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13. After




Era la décima vez que le daba vueltas a la cuchara en mi taza de café, mirando hacia el vestido negro que se encontraba tendido sobre el sofá junto a unos zapatos de tacón. Mi vista se nublaba de vez en cuando debido a que no parpadeaba, pues los recuerdos venían a mi mente de una manera desmesurada.

Le di un sorbo a mi café, todo se sentía ir tan lento. Tan solo recordaba sus ojos mieles recorriendo cada parte de mi piel, a la misma vez que sus manos lo endulzaban, una sensación que estaba segura que jamás lo olvidaría.

La reunión sería a las doce, apenas eran las ocho de la mañana, y no quiero salir nunca de esta habitación. No puedo describir lo tan avergonzada que me siento, sentía mis mejillas arder apenas desperté hace unos minutos.

Un sonido de la laptop captó mi atención, me levanté de la silla, yendo hacia arriba, viendo la pantalla. Una video llamada de Alexis se encontraba entrante, recordándome que hasta de mi propia amiga fui capaz de olvidarla pero a la vez sentí un alivio, no estaba sola.

—Neith, gracias a dios respondes. No te llame antes porque hubo un fallo en esta cosa pero ya esta bien. Déjame decirte que esto está lleno para conversar con media nave, es increíble —dijo ella con una expresión graciosa que me hizo reír.

—Yo también lo descubrí esta mañana —le comenté esbozando una ligera sonrisa.

—¿Estas bien? ¿El jefe galán se puso de malas? —preguntó, curiosa.

—Un poco, pero estoy bien.

—No te creo pero esperaré. Ya hablarás, Brand. —murmuró ella con diversión —. ¿Estás lista para la conferencia? El esposo de mi mamá, Guillermo, irá. Así que, yo solo iré para verte a ti, ¿Iras no es cierto?.

—Si, el doctor prácticamente me obliga a ir, así que creo que nos veremos allá —respondí.

—¿Te obligó?

—Mando a que me trajeran un vestido y unos tacones.

—Linda, Neith. No se si decirte que estás en el paraíso o en el infierno por tu expresión. Pero eso es bueno, además, será tu primera reunión importante, aprovéchalo.

—Lo haré, lo prometo —le sonreí —Ya me tengo que ir, nos vemos en unas horas.

—Te quiero

—Yo a ti —dije, cortando la llamada.

Fui hacia abajo, ya que estaban tocando desde afuera, esperaba que no fuera Shawn, pero algo dentro de mi lo dudo ya que si fuera por él, ya hubiera entrado sin mi permiso como anoche.

—Señorita, Brand. Buenos días. —saludo una mujer vestida con un uniforme gris y zapatos blancos. Al igual que las dos jóvenes que venían detrás de ella.

—Buenos días, ¿Ocurrió algo? —pregunté extrañada al ver que traían consigo unas cuantos maletines de mano.

—El señor Mendes nos asigno a usted para ayudarla a arreglarse por la conferencia de esta tarde —explicó una de las más jóvenes alegremente.

T I M E » S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora