Capítulo 7: "Salvar a una niña perdida".

12.3K 772 260
                                    


Pasé el resto del día junto a la jaula de otra chica que estaba atrapada con la misma suerte que yo. Pan había extorsionado a sus hermanos para que buscaran algo que él necesitaba y sólo así podría irse, pero le había comentado la experiencia de mi padre con aquel maldito embustero y ambas llegamos a la conclusión de que no importaba lo que Peter consiguiera, él nunca nos dejaría ir. O siempre habría una trampa, algo que los demás dejaran escapar.

El nombre de aquella chica era Wendy, y fue bastante amable al explicarme cómo era que el campamento de Pan se manejaba y en quién debía confiar y en quién no. Para mi sorpresa, sólo se podía confiar, a medias, en Félix. Lo pude ver cuando nos trajo comida y escondió una pequeña ración extra para que Pan no se enterara.

Se había hecho de noche, y tenía que admitir que estar encerrada y tirada en medio del bosque con una chica que era bastante temerosa no me daba una buena espina, pero sabía que sólo era eso, un mal presentimiento.

Sentí el sonido de unos pasos acercándose a donde estábamos, Wendy me miró temerosa y entonces yo le hice una seña para que no hiciera ruido.

Segundos después, vimos a Peter acercándose a las jaulas, entonces relajé mi cuerpo al instante. Él se agachó para mirarnos, más específicamente se posicionó en frente de mi jaula.

―¿Disfrutan su estadía en Nunca Jamás? ―preguntó aquel muchacho, con una media sonrisa egocéntrica que me hacía querer darle un puñetazo en la cara.

―Lo haría si no tuviera tu estúpida cara frente a mí, ¿qué más? Oh, sí, lo haría si no me hubieras metido en ésta maldita jaula como si fuera un animal ―respondí, con una falsa amabilidad en mi voz.

―¿No es lo que eres? ―preguntó, falsamente sorprendido―. Lo siento, te confundí con un perico. Ya sabes, no cierras la boca ni para comer.

―No es mi culpa que seas tan delicado, Pan ―escupí, cruzándome de brazos y apoyando mi espalda contra las cañas.

―Tampoco es mi culpa que seas tan maleducada ―contestó, con una sonrisa de desprecio.

―Que yo sepa no es de buena educación tener a tus invitadas en una jaula a menos que ustedes sean una especie de secta satánica ―ironicé, y él rió con el sarcasmo saliendole por los poros.

―Oh, y por eso vamos a jugar un poco ―dijo él, parándose y mirándonos a ambas de a momentos―: ustedes se quedan quietas y son unas buenas niñas hasta mañana, y las dejaré salir.

―¿Que no te quedó claro la parte en la que te dije que no soy una buena niña? ―le recordó, y él me dirigió una mirada cargada de malicia pura.

―Lo harás si no quieres que Garfio te encuentre moribunda en ésta jaula. Piensa en él y sé una buena niña ―usó un tono irónico, separando las palabras una por una para hacerlo sonar más tétrico de lo que parecía.

No contesté, y eso le dio la pauta a Pan para irse nuevamente hacia el campamento. Entonces suspiré.

―Jodido idiota ―susurré, pegandole una patada a la puerta de la jaula.

―Lua, tranquila. Sólo será una noche ―me tranquilizó Wendy sosteniéndose de las cañas de su jaula―, él nos liberará mañana.

―No lo hará, él no es alguien de quien nos podamos fiar, Wendy. Sé reconocer bien a los embusteros, y él es uno de ellos ―confirmé, recordando lo que me había dicho Garfio sobre Pan: "él no es un hombre de quien te puedas fiar. Él luce como un chico simple, pero es un demonio sangriento."―. Tenemos que escapar de él.

―¿Pero cómo? Él siempre está un paso delante de todos ―respondió aquella muchacha con la voz hecha un hilo. Podía sentir el temor hacia Pan en su tono de voz.

Peter Pan's Property (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora