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Después de unos buenos veinte minutos hablando en el comedor Aki decidió que ya era hora de enseñarle a Karen el submarino. Como Raiden quería ir también, ambos esperaron a que este terminara de recoger la cocina. Al acabar, los tres salieron del comedor y empezaron a recorrer los pasillos. Mientras caminaban y los chicos le iban señalando cada habitación Karen se dio cuenta de que, inesperadamente, disfrutaba de la compañía de esos dos y que si debía quedarse un tiempo, su estancia no sería tan horrible como había pensado. Karen al darse cuenta, borró rápidamente ese pensamiento de su mente. No. Debía matar a Teach y volver con sus nakamas. Suspiró.
Raiden y Aki se dieron cuenta de lo decaída que volvía a estar la chica, pero no dijeron nada. Se pararon enfrente de una puerta.
-Y esta Karen-chan, es tu habitación. -Dijo Raiden mientras abría la puerta y dejaba espacio para que Karen pasara. La chica entró. Al dar un vistazo a lo que sería su nueva habitación, Karen se fijó en que era igual que la de Law, pero el escritorio y la zona de descanso se encontraban al contrario que en la habitación de este. La estantería que estaba detrás del escritorio no tenía ningún libro.

-Bueno, nosotros nos vamos ya. Si necesitas algo no dudes en buscarnos. -Le dijo Aki sonriendo. Karen asintió y les dio las gracias. Después de eso se quedó sola.

Karen se acercó a la cama y dejó su mochila ahí, sin saber qué más hacer se dejó caer en la cama mirando al techo. No sé cuánto tiempo estuvo en esa posición pensando y recordando cosas, pero Karen volvió a la realidad cuando tocaron la puerta.

-Adelante. -Dijo Karen incorporándose. La puerta se abrió y dejó ver a un oso.
-Bepo, ¿pasó algo? -Bepo, que no se esperaba que se supiera su nombre bajó la cabeza y se disculpó.
-Lo siento. -Karen se le quedó mirando mientras sonreía, Kawaii pensó. Cuando Bepo volvió a la normalidad siguió hablando. -Karen-san el capitán me ha mandado a buscarte. Quiere hablar contigo. -Karen chasqueó la lengua, qué molestia, pero sin poder hacer nada más se levantó de la cama y siguió al oso. Mientras caminaban, Bepo decidió entablar conversación con la chica.
-¿Ya has visto todo el submarino Karen-san? -La chica asintió.
-¿No se te hace raro estar aquí dentro casi todo el tiempo? -Preguntó. Bepo tras pensarlo unos segundos contestó.
-Bueno, a veces el submarino se calienta mucho y paso mucho calor. Al capitán no le gusta emerger si no es necesario. Lo siento... -Karen no le dio importancia a su disculpa y se quedó pensando en el pobre Bepo. Finalmente se pararon enfrente de lo que Karen pudo reconocer como la enfermería, el oso tocó la puerta y cuando le dieron permiso la abrió.
Law estaba sentado detrás del escritorio leyendo unos informes, levantó la vista y le dio las gracias a Bepo.
-Si necesitas algo estaré en la sala de control Karen-san. -Y luego salió de la habitación dejando a Karen a solas con el cirujano, la chica no se movió del sitio. Law la miró.
-Acércate Portgas-ya. -Le dijo este señalando la silla que había al otro lado del escritorio. Karen se acercó y se sentó desganada.
-¿Qué quieres? -Dijo apoyando un codo en la mesa y descansando su cabeza en su mano.
-Ya que estarás con nosotros durante un tiempo me gustaría hacerte un chequeo y una ficha médica por si encontramos futuros problemas. -Dijo ignorando la frialdad de la chica. Karen lo miró y después de unos segundos suspiró.
-Está bien. -Acabó diciendo. No serviría de nada negarse a estas alturas. 

Law se levantó y se dirigió hacia una camilla pegada en una de las paredes.

-Siéntate aquí, empezaré con el chequeo. -Karen se levantó e hizo lo que Law le indicaba. Law ya le había tomado la tensión y le había mirado los oídos, los ojos y la garganta, aparte de haberle mirado las heridas de la batalla de Teach que se estaban curando bien. El pelinegro apuntaba todos los resultados en un papel.
-Tiene que ser agotador -dijo Karen de repente. -ser el capitán y el médico de la tripulación. -El cirujano se quedó pensando un segundo y luego contestó.
-La verdad es que los chicos no me dan mucho trabajo, pero supongo que sí, es agotador. -Después de eso se volvieron a quedar en silencio un buen rato hasta que Law volvió a hablar. -Ahora te cogeré una muestra de sangre Portgas-ya. -Karen arqueó una ceja.
-¿Acaso no aprovechaste para eso mientras estaba inconsciente? -Law la miró con una sonrisa cínica.
-Puede. -Dijo apuntando algunas cosas más. -Pero necesito otra muestra para guardarla. -Karen suspiró.
-Qué remedio. -Law preparó las cosas y le cogió unas muestras de sangre, luego se acercó a una mesa y cogió un formulario y un boli y se lo entregó a Karen.
-Rellena esto mientras guardo todo. -Karen empezó a rellenar el formulario, que servía para completar la ficha médica. Preguntaba su nombre, edad, grupo sanguíneo y varias cosas más, cuando llegó a un determinado apartado se paró.
-Trafalgar... -Este se giró a mirarla. -¿Por qué preguntas si ya he mantenido relaciones sexuales?
-Es importante por las enfermedades. -Y sin más volvió a lo que estaba haciendo. Karen miró el papel y contestó a regañadientes. Cuando acabó se lo entregó a Law, este le echó un vistazo por encima a las respuestas y asintió para si, levantando las cejas, sorprendido, cuando llegó a cierta parte. Lo guardó en su fichero.
-Bien, solo me falta tomar nota de la musculatura de tu cuerpo, vuelve a sentarte Portgas-ya. -La pelinegra hizo lo que le dijo y Law empezó a palpar sus brazos, anotando en su papel de vez en cuando. Cuando llegó a su brazo izquierdo, Law se lo quedó mirando. -Portgas-ya, ¿puedo preguntarte algo?
-Si te hace especial ilusión. -Law la miró. Esta chica, pensó.
-Este tatuaje, ¿qué representa? -Preguntó observándolo.
Karen no se esperaba esa pregunta, con su mano derecha acarició levemente su tatuaje y sonrió, se lo había hecho ya hace mucho y su hermano, al que le había gustado la idea, se había hecho uno parecido poco tiempo después en el mismo sitio. Karen miró a Law.
-No es de tu incumbencia.
-Pero me dijiste que podía...
-Te dije que podías preguntarme, no que te fuera a responder, Trafalgar. Yo no te he preguntado acerca de los tuyos. -Law la miró un poco molesto.
-¿Acaso quieres saber lo que significan?
-No me interesa. -Dijo simplemente la chica.
-¿Eres así siempre? -Le preguntó a la pelinegra mientras comenzaba otra vez a palparle los músculos.
-¿Así como?
-Así de insoportable. -Karen levantó una ceja.
-Te recuerdo que me robaste el corazón y no precisamente de la forma romántica, luego empezaste a apretarlo, lo que hizo que casi me mataras y, por si fuera poco, no me dejas salir de este estúpido submarino. ¿Acaso pretendes que sea simpática contigo? -Law la miró, la chica le lanzaba dagas con la mirada. Al final optó por mantenerse callado.

Pasó un rato más, ambos se mantuvieron en silencio mientras Law terminaba de revisar a la chica.
-Bien, ya he acabado. -Dijo irguiéndose y quitándose los guantes. Karen se bajó de la camilla de un salto.
-Una cosa más Portgas-ya. -La chica se giró. -¿Eres una usuaria tipo logia, cierto? -Karen asintió. -¿Qué fruta te comiste?
-¿Por qué quieres saberlo?
-Quiero tener en cuenta todos tus poderes si te vas a quedar por aquí un tiempo. -Karen después de pensárselo un momento le contestó.
-La Kaze Kaze no Mi. -Y tras decir eso levantó las manos y un viento la rodeó y le movió el pelo. Karen las bajó y el viento cesó. Law asintió. -¿Y tú? -Le preguntó la chica.
-¿Por qué quieres saberlo? -Le preguntó, imitándola. Karen simplemente se encogió de hombros y estuvo a punto de volverse cuando Law contestó. -La Ope Ope no Mi.
-Interesante. -Contestó ella. Sin nada más que decir, se dio la vuelta y se dirigió a la puerta.
-Espera un segundo. -La llamó Law.
-¿Qué quieres ahora, Trafalgar? -Preguntó un tanto irritada.
-En primer lugar, a partir de ahora llámame capitán, no Trafalgar y en segundo lugar, toma. -Law se acercó a la chica y le dio un mono, como los que llevaba el resto de la tripulación. Karen lo cogió y lo desdobló para verlo bien.
-...
-Ya puedes irte. -Karen, miró a Law.
-En primer lugar, tú no eres mi capitán. Te seguiré llamando Trafalgar hasta que pares de llamarme Portgas-ya y en segundo lugar, ni de coña. -Dijo tirándole de vuelta el mono que le había dado. Law levantó una ceja visiblemente irritado.
-Si vas a ser parte de mi tripulación vas a tener que ponerte...
-Yo no soy parte de tu tripulación. Estoy aquí porque tú me obligas a estarlo. -Le interrumpió Karen. Law no dijo nada. -Ah, y por cierto. Querría mi corazón de vuelta. -Dijo extendiendo una mano.
-Lo siento, Karen, pero como no eres parte de mi tripulación tendrás que ganarte mi confianza. -Karen rechinó los dientes y tuvo que contenerse para no pegarle un puñetazo al cirujano.
-Está bien. -Karen se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta, cuando ya estuvo a punto de salir se giró. -Nos vemos, Law. -Y después de eso salió y cerró la puerta a sus espaldas.

El Destino no Existe (Trafalgar Law x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora