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Escritora: Samara García. Fb: www.facebook.com/samara.garcia.378 Twitter: SamG_Belieber.

—Nirvana, me tengo que ir, dijo zafándose de sus manos. Ella camino detrás de él, solo que en vez de seguirlo a la entrada subió al segundo nivel de la casa, entró directamente a la habitación de la niña, la observó en su cama llorando, su corazón se afligió, ella era tan solo una niña, Justin había sido demasiado brusco con ella. Se sentó a su lado. —Si de algo te sirve, él lo dijo porque estaba enojado. — ¿conmigo? Preguntó la niña inocentemente. —No, conmigo, respondió nirvana. —Él nunca se enoja contigo, mentirosa. Ella sonrió… —él algunas veces es así… un poco agresivo, pero ya se le pasará. El resto del día se la pasó jugando a todo tipo de juegos con la niña, se sentía sola en esa casa, y con la niña en la casa la vida se le hacía más alegre, cuando estaba oscureciendo le indicó que dejara el bate de béisbol que tenía en las manos. Habían jugado béisbol al menos cuatro horas, —Vamos cielo, deja eso, ya oscureció. — ¿Justin se enojará? Preguntó observándola. —No creo, él está a punto de llegar, respondió. —Vamos, otro ratito más. —No, Sally, mañana jugamos, cuando sea de día, ya a esta hora no es bueno jugar, le dijo sonando firme. Se alejó un poco de ella y empezó a observar algunas flores que se veían más hermosas en la noche que en el día, escuchó gritar a Sally, cuando giró a verla, tenía el bate en una mano y la pelota en otra… —La lanzaré lo más lejos que pueda, dijo. Nirvana observó con horror el vehículo de Justin que se estaba aparcando en un lado del jardín, fue muy tarde para detener a la niña, golpeó la pelota con todas sus fuerzas, ella solo pudo ver cuando se estrelló contra el cristal del vehículo de su esposo, rompiéndolo. La niña se quedó paralizada, Nirvana fue hasta ella…— ¿Qué hiciste? Le preguntó asombrada. Escuchó como Justin maldecía y luego estrellaba la puerta de su vehículo, caminó hacia donde la niña y la tomó bruscamente por el brazo… — ¡Te vas! Recoge todas tus cosas que te vas. —Justin, espera… le rogó nirvana. — ¡No te metas en esto! Le gritó en respuesta. —Voy a llamar a Cristóbal, te dejaré en casa de sus padres. —Pero ellos no están, respondió la niña llorando. — ¡No me importa! Te dejaré en tu casa. —Pero está cerrada, solo está la señora que limpia, creo. —Te dejaré con quien sea que esté ahí. Solo recoge tus cosas. ¡Ya! Le dijo prácticamente empujándola hacia su habitación. Nirvana lo siguió hasta el estudio…— Justin, espera… No la puedes echar, es de noche, y ella es… — ¡No sigas! Exclamó alterado. —Rompió el cristal de mi auto, su padre que se encargue de ella, no yo. —No te preocupes por el cristal, hago lo que sea, si quieres vuelvo a trabajar aquí para pagártelo pero no la eches, le dijo tristemente… —échame la culpa a mí, pero no la pagues con ella es solo una niña. —Es un demonio. —Está sola, le respondió nirvana en tono alto. — ¿por qué la defiendes tanto? Apenas la conoces, le preguntó frunciendo el ceño. Nirvana sintió que sus lágrimas se apilaban en sus ojos, tomo una pausa, —Porque ella se parece mucho a mi ¿sabes? Yo cuando era pequeña también estaba sola, mi papá casi nunca estaba conmigo, y no tuve una mamá, paró de hablar mientras se secaba las lágrimas… —si tú la echas de aquí, estarías echándome a mí, le estarías negando la oportunidad a una niña de ser feliz, como me la negaron a mí. Y no me gustaría verla en esa situación, porque sé lo que es estar rodeado de personas y sentirse solo, si quieres vuelvo a trabajar aquí y te pago el cristal, pero no la eches, hazlo por mí. Dijo llorando. Justin se quedó en el mismo lugar que estaba, la verdad es que no le gustaba verla llorar, conocía pate de su historia, y sabía que su infancia no había sido agradable y que quizá se sentía identificada con la niña, suspiró…— Ven aquí, cielo. Ella corrió a sus brazos, él la envolvió mientras la escuchaba sollozar… —No te preocupes, no echaré a Sally de aquí, pero cálmate ¿Si? — ¿No la echarás? Preguntó levantando su rostro lleno de lágrimas hacia él. Él negó. — ¿Te he dicho alguna vez que te quiero? Le pregunto tiernamente. Justin negó. —Te quiero, Justin. Le dijo poniéndose se puntitas para darle un beso. Él tenía una sonrisa de idiota estampada en la cara, lo quería, ella lo quería, la abrasó con fuerza… —Yo te adoro, cielo, le dijo besando su pelo.

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora