Capítulo 39: "La mitad de un corazón".

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Peter Pan.

Luana me tomó de la mano y, con un fuerte tirón, me obligó a correr por el largo del muelle junto a ella a una velocidad que era más rápida de lo que estaba acostumbrado, bueno, en realidad estaba acostumbrado a aparecerme en lugares y usar mi magia para todo, por lo que ésto era una de las cosas más mundanas que había hecho.

Trataba de ignorar el hecho de que mi cuerpo se había removido por completo cuando su mano se entrelazó con la mía, al igual que me había sucedido con el abrazo que me dio en la tienda. Me recordaba a la primera vez que la tuve en mis brazos, cuando sentía esa honda expansiva correr por todo mi cuerpo y obligarme a dar un paso atrás debido a la confusión.

Hoy en día claro que sabía de lo que se había tratado aquella sensación, de lo que se trataba en realidad, y es que había descubierto que esa sensación es común cuando conoces a alguien a quien terminarás amando profundamente, y normalmente se trata del amor de tu vida.

Antes, hubiera escuchado ésta historia y me hubiera reído con ironía, alegando que el amor no tenía ni una pizca de verdad o más bien, que quienes lo decían sentir estaban locos. Pero ahora diferente, todo después de Luana cambió para mí.

Ella era y siempre sería el único amor de mi vida.

Y quisiera decírselo antes de que ella se vaya de éste maldito agujero de agonía, pero no estaba dispuesto a remover lo que antes tuvimos. Aunque era claro que ya se había removido, podía notarlo en la forma en la que nos mirábamos.

―¿Dónde está? ―preguntó Luana al intento de pirata que se encontraba corriendo al otro lado de ella, de nombre Connor French.

―Con Hades ―respondió el embustero infiel con la respiración agitada.

Nos condujo por las calles del lúgubre pueblo de Storybrooke hasta llegar a una especie de cueva gigante en medio del bosque, donde nos adentramos y descubrimos que estaba iluminada por una luz dorada que marcaba el camino hasta un ascensor que parecía ser de oro, al final de la cueva.

Nos detuvimos todos apenas entramos al lugar y nos miramos entre nosotros.

―Hades quiere un intercambio por sacar a Garfio de aquí ―dijo Connor, dirigiendo sus ojos hacia Luana y casi no tomando en cuenta mi presencia.

―Lo sé ―asintió ella―. Quiere que alguien se quede en su lugar.

―Él no quiere que nadie abandone su reino, es muy posesivo con todos nosotros ―dije, aún con la vista en el ascensor―. Si de verdad quieres sacar a Killian de aquí, alguien debe quedarse por su voluntad.

―Por eso seré yo quien lo haga ―dijo la pelinegra y entonces me volteé a verla.

―¿Qué? ―preguntó Connor.

―No puedes quedarte aquí ―le dije.

―¿Podrías dejarnos solos unos segundos? Adelantate ―le pidió ella al rascacielos que estaba a su lado y él, luego de asentir, se marchó, dejándonos solos―. Ya he tomado ésta decisión.

―No tienes idea de lo que es éste lugar, Luana. Es más que un infierno, es una tortura ―intenté hacerla entrar en razón mientras me posicionaba frente a ella, soltando su mano.

―Prefiero sufrir esas consecuencias yo misma a tener que saber que Killian lo sufrirá ―dijo, muy convencida y terca―. Además, aquí están mis padres. Aquí... estás tú.

―Ni siquiera tendrías que considerar eso algo que te ayude a convencerte de que hacer lo correcto ―fruncí el ceño―. Tienes toda una vida fuera de aquí, no puedes sólo quedarte y aceptarlo sólo porque tus padres están aquí. Y yo... ¿qué podría tener de bueno que esté?

Peter Pan's Property (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora