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14. Espina




"¿Qué es de una rosa sin sus espinas?"

—TIME




Los nervios estaban a flor de piel, una vez que entre al recinto junto a Niall, habían más de diez cámaras fotografiando cada momento, y una grabando desde el centro del salón en medio de las sillas que estaban frente al estrado. Algunas personas estaban esperando a que se diera inicio mientras otras estaban de pie conversando sobre la conferencia junto a una copa de champán en sus manos.

Me dio un retorcijón en el estómago al ver aquel ambiente en el que me encontraba, de hecho, no estaba para nada acostumbrada a esto.

—Neith, ¿Estás bien? —preguntó el ojiazul deteniendo nuestros pasos. Supuse qué se había dado percatado de mi incomodidad al ejercer presión en su antebrazo.

—Un poco —respondí. Podía controlarlo pero la inquietud estaba ahí.

—Ven, siéntate —ofreció tomando mi mano, ayudándome a sentarme mientras el se posicionaba a mi lado —¿Quieres agua?

—No, gracias. Así está bien —suspire.

—No te preocupes, no hay problema si no quieres hablar mucho frente al público —. Dijo él mientras daba suaves caricias en mi espalda. —Solo te darán una presentación.

—¿Y para qué son todas esas cámaras?

—Pensaron que era buena idea transmitir cosas como esta hacia los pasajeros, de alguna manera los mantendremos informados —respondió esbozando una sonrisa.

—Hasta que los encuentro —oí decir una voz masculina acercándose a nosotros.

—Nash —dije su nombre por inercia al verlo. Éste sonrió.

—Neith, pensé que no recordarías mi nombre. —dijo soltando una risa mientras me daba un beso en la mejilla en un gesto de saludo.

—En cierta forma, para nosotros solo ha pasado unos días desde la última vez que nos vimos —añadió Niall.

—Tienes razón —afirmó su hermano —Es reconfortante estar aquí, del otro lado es un caos.

—No me quiero imaginar —murmuró Niall.

El sonido del micrófono llamó la atención de todos, quienes empezaron a tomar asiento en sus respectivos lugares al ver que el evento estaba dando inicio.

Las puertas de la esquina junto al estrado, comenzaron a abrirse y junto a ello, los flashes de las cámaras comenzaron a hacer presencia. Sentí mi corazón acelerarse una vez mis ojos contemplaron a Shawn, llevaba su traje de color negro que resaltaba aún más con su blanca piel, sus labios y mejillas del mismo color melocotón de siempre, y unos rizos color chocolate que se contemplaban mejor con la luz del lugar. Cualquiera caería en cuenta de que era un completo ángel en persona con tan solo verlo, pero todo lo que hacía estaba cerca a considerarse un pecado.

T I M E » S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora