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11. Sello





"Puedes dejar una huella en cualquier lugar. Tu eliges como. Y de qué manera."
—TIME






17 de Julio del 2119

Dos días antes de partir


Con disgusto, cerró la puerta a sus espaldas dejando a la chica en aquél salón. El hombre de traje abrió la puerta hacia la oficina, dejando entrar a Shawn y por consiguiente cerrando la puerta a sus espaldas.

Ahí estaba su padre, de pie junto a la mujer que aunque fuera deseada por la mayoría de hombres estaba claro que su belleza no pasaba de desapercibida ante el castaño pero sólo era eso, no podía incitarlo a un pensamiento perverso o tan siquiera una caricia, no como aquella chica quien hace minuto dejó atrás.

—Hijo, tienes que firmar —le comentó su padre, tendiéndole una hoja enfrente suyo.

—Espero no verte la cara de nuevo después de esto —refutó, manteniendo su mirada conectada a los ojos de su padre. Arrebatando aquella hoja con brusquedad y colocándolo sobre la mesa.

—No lo dice enserio —dijo la chica en un susurro pero no evitó que el castaño escuchara, haciendo un puño con sus manos luego de firmar aquel papel.

La mujer rodeo la mesa, caminando hasta donde estaba Shawn. Cogiendo el lapicero y firmando justo a lado de la signatura del castaño.

Estaba hecho.

—Felicidades —sonrió Oscar con gusto. Abriendo sus brazos al igual que la chica quien lo abrazo contenta.

Shawn solo los miraba con desprecio.

—Estoy orgulloso de que siguieras mi consejo —confesó.

Su hijo solo lo observó, mientras este al no obtener algún comentario, simplemente se marchó. Estaba acostumbrado a la indiferencia de su hijo, sin embargo, fue lo de menos, pues consiguió que hiciera lo que quería. O al menos eso pensaba.

—¿Celebraremos? —preguntó la rubia con picardía, acercándose hacia el joven quien sólo pensaba en cómo desfogarse.

Sintió las manos de Jessica repasar su abdomen con sus manos, deteniendo su andar con rudeza, apretando sus muñecas, haciendo que se quejara del dolor. La ojiazul lo observó con un poco de inquietud, sin embargo todo rastro de incomodidad se ausentó cuando sintió que aflojo su agarre en una de sus manos para llevarlas hacia una lenta caricia por su mejilla. Contentándola de nuevo.

—Será a mi manera —sentenció el castaño moviendo el cuerpo de la mujer hacia el filo de la mesa.

El joven había encontrado su método para desahogarse. No con quien quisiera pero en su mente, no era Jessica quien se encontraba entre sus manos.

T I M E » S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora