Había conocido a muchas personas en estado de ebriedad que decían incoherencias y que apenas podían mantener la compostura, pero Luana era diferente a esas personas en muchos sentidos pues ella no decía estupideces y mantenía bastante bien su caminata. Sabía que estando borracha podría hacer que su lengua se suelte respecto a muchos temas pues ella misma había sugerido que el amor era porquería luego del gran final de la Bella Durmiente.
No podía mentir, tenía cierta curiosidad sobre eso puesto que creí que Luana no tenía novio o algún pretendiente, o sólo creí lo que yo quería que fuera.
No había conocido a la chica que estaba a mi lado aún, nunca me tomé el tiempo de preguntarle cosas acerca de su vida, intereses, y demás. Quería conocerla, y haría lo que mejor sé hacer, aprovecharme de una situación muy conveniente para mí.
Sostuve su cintura con fuerza cuando noté que dio un paso en falso y la atraje hacia mí, siguiendo con mi caminata hasta su habitación. No podía dejar que una borracha le diera un mal ejemplo a los niños y que pasara vergüenza el resto de la noche.
―Tienes olor... a bosque ―dijo ella, luego de olfatear un poco mi cuello.
Su cercaría a mi cuerpo era sumamente extraña. Podía jurar que cada vez que la tenía cerca o la tocaba sentía aquella onda eléctrica que sentí la primera vez que estuvo entre mis brazos, era un sentimiento nuevo y molesto.
Claramente tantos años de vida me dan la pauta para saber exactamente lo que sucede, pero prefiero ignorar el tema hasta que ya no pueda hacerlo.
―Me di un baño en la mañana, no puede...
―Siempre has tenido olor a bosque, Pan ―me cortó rápidamente, pegando su nariz y parte de su cara a mi cuello, mientras su respiración chocó contra mi piel, haciendo que me estremeciera.
―Genial, me hueles cuando no me doy cuenta. Creo que eres una acosadora sexual.
―No es como si el olor a bosque me fascinara, Pan. No te hagas ilusiones ―me reí, aún borracha buscaba pelear conmigo a toda costa.
―No son ilusiones sino verdades. Estás loca por mí, admítelo ―alardeé, mientras llegábamos a su habitación.
―Estoy borracha, no idiota ―dijo, con una sonrisa juguetona en sus labios, no pude evitar soltar una pequeña risita.
Pasé la mano en la cual tenía el brazalete por la corteza del árbol y la puerta apareció inmediatamente. La abrí, para luego sujetar fuertemente a Luana y adentrarla en la habitación, cerré la puerta detrás de mí e hice algunas maniobras para bajar a Luana por las escaleras.
Ella se soltó de mi agarre y caminó un par de pasos delante de mí, para luego voltear a verme. El ambiente se había vuelto pesado, incómodo, o al menos yo me sentía así, en cambio, Luana parecía estar muy tranquila con mi presencia en su pequeña habitación.
―¿Debería resistirme o pasaremos por alto esa parte de la historia? ―me preguntó ella, con una sonrisa coqueta, mientras volvía a encaminarse hacia mí pretendiendo parecer sexy.
Bueno, lo era. Un poco.
―¿D-de qué hablas? ―pregunté, en un repentino balbuceo que no tenía para nada planeado.
Jamás había planeado mostrarme nervioso frente a Luana, pero conforme se acercaba a mí con esa sonrisa sexy en sus labios, más me decía que tenía que irme de aquí para no perder el autocontrol.
Pero luego recordé que debía esforzarme de una manera sobrehumana porque me había prometido a mí mismo cuidarla ésta noche.
Y vaya que sería larga.
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Peter Pan's Property (Peter Pan)
Fanfiction"Nadie me advirtió que podía encontrar cielo y el infierno en el mismo lugar..." ―Luana Turner. #1 en Nunca Jamás el 13/06/2019