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47. Cenizas

“Todo lo que se es que es un juego perdido”
—TIME

Neith volvió a sentirse tensa ante Shawn, como la primera vez que lo conoció. Solo que está vez no lo provocaba el hecho de su notable belleza o lo bien que su voz resonaba en su cabeza, sino la rabia por todo lo que el hombre a quien alguna vez amo había hecho.

—¿Cómo te ha ido este tiempo? —preguntó el castaño poniéndose de pie delante de la ojiverde, tan natural que parecía que nada había ocurrido.

Brand dejó de mirar hacia las largas cortinas blancas de su derecha para luego mirar hacia los ojos de Shawn tratando de decirle lo tan fuera de lugar que su pregunta había sido con tan sólo aquel gesto.

—Además de tener que curar los daños colaterales que dejaste, creo que todo bien —dijo Neith fríamente sin despegar la mirada de Shawn. Acción que tal vez habría deshecho en segundos hace dos años atrás.

—Así que cuidaste del niño, de Katerina. ¿Cierto?.

Shawn inclino su cabeza, observando como la mandíbula de Neith se tensaba al igual que todas sus facciones, haciendo que este elevará la comisura de sus labios al notar lo que sus palabras le provocaban.

—Ni siquiera tienes el derecho de mencionar su nombre luego de que matarás a su esposo y aun así lo haces. —mencionó la mujer con furia ante el hombre que parecía que cada palabra de ella no fueran nada más que balbuceos sin sentido.

El castaño asintió mirando a su alrededor, como si aquel reclamo no tuviera validez alguna. Colocó su mano derecha en su mandíbula, dándole una pequeña caricia mientras se apoyaba en la mesa y luego de un suspiro desesperado, tomó su posición firme.

—No culpes si tu también fuiste parte del crimen. Hice lo que tuve que hacer, pero ¿y tú?. Holland seguiría aquí si hubieras aceptado venir conmigo, y ambos sabemos que pudiste haberlo hecho. —Pauso, observando cómo Neith trago saliva y fue cuando ya no pudo mantener su mirar pues sus ojos cristalinos mostraron que Shawn acertó en mencionar lo que se ocultaba en su más oculto pensamiento.

—No intentes culparme. Pudimos haber sobrevivido todos y pelear de manera justa pero tu decidiste mancharte las manos de sangre primero.

—Uno tenía que dar el primer paso y ya dimos demasiados hasta ahora. Lo mataste, eres tan culpable como yo, Neith. No viniste conmigo porque tenías toda una rebelión detrás que proteger y lo sabias al momento de decidir no avanzar. Las palabras de Hans fueron tu escudo para justificar tu decisión. Y al igual que yo, tenía una tripulación a quienes mostrarle lo que pasaba si no obedecían, y por supuesto tú. Volviste a mi de todas formas, Neith. Ambos matamos por una causa mayor y ¿De que valió su muerte?, sólo míranos, estamos aquí juntos de nuevo.

Neith se hundió en sus pensamientos más oscuros, donde uno de ellos era el sentimiento de culpabilidad por la muerte de Tom. Sin embargo, durante aquel tiempo supo que no ganaría nada con el arrepentimiento y aunque aquel recuerdo la persiga para siempre, sabía que el amor que daba a la familia que Tom dejó, sería su consuelo.

—Estoy aquí por ellos, no por nosotros. Y estoy segura que Tom hubiera arriesgado su vida por la gente con quien convivió durante meses, por el futuro que le iba a dar a su hijo. Su muerte valió la pena, Shawn. No importa si vuelves a intentar matarme, se que le di una oportunidad a su familia al no ir contigo esa tarde.