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Escritora: Samara García. Fb: www.facebook.com/samara.garcia.378 Twitter: SamG_Belieber.

—Necesito mi propio espacio, dijo irritada…—Necesito tener un lugar a donde ir cuando me sienta mal… resopló con aburrimiento. 
Justin suspiró se acercó a ella la levantó en sus brazos y la llevó a la cama. — ¿Qué se supone que haces? ¡Joder! Bájame.
—Claro que lo haré, respondió Justin tirándola en la cama.
—Sally esta entretenida viendo tv, tú y yo vamos a dormir.
Nirvana se arropó de mala gana y le dio la espalda, justin sonrió, la pegó a su cuerpo y le pasó una pierna por su cintura. —No te irás de aquí, le dijo besando su oreja. 
—No quiero dormir, dijo nirvana tratándose de zafar pero él la apretó más contra él.
En ese momento Sally entró en la habitación… — ¡Yo también quiero! Gritó tirándose en ella, gateó hacia el lado de nirvana y se arropó.
—Nirvana no quiere dormirse, le dijo justin a la niña.
Sally la abrasó, — anda quédate por mí, dijo y luego le guiñó un ojo a justin.
Él soltó una carcajada… —No es gracioso, dijo nirvana tratando de contener una sonrisa pero falló, soltó una carcajada y se acurrucó más contra justin, sintió sus brazos arroparla, abrazó a la niña. —Parecemos una familia, dijo Sally acurrucándose contra nirvana.
—Sí, respondió Justin… —Una familia, repitió acariciándole el vientre a nirvana.
Ella abrió los ojos como platos y lo observó. — ¡No! Exclamó al darse cuenta de lo que le estaba sugiriendo.
Justin sonrió… —Era una broma. 
¡Joder! Odiaba que la hiciera reír cuando realmente estaba enojada con él, aunque no podía olvidar el hecho de que se sentía triste, tampoco podía evitar sentirse feliz porque él estaba en casa con ella, y la seguía queriendo, aunque veces se avergonzara de ella, rodó los ojos mentalmente, dejó pasar el tema. 
Cuando logró abrir los ojos se encontró sola en la cama, se revolvió entre las sabanas. ¿Dónde estaba justin? Se preguntó. Vio la hora en su celular, las seis de la tarde. ¿Había dormido tanto? Vio como justin entraba la habitación. Estaba cambiado igual que Sally, tenía unos jeans y un t-shirt, debía ser pecado verse tan bien. —Te voy a llevar a cenar, le dijo sonriendo. 
Ella asintió, después de salir del baño se paró frente a su armario. ¿Qué rayos se ponía para ir a cenar? Habían tantas combinaciones, al final optó por unos jeans ajustados y una blusa ancha color rosa, se dejó el pelo suelto y se puso unos zapatos bajos, Bien, su apariencia había cambiado bastante. Se veía más… Femenina, cuando salió notó la mirada de justin en todo su cuerpo, él se le acercó la tomó por la cintura y la pegó a su cuerpo. —Estás hermosa, le dijo en tono bajo. 
—Gracias, respondió algo sonrojada. Los halagos eran algo relativamente nuevo para ella.
Fueron a un restaurante muy bonito cerca del departamento, él pidió algo extraño que suponía estaba en francés. Bien, lo único que vio que más o menos conocía era papas salteadas con salmón. La niña parecía familiarizada. Ella era la única desencajada. 
Nunca se imaginó que Diciembre sería un mes tan movido en la casa, ellos aunque algo reservados, disfrutaban la navidad. Todo estaba un poco más alegre y ellos habían decidido hacer cada lunes de diciembre una cena internacional, ese día le tocaba a México, habían preparado de todo: tamales, tacos, había mucha cerveza, muchas comidas picantes, muchas salsas condimentadas. 
Sally aún seguía en casa, luego de que Cristóbal la fuese a buscar a casa, la niña había insistido en quedarse unos días más, su padre estaba encantado, esa noche estaba en casa con una rubia estirada, su nueva novia. Nirvana se había vestido acorde con la situación, tenía un vestido ajustado negro algo brillante y unos tacones color rosa fucsia. Sonia como siempre hacía de las de ella, en el día había insultado y mandado al diablo a medio personal. Ella odiaba sentirse como una estampa en la pared, era por eso que había marcado su territorio. Era la esposa de justin, no era la vecina o una niña que estaba ahí de lujo. 
— ¿Podrías no meterte en cómo se hacen las cosas? Le preguntó bruscamente a Sonia. —Todas lo están haciendo bien, dentro de unos minutos pondrán la mesa.
Sonia la fulminó con la mirada. — ¿Quién te has creído que eres?
—No… la interrumpió sonriendo. —La pregunta es ¿Quién soy? Porque yo sí tengo un lugar en esta casa. No como tú. 

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora