Capítulo 25: "Lo siento".

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Luana Turner.

Mis ojos ardían de tanto llorar, hasta me dolía la cabeza por no haber podido parar de pensar en cómo puede ser que nunca me haya dado cuenta de la red de mentiras que Garfio construyó alrededor de mí. Nunca quise ver nuestro inminente parecido, nunca quise prestarle atención a las señales que la vida me ofrecía para descubrirlo, nunca quise saber la verdad. Es como si inconscientemente hubiera borrado todas éstas cosas para no saberlo.

Abracé mi cuerpo mientras me encontraba sentada en la cama, apoyada contra las "paredes" de corteza de árbol que había en mi pequeña habitación. Quizás éste era el momento en el cual más frágil y llorona me sentía, en el que menos valentía tenía para afrontar las cosas, pero solía pensar que había diferentes clases de valentía.

Empuñar una espada y enfrentarse a un puñado de piratas que pelean por el mismo tesoro que tú era la valentía que tenía frecuentemente. Pero sabía que era más que eso, sabía que era valiente por las cosas que he tenido que afrontar sentimentalmente antes, como la muerte de mi padre. Que ahora resultaba no ser mi padre en realidad.

Me sentía consumida. Nunca había tenido un sentimiento parecido a éste, donde no quiero moverme, donde sólo quiero estar sola, en un costado de la cama, llorando; ni siquiera lo consideraba una reacción. Esperaba estar furiosa, estaba estar decepcionada, triste, loca por los nervios al descubrir que mi progenitor me mintió toda la vida, pero no podía.

Me sentía paralizada.

Era como si las lágrimas fueran automáticas, como si mis lamentos salieran solos desde mis pensamientos, parecía que no era yo realmente.

No recordaba el momento en el cual me volví tan sentimental.

De repente, siento unos golpes que retumban en la habitación, y sé que alguien está tocando la corteza del árbol. Alguien que sabe dónde se encuentra mi habitación obviamente, porque la puerta no permanece ahí nunca.

Me limpio las lágrimas y subo los escasos escalones hasta la puerta. Me paro en seco antes de aparecer la puerta, ¿y si es Pan?

La gritaría más cosas hirientes y lo mandaría al fondo del mar con los barcos y aviones del Triángulo de las Bermudas, por mentiroso.

No me daba una explicación sobre por qué él me había humillado de tal forma. Bueno, en realidad sí. Por mi cabeza cruzaban un par de posibilidades que intentaban ser la respuesta a la retorcida mente de Pan. Tal vez intentaba protegerme, tal vez intentaba que me quedara en Nunca Jamás de una forma drástica, tal vez... no importaba. Al final del día eran mis pensamientos intentando justificar algo sólo porque yo quería creer en él de verdad.

Aún cuando me haya lastimado.

Unos golpes más fuertes interrumpen mis pensamientos nuevamente. Suspiro y aparezco la puerta con magia, la abro rápidamente y ni siquiera me doy tiempo a mirar sus ojos verdes, porque sé que me convencería de cualquier cosa si los usaba como hipnotizante.

―Pan, ya te he dicho que no quiero verte... ―comencé histérica, con la voz ronca y mirando hacia el suelo. Pero entonces me di cuenta de que Pan no usaba botas negras de cuero, sino grises. Él no era Peter Pan.

Levanté la vista para encontrarme con Matt frente a mí, con una mirada que apelaba a mis sentimientos. Era muy tierna. Él siempre había tenido esa capacidad.

―Matt. Lo siento, yo... creí que eras ―dejo mis palabras en el aire cuando él me interrumpe.

―Peter ―interrumpe el muchacho con voz suave y una sonrisa ladeada que sugiere que ya sabía perfectamente todo lo que había ocurrido entre nosotros dos, lo cual me incomodaba bastante. Entrelaza sus manos y me mira expectante―. Me temo que no soy él pero sí necesito hablar contigo.

Peter Pan's Property (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora