102.

2.9K 84 6
                                    

—No quiero perderte, le dijo Justin con la voz entrecortada. 
Ella no respondió. A cambio de eso se sentó y respiró hondo. Te veré mañana, le dijo en tono frio…
—Yo solo… empezó a decir Justin quedándose en el mismo lugar… —Olvídalo. 
Nirvana se paró del piso y apagó las luces, realmente necesitaba dormir, descansar… pensar que el día de hoy solo había sido una pesadilla. Se metió en la cama y trató de conciliar el sueño pero no pudo. Cuando observó el reloj era media noche y la cama estaba vacía, se acercó al borde y vio a Justin mirando al techo acostado en el suelo. Él le ponía las cosas difíciles. Rodó los ojos. — Anda, levántate de ahí y ven a dormir, dijo pasándole la mano. 
Lo vio desviar la mirada hacia ella, sus ojos estaban hinchados y su cara roja. No podía negarlo, odiaba verlo así, extendió más su mano y sonrió a medias cuando él la tomó y se levantó. — ¿Me dejarás dormir contigo? Preguntó sorbiéndose la nariz. 
— ¿Ves otra opción? Preguntó observándolo. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y se metió a la cama pegándose a ella. 
—Te dije que podías dormir aquí, no que estarías tan cerca de mí. Le dijo bruscamente. 
—Lo siento, lo escuchó decir y luego sintió que su cuerpo se alejaba del de ella, lo observó por unos segundos, él seguía mirando al techo. —Duérmete, le dijo tocando su hombro.
Él tomó su mano y la llevó a sus labios. Ella trató de alejarla pero entonces sintió la presión que él tenía sobre ella. 
Bien, no ganaría esa batalla. Se acercó más a él y dejó que le acariciara el pelo, las manos, los brazos. Era como si él la admirara como se hacía con alguna escultura. Finalmente sus ojos no pudieron soportar estar abiertos y se rindió a dormir. Tal vez mañana sería mejor día que el anterior… Tal vez. 
Cuando abrió los ojos se vio atrapada, tanto los brazos como las piernas de Justin la tenían sujeta. Ni siquiera recordaba haberse puesto en esa posición la noche anterior, él tenía su cabeza en el hueco de su cuello, uno de sus brazos estaba por encima de su cabeza y el otro encima de sus senos, una de sus piernas estaba encima de sus piernas… —Justin… susurró tratando de alejarse pero él aún dormía. 
Suspiró cansada. Era como si él se estuviera resguardando en ella. Como si ella fuera su fuerza. Sintió que las lágrimas se amontonaban en sus ojos al recordar todo lo del día anterior, pero lo que la sorprendió fue el hecho de que la parte que realmente le estaba doliendo había sido verlo en el piso y entender que tanto él como ella eran personas rotas, que tal vez eso era lo que tenían en común.
Se liberó de sus brazos como pudo, se dio un baño y se alistó. Necesitaba irse de su lado. Sus sentimientos estaban revueltos en su interior, sentía tristeza, rabia, odio. Y no sabía cuál de los tres iba poder con ella.
Tomó la maleta que había llevado y lentamente acomodó toda su ropa en ella. Secó las lágrimas que habían rodado por su mejilla. No sabía exactamente lo que iba a hacer. No sabía si ir a casa después de todo, o ir a la casa que le había comprado Justin, o no ir a ninguna de ellas. Era consciente de que a estas alturas no pertenecía allí. No pertenecía a ningún lado.
Cuando volvió a observar a Justin se asombró al verlo despierto y mirándola. Él frunció el ceño más no dijo nada, lo vio pararse e ir al baño. Soltó el aire de golpe, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración.
Se sentó en el balcón unos minutos, escuchó cuando salía del baño. Evitó mirar hacia atrás. Se concentró en el paraíso tropical que abandonaría. Sonrió tristemente. Ese paraíso tropical que la había metido en problemas… En ese paraíso tropical que había descubierto que su esposo tenía un pasado casi idéntico al de ella y que le había sido infiel… pero la naturaleza no tenía la culpa de la estupidez de los humanos. Definitivamente no.
—Humm. ¿No quieres desayunar antes? Le preguntó Justin detrás de ella.
—No. Respondió en tono frio. 
Escuchó sus pasos alejarse y cosas moverse en la habitación, el sonido de su laptop al abrirse, de las llaves tocando el piso, de alguien sentándose bruscamente en la cama, el teléfono de la habitación siendo descolgado. Luego de unos minutos lo sintió acercársele, sintió sus manos posarse en sus hombros. — ¿No puedo hacer nada para que te quedes? Preguntó. 
Ella negó y se alejó de su toque.
—Lo siento… No quería que esto… empezara a decir él…. —Pero creo que… ¿No puedes quedarte ni siquiera un día más? 
Ella volvió a negar y caminó hacia su maleta, pretendía arrastrarla pero Justin ya la tenía en su mano. —Déjame esto a mí, le dijo sonriéndole. 
Cuando salieron de la habitación se encontraron con Sonia, Nirvana pretendía caminar más rápido para no estar entre ellos, se sentiría más estúpida de lo que ya se sentía. Notó que Sonia arrastraba una maleta. — ¿Se van? Preguntó ella. 
Nirvana siguió avanzando pero sintió que Justin se detuvo. —Llevaré a Nirvana al aeropuerto.
Sonia asintió. —Bien, yo me voy también. Mmm. Recogeré mis cosas de la casa, nos podemos juntar en la semana para acomodar lo de la cifra de mis acciones. 
Nirvana se giró a observarlos, tenía sus brazos cruzados en el pecho. Vio a Justin asentir en dirección a Sonia. —Hasta luego, le dijo ella sonriéndole… —Charlie me llevará al aeropuerto, dijo y avanzó por el lado contrario a ellos. 
El ascensor estaba lleno de personas, así que los obligo a permanecer juntos. Sintió como Justin la abrasaba, lo fulminó con la mirada y él no cedió. Al contrario, la pegó más a él. Claramente no iba a armar un escándalo en un ascensor así que se tuvo que aguantar. 
En el taxi, se aseguró de montarse en el asiento delantero, dejando a justin con la única alternativa de ir montado atrás. No quería ningún tipo de contacto con él. En el aeropuerto fue más de lo mismo, ellos caminaban juntos pero sin hablar y sin tocarse, tenía que esperar al menos una hora para irse así que aprovechó el tiempo y fue a desayunar. 
Cuando supo que ya era hora de irse de repente sintió un dolor en el pecho. Tal vez esa sería la última vez que lo viera. Tragó con dificultad y observó hacia otro lado. —He hablado con Augusto, te recogerá en el aeropuerto.
Ella asintió incapaz de hablar, sus defensas estaban siendo derribadas lentamente. No estaba ni siquiera segura de querer irse. Lo vio rascar su cuello y observarla. —Te veré en unos días, le dijo.
Ella asintió. Suspiró hondo, ya era hora de entrar al avión. Lo observó unos segundos. —Adiós, dijo con tristeza, vio como él lentamente se le acercaba y la envolvía en sus brazos, a ese contacto no se pudo resistir, mientras estaba acurrucada en su peco sentía las lágrimas resbalar por sus mejillas. 
Justin rompió el contacto y la observó limpiándole las lágrimas. — No llores ¿Bien? Sé que fui un idiota pero no llores…
Y eso la hizo llorar más. Miró hacia arriba y sonrió tristemente. Su voz se había escondido en alguna parte en su cuerpo. Se acercó a él y lo abrasó nuevamente y malditamente no le importaba si luego se arrepentía de lo que había hecho, en ese justo momento necesitaba estar con él. Sintió como justin la apretaba fuerte. Ninguno habló. Realmente no necesitaban palabras. 
Nirvana se puso de puntitas y le dio un beso en los labios, se separó de él y se fue sin mirar atrás. Si esa había sido su despedida había sido una buena. 

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora