73.

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Lo que más le hizo el corazón trizas fue ver que la antigua casa en donde estaba, ya no estaba ahí, ahora era como un terreno baldío. La habían derribado. Tantos sueños, tantos momentos que ya no estaban. Ya no quedaba nada de su vida anterior. No tenía pasado. Solo estaba ella y su presente. Sintió como las lágrimas se amontonaban en sus ojos. No quería llorar pero era muy duro para ella volver al lugar donde había empezado todo.
No había vuelto al lugar desde que Justin la había comprado. No pudo ver a su padre por última vez, no sabía si había estado feliz, triste, cómodo o quizás enojado. Él solo había hecho lo que podía. No lo culpaba. Gracias a él ella había sobrevivido y no había muerto de hambre. Llevó una de sus manos hacia sus labios como si quisiera gritar. Miró hacia otro lado. No quería que Justin la viera así pero no pudo evitarlo, apretó los ojos con fuerza sintiendo las lágrimas rodar por sus mejillas.
Sintió como justin la abrasaba y besaba su pelo más no decía nada. Y eso era bueno, lo que menos quería era escuchar palabras de apoyo, no le gustaba que le tuvieran lastima. Se limpió las lágrimas y sonrió a su pesar Pero tenía el corazón destrozado en su interior. Vio que la camioneta de detenía. Reconoció la casa de Omar al instante, se parecía mucho a la que había sido su casa pero esa estaba en muchas mejores condiciones. 
Justin no hizo ningún ademan de salir del vehículo. — ¿Estarás bien? Le preguntó apretando su mano.
Ella asintió y salió del vehículo. Respiró hondo. Tenía el cheque en su bolso. Entró a la casa, todos estaban sentados en un pequeño mueble que usaban para reunirse y ver algo en la televisión. Amanda, Omar y su papá.
—Nirvana, dijo Amanda lentamente al verla. 
Ella sonrió tristemente, pero sinceramente tenía ganas de llorar. Vio la tristeza en los ojos de Amanda. Ella siempre la había apoyado con su padre, a veces cuando no tenían para comer, ella los ayudaba. Siempre que necesitaban algo ella hacía lo que podía para hacerles la vida un poco más fácil.
Notó que Omar la observaba asombrado, todos se pararon de sus asientos, pero él en vez de caminar hacia ella como lo hizo Amanda y abrasarla se quedó en una esquina, distante, la observaba de arriba abajo como si no pudiera creer que ella fuese real. 
— ¿Estás bien? Preguntó Amanda observándola.
Nirvana asintió. —Sí, lo estoy. ¿Cómo están ustedes?
Amanda sonrió. —Estamos vivos, Santiago, consiguió nuevamente trabajo en la fábrica de café.
—Me alegro de eso. Dijo sinceramente, que el padre de Omar trabajara significaba mucho, él siempre había mantenido a su familia.
—Y Omar…
—Ya mamá… dijo Omar deteniéndola. Todos lo observaron. —Hola, le dijo nirvana sonriendo pero él no lo hacía, a decir verdad la observaba con resentimiento.
—Veo que el dinero te ha cambiado bastante, dijo mirándola con desprecio.
—Para nada, sigo siendo la misma.
—Ni siquiera viniste a ver a tu papá cuando murió, pero claro ¿para que lo harías? 
— ¿Qué? Preguntó ella enojada. —Traté de hacerlo. 
— ¿Trataste? Preguntó Omar alterado. —Michael se muere y tú solo trataste, dijo en tono alto.
— ¡Me perdí! Cuando Amanda me lo dijo me escapé de casa pero tomé un bus equivocado y ya luego no sabía dónde estaba y no pude venir. Dijo con lágrimas en los ojos, que él la juzgara de esa forma dolía. 
— ¿Qué haces aquí? Preguntó enojado. — ¿Viniste a restregar el dinero que tienes?
— ¡Omar! Exclamó Amanda indignada. —Para ya.
Nirvana se secó las lágrimas. —Estás siendo cruel, mi vida no ha sido fácil, tú lo sabes y cuando me fui de aquí todo se complicó…. Y… 
Él bufó. —Sí como no. Meterte como puta en la cama de Justin Bieber fue un trabajo muy duro. Eres una perra, le dijo con la mirada inyectada de odio.
Todos observaron hacia atrás de nirvana, ella no advirtió ningún movimiento hasta que fue demasiado tarde, Justin avanzó hasta Omar y lo golpeó tirándolo al suelo. Luego uno de los guardaespaldas entró en acción y pateó a Omar. —Vuelves a ofender a mi esposa con el mínimo insulto y serás hombre muerto ¿Entiendes? Le preguntó enojado. 
Omar se limpió la sangre de los labios, se paró y se arregló la ropa. — ¿También esta es otra demostración de que eres superior a nosotros? ¿A eso viniste? Le preguntó observando a nirvana.
—No, respondió nirvana llorando. —Esto no es lo que quería. Tú me conoces ¿Por qué me tratas así? Trató de avanzar hacia él pero Justin se lo impidió. 
—No vengas a hacerte la inocente conmigo, tú solo estás interesada en el dinero. 
— ¡Eso no es cierto! Exclamó indignada. 
—Y no es así. ¿Por qué no te casaste conmigo aquella noche cuando te lo pedí? Le preguntó escupiendo las palabras. 
— ¡Porque no te amo! Le gritó observándolo.
— ¿Y a él sí? Preguntó alterado. Sonrió tristemente. —Vete de aquí. 
—No sin antes darte esto, dijo abriendo el bolso y sacando el cheque. — ¿Qué es eso? Le preguntó Omar desconfiado. 
—Bueno, siempre has estado ahorrando para tus estudios y te vengo a hacer un regalo. Le dijo tratando de sonreír.
Omar se cruzó de brazos. Amanda observó la cantidad. —Es mucho dinero, nirvana. Dijo observándola. 
—Ahora piensa comprarnos, dijo Omar.
—No, claro que no…. Respondió. Sentía que se hundía. No quería que las cosas fueran de esa forma, solo quería darle un regalo y ya. 
Él lo tomó en sus manos, observó la cantidad y sonrió. Luego lo rompió frente a sus ojos. Y le tiró los papeles sobrantes en su cara. — ¡Largo de aquí! Le gritó.
Ella trató nuevamente de acercársele pero Justin selo impidió. —No, le dijo lentamente.
—Pero Justin, le rogó… —Tengo que… 
—No, Nirvana… —Vámonos de aquí. 
Ella observó a Amanda. —No quería que las cosas fueran así le dijo sinceramente. 
Amanda asintió tristemente.

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora