78.

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— ¿también la llevaras al viaje? Preguntó Sonia.
— ¿Qué viaje? Intervino Nirvana.
Sonia sonrió con satisfacción al saber que nirvana no estaba enterada. —Haces muy bien en no incluirla en los temas importantes, dijo sonriendo.
Nirvana frunció el ceño. ¿De cuál viaje hablaban? ¿Ellos iban a viajar? Iba a preguntarlo cuando Sonia volvió a hablar. — ¿Sabes que Coleman está jodiendo otra vez? Ahora asegura que estamos evadiendo impuestos. 
Justin se tensó. — ¿Qué? Preguntó enojado. — ¿Ese imbécil otra vez?
Sonia sonrió. —Supongo que de eso halaremos después, dijo sarcásticamente mientras salía de la oficina. 
— ¿Quién es Coleman? Preguntó nirvana al ver que Justin de repente había cambiado su expresión.
—Un abogado que quiere destruir esta compañía, siempre vive inventado cosas y dándole de qué hablar a la prensa. 
Se quedó pensando unos segundos, y la idea apareció en su cabeza. ¿Qué mejor forma de vengarse de Justin que contratar al abogado que lo odia? Pero ¿qué tendría que hablar con el abogado? Ella quería darle por donde más le dolía y eso ¿Qué sería? Observó por el ventanal la ciudad. —Claro, la empresa. Dijo en tono bajo. 
— ¿Qué? Preguntó Justin sobresaltándola. 
—No… Solo hablaba sola. Dijo rápidamente. 
Justin sonrió y se acurrucó en su hombro, nirvana se sintió morir. ¿Cómo podría vengarse de él? Él había sido malo, eso era cierto. Pero había cambiado o eso parecía. ¿Por qué fingiría que la amara? Era algo tonto. Pero… ¿Qué tenía ella para haberlo enamorado así? no se consideraba atractiva, no era inteligente, no sabía hacer muchas cosas. Era ilógico. 
—No creo que pueda concentrarme contigo aquí, le dijo dándole un beso en la punta de la nariz. 
Ella sonrió, justo cuando él se le acercaba para darle un beso. Entró alguien a la oficina. —Esto es inaudito, ¡Inaudito! 
Nirvana sonrió, Sonia era tan inoportuna, acarició la mejilla de su esposo, el cual la observaba con ojos tiernos, ignorando por completo a la bruja maligna de su exnovia, nirvana sonrió y lo besó. 
— ¡Bien! Cuando la empresa se hunda no digas que no te lo advertí, dijo Sonia enojada.
Nirvana enterró la mano en el pelo de Justin y lo pegó más a sus labios, por el rabillo del ojo vio cuando Justin le hacía una seña a Sonia con la mano para que se fuera, sonrió entre besos y más cuando escuchó que la puerta se cerraba de un portazo.
Ella sonrió con satisfacción y se separó de su esposo. —Tengo que dejarte trabajar, sino Sonia va a explotar.
Él sonrió. —Te puedes quedar sentada aquí, le susurró acariciando su cintura.
—No lo creo, respondió nirvana sonriendo, parándose de sus piernas y sentándose en uno de los sofás. Se acostó mientras hojeaba una revista de modas. En el resto del día no evitó sonreír al ver a las secretarias y demás personal entrar a la oficina y no saber exactamente qué hacer al verla acostada en el sofá entretenida y hablar con su esposo de temas triviales. Ver a justin sonriendo y relajado, al parecer no era algo común en la empresa y lo creía ya que todos se sentían incomodos cuando él le dedicaba una sonrisa, y podía ver el rubor en las mejillas de las empleadas cuando las observaba y sonreía. 
En eso de las dos de la tarde se sintió más que agradecida de salir de ese lugar, recordaba la primera vez que había estado en un restaurante con él, se había sentido incomoda, con ganas de correr de su lado. Pero todo había cambiado, ahora se sentía atraída como una zopenca, era como si él fuera la miel y ella la abeja. 
Haber conocido su otra faceta, su otra forma de ser le había parecido fascinante, si a estas alturas él aun siguiera siendo el mismo tipo cruel que conoció pues entonces su vida hubiera sido peor… Mucho peor de lo que ya era. Y no era que se sintiera que era miserable, sino era el hecho de que había perdido a todas las personas que había amado desde que era una niña.
Cuando llegaron a casa el cansancio se apoderó de ella de igual forma tenía una sonrisa estampada de idiota en la cara, Justin la tenía en sus brazos, sonrió cuando la tiró en la cama y se desnudó rápidamente. Al final de cuentas en el lugar que mejor se entendían era en la cama. 
Nirvana abrió los ojos, se encontraba envuelta en los brazos de su esposo, observó el reloj, eran las dos de la mañana. Observó que había dejado su laptop en la mesita y se iba a caer, se envolvió en las sabanas y se acercó a la mesita, tomó la laptop y cuando iba apagarla una idea cruzó por su cabeza. “— ¿Sabes que Coleman está jodiendo otra vez? Ahora asegura que estamos evadiendo impuestos. —Un abogado que quiere destruir esta compañía, siempre vive inventado cosas y dándole de qué hablar a la prensa. ” 
Entró a Google y trató de buscar algún tipo de información que la pudiera llevar hacia el abogado, luego de una búsqueda exhaustiva no había conseguido ni su nombre ni su teléfono. Leyó un artículo en el cual él estaba implicado y lo mencionaba “Jase Coleman” 

Amor Destructivo. Disponible en Físico & PDF (Links in bio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora