Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)

EPÍLOGO.- (próximamente segunda temporada)

Seis meses después…

Muchas cosas habían cambiado, empezando porque sí estaba embarazada y ahora llevaba una pancita de siete meses que le impedía ser una persona normal. Era una niña. Justin estaba fascinado con la noticia, tanto que se había vuelto excesivamente protector con ella. Eso incluía que tuviera a Augusto a su lado siempre como su guardaespaldas.

Ese día se encontraba en su comarca, tenía un casco amarillo, estaban a punto de presenciar la demolición de muchas viviendas, ella misma lo había organizado. Claro, eso de tener a justin como esposo le daba muchísimas ventajas, entre ellas tener influencia para hacer todo lo que se proponía. 

Llevaba una blusa color azul cielo y unos leggins negro, todo en combinación con unos zapatos de plataforma color negro. Justin estaba a su lado. Llevaba un traje, cuando estaba trabajando se veía imponente, tenía esa mirada arrogante que había tenido el día que lo había conocido. Cualquier persona que lo viera por primera vez le temería. Incluso ella misma lo había hecho, pero ya no. Ella sabía que detrás de ese hombre de negocios frio, había un tipo con un corazón enorme que la adoraba. Lo observó y le sonrió. —Relájate, le susurró. Él tenía su mano entrelazada. A su otro lado estaba Augusto y detrás de Justin estaban los dos guardaespaldas que siempre lo acompañaban cuando él iba a la comarca.

Vio a Amanda y a Omar salir de la casa. — ¿Qué está pasando? Preguntó Omar dirigiendo la mirada hacia ella.

—Acabamos de comprar este terreno y tienen que desalojar ahora mismo, respondió Nirvana. 

— ¡¿Qué?! Preguntó Omar. — ¿Cómo es que piensas desalojarnos sin tan siquiera avisarnos antes? Preguntó dando un paso hacia ella. 

En ese momento vio a Augusto ponerse delante de ella para impedirle el paso a Omar. Sintió el apretón de mano que le daba Justin. Él estaba algo nervioso, ella no. 

—Sabes muy bien que estos terrenos no les pertenecen. Respondió en tono alto. Veía como varias personas salían de sus hogares con sus niños. En su mayoría eran mujeres, ya que los hombres a esa hora debían de estar trabajando. 

—Nirvana, sabemos eso pero… ¿Cómo nos puedes hacer esto? Preguntó Amanda con lágrimas en los ojos. — ¿No nos reconoces? Éramos tu familia. No nos puedes dejar en la calle ahora. No tenemos un lugar a donde ir. 

Nirvana respiró hondo. —La ley es la ley, este terreno nos pertenece. Así que la mayoría de estas casas serán demolidas en este instante. Ella se puso los lentes de plástico para evitar que el polvo llegara a sus ojos. — ¿No podemos llegar a un acuerdo? Le preguntó Amanda llorando. 

Ella negó. —Lo siento mucho, respondió alejándose un poco. Le hizo señas al encargado de la demolición para que empezara con el proceso de desalojo. Él tomo un megáfono e informó que debían salir todos de sus casas. Las personas salieron y se apilaron en una esquina en el medio del sol. El encargado y su equipo entraron a todas las viviendas para asegurarse de que no hubiera nadie en su interior. Y cuando lo comprobó, les dio la orden a los hombres en las máquinas para que demolieran todo. Y así fue. La bola negra gigante chocó contra las viviendas derribándolas.

Omar la observó con odio. — ¡Eres una maldita perra! le gritó.

Nirvana asintió y se refugió en los brazos de Justin mientras escuchaba el llanto de las personas y sus suplicas. —Nadie te hará daño, le susurró Justin besando su pelo. 

—Lo sé, respondió secándose las lágrimas, en ese lugar había nacido, ver que ella daba la orden para que lo demolieran dolía. A veces hacer lo correcto resultaba doloroso. 

Luego de al menos una hora, y cuando todo estaba convertido en escombros respiró hondo. Se acercó a Amanda y a Omar los cuales lloraban abrasándose. Sacó una llave de su bolsillo. —Aquí está la llave de su nuevo apartamento. Le dijo ofreciéndosela a Amanda.