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12. Broche





"No es el infierno si te gusta como quema"

-TIME.





El aire se me había ido por unos segundos al caer sobre la cama que instantáneamente quise levantarme apoyando mis codos sobre el colchón, sin embargo, el hombre de traje se colocó frente mío en un abrir y cerrar de ojos. Su cercanía estaba siendo tanta que dictamine el aire que exhalaba contra mis labios y un ligero cosquilleo en mi frente por los pequeños rizos color chocolate que me rozaban, haciendo que me detuviera de cualquier movimiento.

-He sido consciente de que me has mirado tantas veces como yo a ti, Neith. Tu me has llevado a esto -susurró mientras se relamía sus labios rojizos que a pesar de la luz tenue se hacían notar.

No sabía que responder, no encontraba palabras a pesar de tenerlas en mi mente, pues una parte de aquello era cierto, sin embargo, nunca quise llegar a esto. ¿O si?.

Su mirada bajo, contemplando mis piernas desnudas a causa de que tan solo llevaba un short y un polo de tirantes, ambos de un color crema.

Percibí una de sus manos tibias sobre mi muslo, queriendo separar mis piernas, a diferencia de mi quien ejercía presión para no cumplir con su deseo, pero él era más fuerte que yo por lo que terminó por dividirlas a cada lado de su cadera, sintiendo el frío de su cinturón de cuero.

-Disculpe... Pero... No puedo... Por favor -le dije tratando de tomar grandes bocanadas de aire para poder articular mis palabras.

-Dime, ¿Eres virgen? -cuestionó directo por lo que trague saliva volviendo a mirar sus ojos que tan solo me hacían sentir como si varias agujas cayeran sobre mí.

Débil hasta para volver a hablar otra vez, me limité a asentir, obteniendo una sonrisa de parte de él y ya no sabía si sentir miedo o impresión al verlo levantar las comisuras de su labio.

Dejó atrás su agarre en mis piernas para llevarlo hacia mi cabello donde me percate que aún llevaba aquél broche cuando él lo retiró de allí, haciendo caer más de mi cabello.

-Te dije que no lo utilizarías por mucho tiempo, no cuando te esté tocando, Neith. -dictaminó colocando aquél broche a un extremo de la cama.

Todo parecía encajar mientras más se acercaba, y entendí cuál fue su razón al darme aquél regalo, el cuál yo acepte.

De repente, una de sus manos se posicionó debajo de la tela de mi ropa interior, causando una electricidad de pies a cabeza, podía jurar que ahora la sangre se fue a mis mejillas en un segundo.

-Hay varias formas de complacerte y lo que viene es una de ellas -susurró para después posicionar sus labios sobre mi cuello desnudo, sintiendo un pequeño mordisco en mi piel.

Sin siquiera darme tiempo para pensar, uno de sus dedos hizo de lado aquella tela, y fue cuando mis labios se entreabrieron al percibir el ligero andar de sus dedos contra mi.

Y sin más, uno de ellos entró a mi cavidad, haciendo que echara mi cabeza hacia atrás, buscando una manera de desahogar aquella tan nueva sensación, por consiguiente perdiendo mi lucha en no demostrar alguna reacción proveniente de mí.

Apreté mis labios tanto como pude, sin embargo, no pude pasar desapercibida por aquello.

Shawn lo notó, haciéndome caer totalmente sobre la cama, teniendo total acceso sobre mi. Él retiró su mano de mi para levantar mi blusa, repasando mi abdomen con la yema de sus dedos, causando electricidad y haciendo que mi pecho subiera y bajara de una manera veloz.

Este descubrió todo aquello que le tapaba su vista, dejando a la vista uno de mis pechos, quien llevó sus labios sobre ello, sintiendo ligeros roces que daba con su lengua provocando que mis manos fueran hacia sus rizos, aferrándose a ellos.

Aún con una de sus manos masajeando aquel área, se acerco hacia el hueco que hay entre mi cuello y mi hombro, percibiendo el calor que daba su respiración contra mi piel.

-Quiero que gimas para mi, Neith -susurró con una voz raspada.

A este punto, no sabía si quería hacerlo o no, pero de alguna manera este me obligó, al introducir un segundo dedo en mi zona íntima, dejándome muy poco tiempo para que mi cuerpo se amoldara a aquella invasión.

Mis manos se empuñaron sobre sus hombros, mis piernas dieron un apretón en sus caderas, sintiendo el frío del cuero de su correa y mis caderas se elevaron sutilmente al no soportar sus movimientos, pero a pesar del dolor no podía ser indiferente ante el deleite que él me provocaba.

-Shawn... -gemí su nombre al ya no tener control de mis acciones.

El castaño retiró sus manos de mi, aún apoyándose sobre sus rodillas, siendo espectadora de cómo liberaba cada botón de su camisa blanca. Una vez abierta, aprecie su abdomen mientras él, como si leyera mi mente, llevo mis manos sobre esté, haciendo que acariciara su tan trabajada musculatura.

Esto duró poco, pues se deshizo de aquel cinturón de cuero, bajando la hebilla de su pantalón. Carcomida por el deseo, mis manos descendieron hasta llegar ante su tan notoria erección. Mi timidez se esfumó al apreciar la abertura de sus labios al sentir mi toque sobre él.

Con rapidez, el doctor retiró una parte de su bóxer, permitiéndome ver aquella gran parte parte de él, mi corazón latió de una manera descomunal al pensar que no cumpliría con su palabra y que se apropiaría de mi esa misma noche, pero no fue así.

Cogió mi mano, dirigiéndolo nuevamente hacia su miembro, mientras que sin dejar de mirarme, hacia que lo moviera de arriba hacia abajo y así fue como lo hice.

Ahora no solo era yo con la respiración entrecortada, sino también él. Sus manos repasaron de nuevo mis piernas desnudas, volviendo esta vez con dureza a colocar sus dedos dentro de mi, haciendo que soltara otro gemido.

-Hazlo más rápido -pidió.

Mi mano libre se aferró entre su cabello mientras esté acariciaba mi mejilla que no dejaba de sentirlas calientes.

Mis movimientos como el suyo, fueron de manera diligente, oyendo los gruñidos que él emitía, se sentía tan bien oírlo, me encontraba tan perdida en su atractivo y la manera en que me tomaba.

Llegué al éxtasis antes que él, divisando el grueso gemido que soltó mientras sentía su líquido caer sobre mi abdomen descubierto. Percatándome de las gotas de sudor que había en las puntas de su cabello.

Me había dejado venir sobre él, aquello se repetía una y otra vez en mi cabeza, mientras intentaba recuperar mi respiración al igual que Shawn, quien se apoyó sobre mi hombro, aun con nuestra manos intactas en el mismo lugar.

¿Qué acabo de hacer?.






Hola a todos, creo que ya muchas de ustedes se esperaba un capítulo así jajaja así que, aquí lo tienen, no es lo mejor que he hecho pero voy a mejorar.

Nota: Cada rosa en un capítulo se refiere a que habrá escenas como éstas, por si se lo preguntaban.

Las quiero, no olviden de dejar su voto y comentario ❤️.

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