96.

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Él se acercó a ella lentamente, dejó vaso en la mesita. — ¿Qué te pasa? Le preguntó retrocediendo. Pero entonces él no se dirigió hasta ella sino que entró al baño. 
Nirvana se abrasó a sí misma. ¿Por qué estaba tan enojado? Se quitó la ropa que tenía y entonces no sabía si ponerse un traje de baño o una ropa casual, observó hacia el baño, él no salía aún, y con el humor que tenía proponerle ir a la playa tal vez era una mala idea. 
Se puso unos shorts, una blusa ancha y sandalias. Se tiró en la cama y encendió la tv, cuando lo vio salir del baño pensó que se pondría algo cómodo para quedarse en la habitación pero entonces lo vio ponerse unos jeans, un t-shirt y unos tenis. — ¿A dónde vas? 
—Tengo una reunión con unos amigos en unas horas, respondió en tono frio. 
Él no la estaba invitando. Él estaba enojado con ella. Él se iba a ir muy a la mierda si pensaba dejarla en la habitación mientras él se divertía.
Suspiró frustrada y se sentó en un sillón en el balcón, concentró su atención en la playa, en las olas que iban de adelante hacia atrás. Eso definitivamente era paz. Observó que Justin se sentaba a su lado pero no la tocaba, no estaba ni mínimamente cerca de rozarla. Ambos vieron el atardecer juntos pero entre ellos no hubo conexión alguna. Él estaba de brazos cruzados, frunciendo el ceño. 
—Lo que hice no fue tan malo, dijo nirvana de repente.
—No, respondió Justin mirando su reloj.
Cuando llegó la noche lo observó pararse e irse. No dijo Adiós, ni siquiera le avisó. Contó hasta diez, para calmarse estaba malditamente enojada, tomó la tarjeta de entrada de la habitación y salió. Bien, si él se iba a divertir, ella también.
Mientras estaba en el ascensor observó que a su lado estaba Anna. —Hola, le dijo sonriendo.
—Hola, respondió. — ¿Te he visto antes? Creo recordarte… Ah, espera. Eres la esposo del bombón ¿No?
Nirvana soltó una carcajada. —Esa misma. 
— ¿Tienes planes? Le preguntó la pelirroja.
—No… Estoy buscando algo de diversión. 
—Perfecto, algunos chicos estamos planeando ir a la playa ahora. ¿Te unes?
—Por supuesto, respondió sonriendo.
Cuando llegaron al primer piso, pudo ver a los mismos chicos con los que se había reunido en la mañana. —Hola esposa del chico lindo… Olvidé tu nombre lo siento.
—Se llama Nirvana, como la banda. Dijo Albert. 
Ella sintió. Ellos eran raros pero también divertidos. — ¿Me acompañan? Tengo que avisarle a papá que estaré en la playa, el pobre ha tenido dos infartos y no quiero ser la causante de su muerte, dijo Sol. 
Todos caminaron detrás de ella y entonces cuando llegaron al restaurante nirvana no pudo creer lo que veía. Justin no estaba con amigos, como é había dicho… En la última mesa estaba él hablando y sonriéndole a una chica, —maldita sea, dijo en tono alto cuando se dio cuenta de que era Sonia. 
Tenía ganas de:
1. Ir hacia él y hacerle un escándalo.
2. Esperar a que terminaran de cenar y al salir estar esperándolos con los brazos cruzados.
Pero entonces pensó que con cualquiera de las pociones parecería una ridícula. ¿Por qué mierda él le había mentido? ¿Por qué estaba cenando con Sonia? O quizás todo estaba planeado, estar enojado con ella para que entonces ella no pudiera pedirle que la llevara con él. Tenía las manos hechas puños. Le estaba costando demasiado contenerse. No quería llorar pero… ¿Por qué la había engañado? ella solo había salido con unos chicos, no había hecho nada malo. —Hey, ¿Estás bien? Le preguntó Albert poniéndole una mano en el hombro, —Pareces como si fueras a vomitar. 
Ella negó. —No pasa nada, tranquilo, debe ser por el calor. Respondió retirando la mano que él le había puesto y caminando con el grupo de chicos. 
En la playa todos ellos estaban corriendo jugando con platillos voladores, excepto Sol, la cual por su estado de embarazo no podía realizar ninguna de esas actividades, nirvana se había sentado junto a ella, no tenía muchos ánimos para jugar. — ¿Algo va mal? Le preguntó la chica.
—No, mintió. —No pasa nada, solo estoy cansada. 
Sol miró hacia el frente y sonrió. — ¿Sabes? Si realmente estuvieras bien no hubieras tenido que darme una explicación para tratar de convencerme.
Nirvana se quedó en silencio por unos segundos. —En serio, no pasa nada.
— ¿Es por tu esposo? Lo vi cuando entré al restaurante, estaba hablando con una chica.
—Ellos son amigos, respondió rápidamente. Lo que menos quería era explicarle a ella lo que realmente pasaba, cómo realmente se sentía. — ¿Solo viniste aquí con tu papá? Le preguntó para olvidar el pasado tema.
Sol sonrió. La chica era bonita, era rubia con el pelo casi blanco, sus ojos eran marrones y su sonrisa era tierna. — Solo con él. 
— ¿Y el papá de tu hijo? Preguntó curiosa.
—El papá de mi bebé ni siquiera le interesa saber en dónde estoy, esas son las consecuencias por tener un bebé a temprana edad. 
— ¿Cuántos años tienes? Le preguntó nirvana.
—Apenas tengo 20… Supongo que no todos tienen la suerte de tener al padre de su bebé a su lado. 
— ¿Por qué no quiere al bebé? Preguntó y se arrepintió al instante de hacerlo. Estaba siendo demasiado directa.
Sol se encogió de hombros. —No sé, supongo que es porque no es como yo… ya sabes, diferentes clases sociales, es algo tonto pero cada noche lo analizo desde ese punto para sufrir menos… Él es de clase media pero entonces yo soy rica, muy rica, nos conocimos en la universidad, él tiene una beca ¿Sabes? Él es brillante. Entonces las cosas pasaron… Salí embarazada de él. Mi papa se alteró pero finalmente lo entendió y quiso darle un puesto en la empresa pero él se negó, se negó a recibir alguna ayuda de mi padre, dijo que no lo podría comprar con eso y dijo que no era el papa del bebé. 
Nirvana sintió sus ojos escocer, esa historia era muy triste. 
—…Entonces pensé que debía dejar las cosas como estaban. ¿Para qué obligarlo? Es estúpido, supongo que los padres están al lado de los hijos porque los aman no por obligación. 
—Tienes toda la razón. Respondió. —Ese tipo se arrepentirá después.
Sol sonrió a medias, —Eso es lo que dice mi madre pero yo no tengo tanta fe.
Cuando nirvana subió a la habitación ya era muy tarde, observó el reloj que había en el pasillo, eran las doce de la noche. No quería pasar por lo que estaba pasando Sol. No había pensado en tener un bebé pero si lo hacía no quería que el niño estuviera lejos de su padre, y mucho menos que su padre lo despreciara. Por alguna extraña razón eso la había deprimido, como estaba su relación actualmente con Justin veía la opción del divorcio como una opción viable.
— ¿Dónde estabas? Le preguntó él cuándo entró a la habitación.
— ¿Dónde estabas tú? Le preguntó en respuesta.

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora