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— ¡Exactamente eso! ¡Me estás regalando un auto! Exclamó avanzando hacia el vehículo. — ¡Ni siquiera sé conducir! 
—Yo te voy a enseñar.
—Esto no puede ser real, dijo tapándose la boca con ambas manos. — ¡Un auto! Gritó y luego corrió a los brazos de su esposo. —Gracias, Gracias. Y no te las doy porque me diste un auto porque si no me lo hubieras dado también hubiera estado feliz porque… porque… por todo. Por el pastel, por el desayuno en la cama, por las felicitaciones… Por todo Justin… por todo… por esto, y por ser siempre tierno conmigo y comprensible… por eso y por todo te amo. 
Justin arqueó las cejas y sonrió. Ella lo amaba. Lo amaba. Se lo había dicho. Era real. —Repítelo, le exigió.
—Te amo, dijo nirvana dándole un pequeño beso en la mejilla. 
—Otra vez.
—Te amo, repitió soltándose de sus brazos.
—Una vez más.
— ¡Te amo! ¡Te amo, Justin! Gritó dándole vueltas.
Él la atrajo hacia sus brazos y la levantó, dándole vueltas en el aire. —Yo también te amo, le dijo besándola.
“Sí. Definitivamente ese era el segundo mejor cumpleaños que había tenido.”
Luego de eso se la pasó en el estudio acurrucada con su esposo viendo películas, su felicidad no fue infinita ya que él recibía llamadas muchas veces, ella sabía que trataba de ignorarlas por no arruinar su cumpleaños. —Está bien, le dijo tocando su mano. —Ve a trabajar. Estaré bien. Le dijo sonriendo. 
—Es tu cumpleaños, pensé que… empezó a decir tristemente.
—Lo sé, pero sé que en el trabajo te necesitan. —Anda ve, encontraré algo divertido que hacer, lo prometo. 
—Pero es que si sé que me voy no volveré temprano y te quería llevar a cenar, dijo lamentándose. 
—Lo podemos hacer otro día, no me enojaré.
Justin sonrió tristemente la atrajo a sus brazos y la besó. —Tengo a la mejor esposa del mundo, le dijo frotando su nariz con la de ella. —Y yo al mejor esposo, respondió dándole un beso.
No pudo evitar sentirse un poco desanimada cuando lo vio partir, llevaba unos shorts color negro y un t-shirt del mismo color, ondeó su mano en señal de despedida en la entrada de la casa. —Bonito auto, escuchó decir a Jake detrás de ella. 
Nirvana asintió… —Justin me lo….
—Sí, lo sé… Te regaló un auto. ¿Ya te montaste? 
—Hummm no. No sé conducir. 
Jake sonrió un poco. —Yo te puedo enseñar. Se ofreció acercándosele.
—Hummm. Justin prometió hacerlo.
— ¿con que tiempo? Preguntó en forma de burla. 
—No había pensado en eso. Enséñame, le dijo.
—Será un placer, respondió.
Más mala no podía ser, y hablaba en serio, tuvo suerte de que no hubiera estropeado el vehículo. Y eso que solo habían practicado en el enorme jardín. Pero el momento más decepcionante fue cuando Jake puso una mano en su hombro conteniendo una carcajada. —Creo que aún no estás lista para salir a la calle. 
Llevó ambas manos a su cara y no pudo evitar soltar una carcajada, era una pésima conductora, un peligro al volante. ¡Qué vergüenza! Pensó mientras salía del baño y abría el armario, ya había anochecido, iba a esperar a su esposo, buscó un atuendo sexy para dormir, y lo encontró. Era una fina bata color negro algo transparente. Se la puso. ¿Debería usar ropa interior o no? ¿O quizás solo ropa interior sin la bata? Se preguntó. Al final usó la bata y unas bragas. Secó su pelo, dejándolo ondulado y aplicó algo de brillo de labios. 

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora