es de tu incumbencia.
-Está bien, entonces. ¿Clione? -Aika se giró a ver al chico y este se acercó a ella hasta pararse a su lado.
-No está sola, ha venido con dos personas más, ahora tienen que estar viniendo hacia aquí. Me han usado para llamar al Cuartel General de la Marina para reportar el estado de la isla pero no he dicho nada. Aparte de eso hay otros cuatro haciéndose pasar por inspectores correteando por la isla.
-¡Clione! -Karen se había quedado con la boca abierta, el chico le había dicho todo el plan a la capitana y encima había admitido que no había informado al Cuartel General. El plan había sido un fracaso total y Karen aún no se lo creía.
-¡Jamás confié en ti, te lo dije! ¡Odio a los piratas y también te odio a ti! -Le espetó el joven. Karen era consciente de que Clione lo había pasado mal y llegaba a entender que no confiara en piratas ni en ella, pero aún así no pudo evitar sentirse dolida y fruncir más el ceño. Aika se rió y le puso una mano en el hombro al muchacho.
-Muchas gracias por toda esa información. -Le dijo a Clione. -Desgraciadamente, ya no me sirves para nada. -Y sin más desenrolló su látigo y con este atacó al chico mandándolo a volar con un grito de dolor a través del despacho. Clione chocó con la ventana y esta se rompió en mil pedazos haciendo que el chico cayera de espaldas hacia el campo de flores.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora