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37. Feliz cumpleaños




"Y antes de que todo cayera, yo ya había caído ante ti"
—TIME








Si aquella noche del baile había quedado totalmente confusa con el tema del señor Hans, ahora era mucho peor. Hans Legrand quería que encontrará algo y ese algo estaba siendo tentador, pues detrás de aquella tarjeta estaban escritos unos códigos de barra y debajo de estos me llevaban a lo que estaba buscando desde hace mucho, las bases inferiores.

Si lo había conocido solo una vez y entablamos temas muy superficiales, ¿Cómo sabía que era ello lo que quería?. Más que un regalo que pretendía causarme gozo, estaba haciendo que temiera de tenerlo ahora conmigo.

—¿Qué tal me veo? —preguntó Katerina una vez que las gemelas terminarán de peinarla.

Había pasado toda la tarde en practicar con usar el set de maquillaje en Katerina y por un momento todo se me esfumó de mi mente al oír sus risas en el salón.

—Como una reina —expresó Emilia con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Y usted, doctora?... —volvió a preguntar Katerina —¿Doctora?

—Perdón —me disculpe, parpadeando varias veces —Creo que mi maquillaje no supera al peinado de ellas. —la embarazada suspiró.

—¿Por qué no va y lo busca? A veces ellos también necesitan quién los rescate —mencionó la mujer mientras las otras niñas asentían detrás de ella.

—Nosotras llevaremos a Katerina a su habitación. —añadió Clara a lo cuál asentí.

Dudosa en si seguir el consejo de Katerina, me levanté y salí del salón para buscarlo. Intenté ir hacia lo más obvio, las salas de reuniones, pero habían tantas en cada área que aunque me tomará la noche entera en encontrarlas no acabaría. Revisé unas cuantas por el camino pero todas ellas estaban vacías, fui hacia los laboratorios y tampoco lo encontré, decidiendo por último en ir a su oficina, sin embargo, no tuve el éxito que esperaba.

¿Quién diría que la chica que lo odiaba al principio ahora corría en tacones a buscarlo desesperadamente?, si me lo hubiera planteado el primer día que lo conocí tal vez sería incapaz de creerme a mi misma.

Mi habitación se encontraba a cuatro pasillos y opté por ir ahí, si no lo encontraba hoy al menos quería tener éxito en dormir esta noche en mi cama en lugar del sillón del laboratorio.

Tallé mis ojos y en cuanto los hice una imagen distorsionada apareció en la vuelta de la esquina, parpadeé dos veces hasta que la imagen se aclaró encontrando a un Shawn igual de exasperante que yo hace minutos.

Las ganas de ir a dormir desalojaron mi cuerpo y aunque los tacones ya me empezaban a doler di una última corrida hacia los brazos de Shawn que me recibieron con una risa de su parte al hacerlo.

—Feliz cumpleaños, mi hermosa Neith —susurró antes de darme un flamante beso que no sabia que necesitaba hasta que me lo dio.

T I M E » S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora