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20. Poder




Hubiera huido de no saber que los cambios de actitud de Shawn resultaban siempre para algo. Era una combinación de lo lógico con lo ilógico, eso hacía destruir a mi mente y darle ilusiones a mi resultante débil corazón.

Dos semanas entre ir con Cooper y Shawn, no me quejaba, al menos era la única persona con la que me vinculaba durante el trabajo. Pasaba mucho tiempo en el laboratorio, como antes, solo que esta vez era uno aislado y frente a la oficina de Shawn. No lo veía a menudo como pensé que sería, y cuando lo hacía, estaba muy concentrado en sus papeles o en llamadas importantes. Lucía cansado, lo que sea que haya estado haciendo estos días, se nota que no le quitaba ni un ojo de encima.

Y para impresionar a mi tan limitada libertad, de vez en cuando era acompañada de Garret, la mano derecha de Shawn, cuando necesitaba bajar hacia otras bases a supervisar algunas áreas. Me cae bien en un noventa y cinco por ciento, de no ser porque sigue al pie de la letra lo que Shawn le ordenaba y eso contaba traerme de vuelta a mi base una vez mi tarea hecha.

—Señorita, buenas tardes —escuche decir a Garret cuando permití que las puertas se abrieran para que pasara al laboratorio.

—Buenas tardes, Garret. —sonreí —¿Paso algo?. —añadí. Escribiendo algunas notas en el computador.

—El señor Mendes y su familia tendrán un almuerzo en el piso privado. Debe de estar ahi en una hora y llevar algunos papeles de su progreso en la investigación del planeta b, señorita. Es urgente. —mencionó acomodando su traje, parecía haber tenido que correr hasta aquí.

Y... ¿Piso privado?.

—Si... Si, esta bien. —dije un poco impresionada por la inesperada noticia —Pero demorare un poco, no tengo nada que usar. —admití con un poco de vergüenza.

—No se preocupe, tiene todo lo necesario en su habitación. La vendré a buscar luego. Con permiso, señorita. —mencionó, despidiéndose y saliendo del laboratorio.

El reloj marcaba la una y quince de la tarde, me deshice de mi bata blanca y mis lentes, para salir del lugar tan pronto como podía. Tenía muy poco tiempo, contando con que Shawn le gustaba iniciar cualquier tipo de reunión a hora exacta. Un minuto tarde podía cambiar su ánimo, dependiendo de cómo se encuentre ahora mismo y no tengo ni la más mínima idea.

—Chicas... —saludé a las tres risueñas mujeres quienes estuvieron instaladas en mi pequeña sala de estar.

Reí ante sus tan predecibles presencias. Ellas me imitaron.

—Señorita Brand —dijeron las gemelas al unísono mientras entraba a mi habitación.

—Creo que ya no tenemos que decir quién nos mando. —dedujo Ana con humor.

—Ya me estoy acostumbrando. —sonreí.

—Es hora, tienes la bañera lista y tu ropa encima de tu cama —anuncio Clara para darle pase a su hermana.

T I M E » S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora