Capítulo 35: "Frustración".

4.5K 291 171
                                    




Luana Jones.

―Lua, cálmate. Mientras más te alteres peor serán las cosas ―masculla con una voz completamente sosegada, como si la intranquilidad de la situación no lo afectara en nada. Él siempre era así de apacible, y hasta había un subtono témple en su voz que me relajaba, sacándome de mis más pavorosos pensamientos.

El Príncipe Ben estaba parado justo frente a mí, con sus manos sobre mis hombros mientras me escruadriñaba con esos ojos verdes que parecían enseñar toda su alma, sin embargo pensaba que eran muy bonitos. Tenía la terrible costumbre de mirarme directo a los ojos, lo cual me ponía inquieta y me recordaba a muchas sensaciones que había tenido hace tanto tiempo... desde que conocí a Peter precisamente.

Era extraño, conocía a Ben hace casi un año y todavía no encontraba la explicación por la cual me sentía tan intimidada y nerviosa bajo sus constantes miradas. No era estúpida. Sabía que sentía algo por el castaño pero me daba escalofríos siquiera pensar en que podría llegar a aceptarlo finalmente y que todo pudiera llegar a terminar como acabó con Peter o con Connor.

Ben era un príncipe, él tendría un final feliz. Yo era una pirata, los piratas no tienen un final feliz y eso me había quedado claro con la muerte de Garfio, razón por la cual estaba tan alterada ahora.

No dejaría que él muriera si tenía la posibilidad de ir por él y revivirlo, acompañada del equipo de rescate, pero obviamente ésto estaba poniéndome muy frustrada e intentaba moverme lo más rápido posible para partir finalmente. No estaba siendo tan razonable que digamos y Ben intentaba calmarme lo más que podía.

Después de casi un año de amistad, nos conocíamos muy bien, y pese a que Connor y Félix siempre estaban diciéndome que él estaba loco por mí, nunca me atreví a mostrarle que yo también sentía algo por él. Además... Connor era otro tema. Según él me había superado y estaba concentrado en otras cosas como su próxima expedición en busca de una mítico tesoro antiguo, pero muy en el fondo sabía que me estaba mintiendo porque alguna vez lo conocí.

Después de casi dos años de la muerte de Peter Pan, las cosas habían cambiado mucho para mí. Estaba trabajando desde hace algún tiempo y pronto partiría al Triángulo de las Bermudas para comenzar la travesía por el mundo, bueno, si traía devuelta a Killian.

Aunque me costó, logré superar a Peter. A veces lo extrañaba, sí, pero logré rehacer mi vida después de su partida, algo que no creía posible.

―Ben, debo irme. No puedo dejar que mi padre esté allí más tiempo ―solté estrepitosamente, mientras me apartaba de la paz que el castaño había esparcido en mi cuerpo después de posar sus manos sobre mí. Tenía que negarme a la embriagante sensación de sus caricias porque ya no estaba en edad de dejar que eso me manipule, y además, tenía que apresurarme.

Corrí hacia una de las esquinas de mi habitación y me coloqué el cinturón de cuero marrón, el cual contenía mi espada de toda la vida en su soporte, alrededor de mi cintura. No sabía qué más tendría que hacer pero sin dudas tenía que tomar un relicario que estaba sobre mi mesa de noche, que contenía una fotografía de mi madre y mi padre adoptivo. William Turner y Elizabeth Swan... cuánto los extrañaba.

Quisiera haber conocido a mi madre más de lo que quisiera existir o ser una pirata. Quisiera haber tenido mucho más tiempo con William del que tuve, y no podía negar que aunque supiera que Killian era mi padre aún seguía sintiendo que William, de alguna forma, también lo era.

―Iré contigo ―dijo Benjamin con una voz ronca y sumamente decidida. Me giré rápidamente para verlo y podía ver en él que su anterior aire meditabundo antes de indicarme su decisión había desaparecido.

Peter Pan's Property (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora