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9. Despierta




"Cinco años bastaron para que una nueva vida se forjara y solo una caricia bastará para sentenciar tu destino"

TIME.






Entregar tu vida a la ciencia, según los demás, es confiar plenamente en todo lo que puedes ver, en todo lo que puedes comprobar, sin embargo, a pesar de todos mis conocimientos le tengo fe a aquél futuro incierto que me espera, tal vez no lo pueda probar, pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿verdad?.

El último recuerdo que me llevé antes de caer en un vasto sueño fue el agua que me cegaba y ahora al despertar, ocurrió lo mismo solo que esta vez había un humo blanco, que al pase de los segundos se iba esparciendo, viendo imágenes distorsionadas de dos sombras en movimiento lento frente a mí.

Los colores se iban notando al mismo tiempo que las formas, contemplando unos ojos cafés que me miraban con detenimiento, y a la misma vez unos ojos azules captaron mi misma atención. Sonreí levemente, pues sabía que se trataba de Niall, comprendí que el doctor Shawn también estaba aquí pero además de provocarme cierta amenaza, más que todo era vergüenza ya que solo podía recordar el último bochornoso momento.

Bienvenidos a la nave Elizabeth...

Escuche decir a una voz robótica que venía desde cada esquina del salón, hubiera prestado la demás información necesaria de no ser porque el castaño me ofreció una de sus manos, que por educación acepte contar con su apoyo, ayudándome a sentarme en aquella larga camilla, observando como otras personas hacían lo mismo pero a diferencia de mi lo hicieron solos, junto al pequeño holograma de una mujer que los acompañaba gracias a la pulsera que traían en sus muñecas.

Aún confundida, observe la mía, intentando que funcionará, sin embargo, el chico de ojos cafés colocó una mano encima de esta.

—Apague el tuyo, yo te guiaré —anunció el doctor quién se encontraba de pie con su neutra expresión, estirando una de sus manos hacia mi derecha donde había una botella de agua —Bébelo, tienes que estar hidratada —ordenó.

Asentí levemente, percatándome de la sed que tenía, abrí la botella, dándole un gran sorbo. Cerré los ojos, disfrutando de aquel líquido, como si no lo hubiera probado en años y en cierta manera, era cierto, tal vez me mantenía hidratada a base del fluido de las agujas que entraban en mi sistema cuando estaba inconsciente, pero nada se comparaba con hacerlo por tu propia cuenta y sentir aquella acción tan cotidiana.

Observe como el ojiazul se colocó de cuclillas, dándome una pequeña sonrisa amistosa.

—Hola bella, ¿Cómo te sientes? —me pregunto junto a aquél apodo, que me fue difícil al principio recordar pero que logre evocar finalmente.

—Un poco mareada... Pero bien —respondí, aclarando un poco mi garganta ya que aún no me encontraba lo suficientemente hidratada.

—Me alegro —susurró, viéndome a mi y luego hacía su primo, suspirando aún con su ligera sonrisa intacta—Shawn te dará un ligero recorrido, yo tengo que irme.

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