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41. El carbón y El fuego

"Si quieres la paz, prepara la guerra"
—TIME

Luego de que Neith Brand, proveniente de la base A fuera capturada por los militares de su misma base. Despertó la curiosidad entre los habitantes de la base E, pues cualquiera que viniera de los A, en especial los que conformaban la Congregación Suprema sabían que esa base vivían en las condiciones actuales. Todos ellos llegaron a la conclusión de que Neith Brand era parte de la CS pues no sólo había logrado entrar a aquella base sino que también era conocida por todos como el interés amoroso de su líder. Sin embargo, esa idea cambió cuando todos vieron a la doctora afligida y confundida al llegar, poniendo en una delgada línea la idea de seguir las órdenes que alguna vez habían firmado a aceptar por la necesidad de sobrevivir o levantarse a exigir sus derechos humanos al saber que alguien de los A se encontraba en contra de la propia ideología de su unidad.

Vieron en Neith la esperanza, la misma que se les fue arrebatado.

—Al fin despertaste, corazón —susurró Shawn en la vacía habitación donde Neith se encontraba.

La ojiverde se levantó de un salto, sus pupilas se dilataron al verlo ahí junto a la cama. Sus pies sintieron el frío instantáneo del suelo pues Neith había salido de la cama aún asustada, dándose cuenta que no llevaba puesta su ropa anterior, solo unos pantalones grises y un sudadera negra.

Neith quiso alejarse mucho más de Shawn, pero la pared detuvo su paso y sus ojos solos buscaban una salida rápida.

—No pienses escapar. Hay hombres resguardando allá fuera. —comentó el castaño luego de un suspiro y levantándose de la cama para mirar la expresión desalentadora de Neith.

—¿Porque?.... Shawn, ¿Porque?. —cuestionó la mujer encogida en su mismo lugar.

—Tu único deber era que te quedarás a mi lado, Neith. Lo prometiste. —contestó, rascándose la nuca mientras caminaba hacia ella.

—Ahora lo sé. Siempre fue ese mi deber, aunque no lo hubiera prometido, tu harías que lo cumpla. Porque así lo decidiste desde el día en que me viste, desde el día en que todos mis pasos se volvieron propiedad tuya. —escupió Neith con las cejas fruncidas y sus labios tensos del coraje.

—Te confundes. Quieras o no, tu ibas a conocerme. Porque yo conocí a tu madre, ella me prometió traerte a mi junto a tu hermano, un día antes del despegue en el que murió. —divulgó, llegando a centímetros de Neith quien seguía escuchando sus palabras sin poder creerlo —Yo terminé lo que ella me concedió, la única persona que tuvo piedad de mi después de la muerte de mi hermana y mi madre. No iba a dejar caer sus palabras en vano. Tu eras mi esperanza, Neith. La última que me quedaba y si no te tenía, lo poco de cordura que poseía iba a desaparecer. No te voy a perder... —expresó Shawn tocando el rostro de la mujer que ahora solo lloraba al darse cuenta que el hombre que tal vez aún amaba no la amaba a ella en verdad.