Capítulo 6: "La pirata y el niño perdido".

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Luana Turner.

Los rayos del sol iluminaron mi cara haciendo que fuera imposible para mí dormir un minutos más, entonces abrí los ojos lentamente para que la luz no me cegara. Era un día algo frío a pesar del sol que iluminaba todo a mi alrededor.

Cuando pude darme cuenta, supe que estaba encerrada dentro de una jaula hecha de cañas que se unían por varios nudos, entonces me pregunté qué diablos me había pasado pues lo último recuerdo fue ver un par de ojos color esmeralda y volver a desvanecerme para soñar con Garfio en una travesía sobre el Jolly Roger.

Un par de ojos esmeralda... cabello castaño entre claro y oscuro, piel tersa y blanquecina, cejas bien marcadas que le daban un toque lindo a su rostro, era... alguien que no conocía pero no sabía si había sido un sueño o si era real, pero así se sentía. Real.

Toqué mi cinturón, del lado donde debería encontrarse mi espada, pero no estaba ahí y me pregunté quién habría sido el valiente que me la sacó, pues le cortaría el pescuezo en cuanto lo supiera. Observé el resto de mi cuerpo, todo estaba como lo recordaba, sólo que no estaba ni cerca del lugar que recordaba, pues a mi alrededor todo eran árboles y maleza, pero cuando miré hacia abajo... ¡Estaba suspendida en el aire!

¿Qué clase de magia cruel era ésta?

Recordé una de las últimas personas que vi, y esa era Oliver. No quería pensar que él tenía algo que ver con ésto y que me comporté como una persona con exceso de confianza en los demás, pero era en lo único que podía pensar ahora.

―¿Oliver? ―murmuré, sintiendo mi voz algo ronca debido al no hablar durante algún tiempo.

No obtuve respuesta, pero sí escuchaba algunos ruidos cercanos.

―¿¡Garfio!? ―volví a preguntar, ésta vez me sorprendía a mí misma gritando desesperadamente porque no tenía ni la menor idea de quién me había puesto aquí, y creo que no sería algo grato descubrirlo―. ¿Alguien? ¡Por favor!

Entonces sentí el ruido de los pasos incrementándose a mi alrededor. Miré hacia abajo para ver si había alguien allí, y sí, lo había. Era un hombre vestido con una camisa celeste y un pantalón negro, con el cabello algo canoso y peinado hacia arriba, con un arco y sus flechas colgadas en la espalda.

―Oye, oye, tú ―dije, esperando que mirara hacia arriba―. Estoy aquí arriba ―aquel hombre desvió sus ojos hacia arriba y se sorprendió al verme, podía distinguir que sus ojos eran algo claros―. Ayúdame, por favor.

Aquel hombre comenzó a subir las ramas del árbol que tenía a mi costado derecho haciendo un gran esfuerzo, y en cuanto llegó a mi altura me miró, efectivamente sus ojos eran de un color celeste.

―¿Quién eres y quién te puso ahí? ―preguntó aquel hombre, evaluando la jaula con su mirada.

―Mi nombre es Luana, y no lo sé. Ojalá pudiera recordarlo ―suspiré pesadamente y me aferré a una de las cañas de la jaula―. ¿Quién eres tú?

―Me llamo Baelfire, pero dime Neal ―intentó acercar su mano hacia la jaula pero ésta desprendió una corriente de color verde que llegó a las manos de Neal y él se quejó tomándose la mano―. Está hechizada. Es imposible.

Comenzamos a escuchar pisadas fuertes, seguramente más de una persona venía hacia aquí.

―Alguien viene, escóndete ―murmuré mirando sus profundos ojos azules, entonces él asintió y comenzó a esconderse entre las ramas y sus enormes hojas.

Pude distinguir a un montón de muchachitos con capas colgando se sus hombros, mientras las capuchas tapaban sus rostros, lo único que pude distinguir a la perfección era que estaban armados: dagas, espadas y algo parecido a un bate de baseball pero mucho más grande.

Peter Pan's Property (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora