75.

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«Véngate» 
«Véngate» 
«Véngate» 
—Vengarme, repitió. — ¿De quién? Peguntó por lo bajito.
—Nirvana, nos tenemos que ir. Dijo Justin a su espalda.
Y todos los pensamientos se alinearon en una sola oración. Él era el culpable de todo. Ella… ella debía vengarse de él cuando tuviese la oportunidad. 
De camino estaba callada. No había parado de escuchar la voz en su cabeza que le decía que todo era su culpa. Si él nunca hubiera aparecido en su vida, su padre aun estuviera vivo. —Necesito estar sola. Dijo lentamente mientras se aclaraba la garganta. 
—Nirvana yo…
—Justin, por favor. Solo pido eso, lo necesito. 
—Bien, escuchó que dijo. Ninguno de los dos habló mientras iban de camino a su apartamento. Algo dentro de ella quería sentirse segura con él, amarlo. Pero había algo muy en el fondo que le impedía ser feliz, como un muro que se construía antes de llegar a su corazón recordándole que debía vengarse. Quería pedirle el divorcio, y verlo caer. Apretó los ojos con fuerza como si el mero pensamiento le hubiese provocado nauseas. 
Cuando llegó al apartamento, respiró hondo. ¿Estaba en casa? Se preguntó observando todo, se quitó los zapatos. Se giró para ver a Justin apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Fruncía el ceño, quería aparentar que estaba enojado. Pero ella lo conocía. Estaba triste. Por alguna razón eso la conmovía. —Adiós nena, le dijo sonriendo. 
Ella sintió, incapaz de decir nada más.
—Cuando te sientas lista. ¿Prometes que me llamarás para venirte a buscar? Le preguntó. 
Ella volvió a asentir. Vio la puerta cerrarse y por alguna razón sintió que las lágrimas se desbordaban por sus mejillas. Ella lo quería, lo quería junto a ella. No sabía qué estaba mal en su cabeza pero ahora mismo lo necesitaba. No quería estar sola. Quería estar con él a solas. Sin pensarlo abrió la puerta rápidamente pero entonces se fijó que el ascensor bajaba. Sin pensarlo corrió por las escaleras como loca. Cuando bajó el parqueo estaba vacío. Observó hacia atrás y lo vio salir del ascensor. 
Sonrió, corrió hacia él y se le abalanzó. —Cielo ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Le preguntó estrechándola en sus brazos.
—No quiero que te vayas, le dijo con voz diminuta colocando su cabeza en su hombro.
Justin sonrió, besó su pelo, retrocedió y empezó a caminar nuevamente hacia el ascensor. Nirvana observó como el guardia de seguridad la miraba como si hubiese perdido la cabeza. Sintió que se ruborizaba, al menos solo la había visto él, cuando entraron en el ascensor estaba vacío. Ella se acurrucó más a su cuerpo. Necesitaba eso. Siempre lo necesitaba. 
— ¿Qué es lo que te pasa, exactamente? Le preguntó Justin recostado de uno de los lados del ascensor.
—No me quiero sentir sola, mi familia ya no está y mi único amigo me odia. Dijo tristemente. 
—Yo no te odio, dijo Justin sonriendo. 
—Pero tú no eres mi amigo, eres mi esposo, respondió dándole un beso en el cuello.
—Y me alegro de que sea así, bromeó…. —Tú eres mi familia. Dijo apretándola más contra él. 
Nirvana levantó el rostro para observarlo. Nunca lo había visto de ese modo. Cuando él hablaba de familia ¿le estaba pidiendo indirectamente hijos? Se preguntó aterrada. —Justin yo… empezó a decir.
—Tú necesitas descansar. Le respondió apoyando su frente en la de ella. —Te quiero, cielo.
Ella sonrió. En ese momento las puertas del ascensor se abrieron, él, aún con ella en brazos entró a la casa y no paró hasta que la acostó en la cama. — ¿Tienes hambre? Le preguntó tiernamente. 
—Solo me duele la cabeza. Dijo tocándosela.
—Eso es porque has llorado mucho. 
Y tenía razón. Pero no quería pensar en nada. Se quitó el vestido y lo arrojó lejos de la cama. Vio a justin abrir el armario y pasarle una bata corta. Ella sonrió mientras se la ponía y se rendía a dormir. Estaba con el hombre que amaba. Estaba segura. Él era su familia. 

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora